Orlando Bloom en 'The Cut'.

Orlando Bloom en 'The Cut'.

Ciencia

Orlando Bloom (48 años), que perdió más de 13 kilos en tres meses, rotundo: "Sólo comía atún y pepino"

Aunque pueden ser efectivas a corto plazo, las dietas excesivamente restrictivas pueden acabar generando mayores problemas de salud físicos y psicológicos.

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En el mundo del cine, la transformación física por exigencias del guion es habitual. Actores como Christian Bale, que pasó de un esquelético peso de 55 kilos para El Maquinista a un musculoso Batman, o Matthew McConaughey, que adelgazó para Dallas Buyers Club, han demostrado un compromiso casi fanático con sus papeles. El último en sumarse a esta lista es Orlando Bloom, quien perdió más de 13 kilos en solo tres meses para un papel en su última película The Cut.

El actor, de 48 años, que ha logrado el éxito con películas como Piratas del Caribe o El Señor de los Anillos, alcanzó su objetivo de peso con un método con el que, según sus propias palabras en una entrevista en ExtraTV, llegó a sentir que "iba a morir", llevándolo al borde de su resistencia. Es un oportuno recordatorio de que las dietas extremas tienen un precio muy alto y que la salud siempre debe ser la principal prioridad.

La narrativa detrás de The Cut es tan cruda como la preparación de Bloom. La película sigue a su personaje, un boxeador en apuros, que lucha contrarreloj para bajar de peso antes de una pelea. Para alcanzar ese físico demacrado, el actor se embarcó en un régimen progresivamente restrictivo que culminó en una dieta espartana basada en atún y pepino en las últimas tres semanas.

Tal y como confiesa en otra entrevista en This Morning, la dieta estuvo supervisada por el mismo nutricionista que trabajó con Christian Bale, Philip Goglia, y se convirtió en una tortura personal. Desde el punto de vista científico y médico, la dieta de atún y pepino es insostenible y carece de la mayoría de los nutrientes esenciales.

Si se analizan por separado, es cierto que los dos ingredientes son saludables. Por un lado, el atún aporta proteínas; por otro, el pepino proporciona agua y algo de fibra. Sin embargo, queda fuera una amplísima variedad de nutrientes, como carbohidratos complejos, grasas saludables y muchas vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente.

Insostenible y peligroso

Esta privación calórica severa afectó a Orlando Bloom tanto física como mentalmente. "Estaba simplemente exhausto. No tenía energía ni capacidad mental", relata el actor en la entrevista. "Psíquica y físicamente, estaba hambriento. Era horrible estar a mi lado". El actor explica cómo la falta de sueño, que atribuye al hambre, le hizo sufrir "paranoia y pensamientos intrusivos".

Curiosamente, la recuperación fue casi tan dura como la pérdida de peso. Como la película se grabó en orden cronológico inverso, tuvo que "forzarse a comer" de nuevo para recuperar kilos. El actor confiesa que se encontraba "destruido" y se pasaba los descansos "tirado en el suelo entre tomas". Según él, pasar de "estar vacío" a "estar lleno" le provocó nuevas dificultades físicas y hormonales. "Definitivamente no es algo que se pueda intentar en casa", advierte.

El esfuerzo de la estrella para transformar su cuerpo no es un caso aislado. Cada año, miles de personas, famosas y no famosas, se someten a lo que la Academia Española de Nutrición y Dietética denomina "dietas milagro", impulsadas por la promesa de perder peso en poco tiempo. Estos métodos, a menudo promovidos como la "solución" para el exceso de peso, esconden un engaño científico y graves riesgos para la salud.

Los expertos coinciden en que el riesgo de estas dietas va mucho más allá del famoso "efecto yo-yo", es decir, la facilidad para volver a recuperar el peso perdido. Sus principales peligros se resumen en tres:

Riesgo cardiovascular. Someter al cuerpo a ciclos de pérdida y ganancia de peso constantes (lo que se conoce como "variaciones cíclicas") aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares, afectando a la tensión arterial, la frecuencia cardíaca y los niveles de glucosa. La única manera de evitar este riesgo es adelgazar de forma gradual y saludable.

Desequilibrio nutricional. Las dietas milagro, al ser tan restrictivas, eliminan grupos de alimentos esenciales. Los expertos advierten que "este comportamiento suele repetirse durante años", lo que puede generar déficits nutricionales graves y daños a la salud a largo plazo.

Enganche psicológico. El "éxito" a corto plazo de estas dietas las convierte en adictivas. Según los expertos, el mayor riesgo de las dietas milagro es que, al ser tan efectivas a corto plazo, son adictivas. Esto hace que las personas las repitan una o dos veces al cabo del año. "Al cabo de diez años, los daños sobre su salud pueden ser dramáticos”.

La Fundación Española del Corazón recalca que la mejor estrategia para perder peso es una alimentación equilibrada, ejercicio regular y, sobre todo, un seguimiento profesional. Un plan de adelgazamiento adecuado debe ser personalizado, considerar el estilo de vida del paciente y distribuir la ingesta en varias comidas para evitar el hambre intensa y los atracones.

Como demuestra el ejemplo de Orlando Bloom, incluso bajo supervisión, las dietas extremas conllevan riesgos físicos y psicológicos. La única vía segura y sostenible para el bienestar es la paciencia y un estilo de vida saludable.