Reventón húmedo en un pueblo de Zaragoza, Villamayor, durante el verano de 2018.

Reventón húmedo en un pueblo de Zaragoza, Villamayor, durante el verano de 2018. Eltiempo.com

Ciencia

De los reventones húmedos a las supercélulas: los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más graves en España

El este de España ha experimentado los primeros días de esta semana rachas de más de 100 kilómetros por hora y lluvias torrenciales.

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El este peninsular ha empezado la semana en alerta meteorológica. Un temporal causado por un reventón húmedo dejó rachas de viento superiores a 100 kilómetros por hora en la zona de la Vega Baja (Alicante) y acumulaciones de lluvia de hasta 30 litros por metro cuadrado en menos de una hora en algunos municipios del interior de la provincia de Valencia.

La alerta roja y naranja ha dominado los últimos días el mapa desde Tarragona hasta la Vega Baja, pasando por Baleares. En las islas, ya en la madrugada del lunes al martes, se registraron 4.000 rayos en tres horas.

Tras lo ocurrido el lunes y ante la previsión para el día siguiente, algunos territorios optaron por suspender las clases este martes para evitar riesgos a estudiantes y profesores.

Esta suerte de fenómeno apocalíptico, que puede estallar en solo unos segundos, se produce cuando en la atmósfera hay gran cantidad de agua que puede caer a tierra si llueve y llega una corriente descendente (uno de los elementos que forman las tormentas).

"Una corriente muy fuerte descendente desde la tormenta arrastra la lluvia que está sostenida en el aire y, al tocar tierra, provoca un fuerte viento", resume Roberto Granda, meteorólogo de eltiempo.es.

El experto cuenta que el mecanismo es el mismo que el del reventón seco. Ambos se producen con tormentas a 2.500 o 3.000 metros del suelo y en las que hay una capa "muy seca" de aire entre la base y el suelo.

"La única diferencia es que en uno hay lluvia y en el otro no, porque el agua se evapora antes de llegar al suelo", matiza Granda.

Este tipo de eventos, igual que las danas, son cada vez más frecuentes en la zona del Mediterráneo por estas fechas. Con el final del verano y el inicio del otoño se dan combinaciones de masas de aire cálido y "un cierto contenido de humedad", dice el meteorólogo.

En estas fechas, la atmósfera es "más dinámica" y eso favorece que se produzcan más vaguadas (zonas alargadas de baja presión atmosférica), que pueden dar lugar a tormentas por sí mismas o desgajarse en una dana.

Esas vaguadas, sumadas a esas corrientes de aire cálido y húmedo en capas bajas, "son la combinación perfecta para que se dé una inestabilidad fuerte como la que ha ocurrido estos días", añade Granda.

Aun así, el experto de eltiempo.es puntualiza que no es algo único de esta época y puede ocurrir en cualquier momento del año, aunque ahora son más habituales.

Según las previsiones, se espera que este miércoles se vean "los últimos coletazos" de este episodio meteorológico y, a partir del jueves, el tiempo sea mucho más estable en lo que resta de la semana.

El calentamiento del Mediterráneo

Numerosos expertos llevan años advirtiendo sobre el aumento de temperatura del mar Mediterráneo y su contribución al agravamiento de los fenómenos meteorológicos. El pasado julio, EL ESPAÑOL contó en un artículo que se habían alcanzado niveles récord de hasta 3ºC o 4ºC por encima de lo habitual.

Cuanto más caliente esté el mar, más evaporación se produce y más agua hay disponible en la atmósfera para caer en forma de precipitación. "Es un factor a tener en cuenta porque influye directamente en la intensidad de estos episodios". Eso sí, el experto cuenta que no tiene por qué ser un elemento determinante.

Es muy difícil predecir si aumentará la frecuencia de fenómenos adversos en el futuro. "Las tormentas, los reventones y las supercélulas [tormentas severas caracterizadas por la presencia de una región de vientos rotatorios en su interior], son fenómenos tan de la pequeña escala que es muy difícil asociar si la tendencia va a ser a más o menos".

Lo que está claro, según los estudios científicos publicados al respecto, es que la subida de la temperatura de mares y océanos, sumado a otros factores del cambio climático, hará que sean de una intensidad cada vez mayor.

Las mangas marinas

Otro evento que puede producirse en jornadas de inestabilidad meteorológica como estas son las mangas marinas. Se trata de un torbellino de viento que se forma sobre el agua, similar a un tornado, pero que ocurre en la superficie acuática y desciende desde una nube de tormenta.

Estos eventos son menos habituales que los reventones o las danas. El meteorólogo de eltiempo.es indica que necesitan "exposiciones muy específicas". Principalmente, que confluyan un ambiente relativamente húmedo con una base de nubes de tormenta bastante baja. "Es algo bastante complicado".

Hay quienes dicen que en los últimos años han empezado a ocurrir con más frecuencia, pero Granda no lo tiene tan claro. Por un lado, el calentamiento global y el aumento de la temperatura del Mediterráneo pueden hacer que estos fenómenos "vayan a más" porque, a más humedad en el ambiente, más bajas serán las nubes.

Por otro, no se puede obviar el factor de la exposición. Ahora hay acceso a mucha más información que hace 20 años, indica Granda. "Antes podías tener una manga marina, pero si nadie la veía o no podía hacerle una foto, no quedaba registrada. Hoy la probabilidad de que alguien la vea o de que la registre es mucho mayor".

Las limitaciones de la previsión meteorológica

Eso sí, el meteorólogo recuerda que la previsión meteorológica es algo muy difícil de conseguir con exactitud, sobre todo por las limitaciones en la física y la computación.

En física, la principal limitación es que hay una ecuación que determina el comportamiento de la atmósfera y que todavía no se ha podido resolver. Eso es lo que hace que no sea posible tener previsiones exactas y siempre haya cierto grado de incertidumbre.

Además, "para tener una previsión 100% precisa necesitarías tener todos los datos de todo momento de toda la atmósfera del planeta", dice Granda. Algo que es imposible.

A estos dos factores hay que sumar las limitaciones de la computación. Los modelos meteorológicos están acotados por cuánto se puede calcular en la actualidad. En los últimos años, han mejorado "muchísimo" y ya hay algunos de gran resolución, pero siguen existiendo carencias, concluye el experto.