El cometa 3I/ATLAS capturado por el telescopio Gemini Sur de Cerro Pachón en Chile (International Gemini Observatory/NOIRLab/NSF/AURA)

El cometa 3I/ATLAS capturado por el telescopio Gemini Sur de Cerro Pachón en Chile (International Gemini Observatory/NOIRLab/NSF/AURA)

Ciencia

Varios telescopios captan al viajero interestelar 3I/ATLAS rumbo a Marte: los astrónomos detectan algo "extraño" en él

El objeto extragaláctico, detectado oficialmente el pasado mes de julio, tiene un comportamiento nunca visto antes en otros cometas.

Más información: Loeb, el polémico astrofísico de Harvard que dice que el cometa 3I/ATLAS podría ser tecnología alienígena "posiblemente hostil"

P. Fava
Publicada

El cometa interestelar 3I/ATLAS es el tercer objeto extragaláctico conocido que ha entrado en el Sistema Solar tras 'Oumuamua y Borisov, pero está resultando ser más intrigante aún para los astrónomos de lo esperado. Los radiotelescopios de la NASA y la ESA —Hubble, SPHEREx, JWST y TESS— han podido observarlo mientras se dirige hacia el Sol y han captado algo, en palabras de los expertos, "extraño".

Las señales de radiación que emite 3I/ATLAS indican que su atmósfera contiene una proporción más alta de dióxido de carbono de lo habitual en los cometas, tanto los interestelares como los nativos de nuestro sistema. Esto aporta indicios sobre el medio en el que se formó, el espacio que ha atravesado o incluso sobre su composición interna.

El cometa fue detectado por primera vez el 1 de julio de 2025, y se calcula que su máxima aproximación al Sol -perihelio- tendrá lugar el próximo 29 de octubre. Sin embargo, en ese momento estará transitando por el lado opuesto del Sol y quedará oculto tras su intenso resplandor, por lo que no podrá observarse desde la Tierra.

Esto implica que el momento idóneo para estudiar el cometa antes de que alcance el perihelio está en plena cuenta atrás. Las revisiones de las últimas semanas han permitido averiguar que la primera detección de 3I/ATLAS ocurrió en mayo. Lo captó el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS) de la NASA, pero dada su velocidad, los investigadores han tenido que componer múltiples imágenes para revelarlo.

Los datos de TESS sugieren que el cometa ya estaba activo dos meses antes de detectarse oficialmente, a una distancia de unas seis unidades astronómicas (UA) del Sol y más allá de la órbita de Júpiter. Esa distancia ha resultado ser muy superior de lo esperado: la mayoría de los cometas comienzan a mostrar actividad -calentarse lo bastante como para dejar una cola de vapor de agua- a no menos de 5 UA del Sol.

En su artículo preliminar, los investigadores plantean que el despertar temprano del cometa podría estar relacionado con su composición. Algunos hielos subliman más fácilmente que otros, y el dióxido de carbono es uno de ellos, explican en ScienceAlert.

Además, a mediados de agosto de 2025, el nuevo telescopio espacial de la NASA, SPHEREx, realizó observaciones multiespectrales del cometa a distancias de entre 3.3 y 3.1 UA del Sol. Su conclusión es que la atmósfera del cometa es rica en dióxido de carbono y en agua. Finalmente, el JWST, calculó que ambos elementos se dan en una proporción de 8 a 1, una de las mayores concentraciones de dióxido de carbono jamás vistas en un cometa.

"Nuestras observaciones son compatibles con un núcleo intrínsecamente rico en CO2, lo que podría indicar que 3I/ATLAS contiene hielos expuestos a mayores niveles de radiación que los cometas del Sistema Solar, o que se formó cerca de la línea de hielo de CO2 en su disco protoplanetario de origen", explican los investigadores. "También puede implicar una baja cantidad de H2O".

Aunque la trayectoria de 3I/ATLAS lo encamina al lado opuesto del Sol, su rumbo lo acerca a Marte lo suficiente como para que las sondas que orbitan el planeta rojo puedan observarlo. Tras el perihelio, el cometa hará su máxima aproximación a la Tierra mientras se marcha del Sistema Solar. La sonda Juno podría interceptarlo cuando pase cerca de Júpiter en marzo del próximo año.