El astrónomo Rafael Bachiller preside la Comisión Nacional del Eclipse (CNE).

El astrónomo Rafael Bachiller preside la Comisión Nacional del Eclipse (CNE). P.G.S.

Ciencia

Bachiller, el astrónomo que dirige la observación de los tres eclipses que llegan a España: "Es posible ver uno cada 375 años"

La Comisión Nacional del Eclipse se encargará de fomentar y coordinar las actividades relacionadas con el trío de eclipses que se avecinan en España.

Más información: España ante una "privilegiada" temporada de eclipses: se podrán ver cuatro en los próximos tres años

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El astrónomo Rafael Bachiller (Madrid, 1957) creció en una zona de poca contaminación lumínica. Aquello le permitió, al igual que a muchos otros de su generación, quedarse fascinado desde niño por los magníficos cielos plagados de estrellas.

Aún quedan cielos oscuros como los que él observaba de pequeño. Pero son zonas muy despobladas.

Por ello sospecha que los jóvenes ahora pueden estar más influidos por las bellas imágenes de los telescopios espaciales que por la mera contemplación del cielo a ojo desnudo.

Al igual que sucede con los éxitos futbolísticos de la selección española y los nacimientos, Bachiller está convencido de que el trío ibérico de eclipses estimulará un gran número de vocaciones científicas.

Él ya ha decidido dónde verá el primero, que tendrá lugar el 12 de agosto de 2026.

Será en la provincia de Guadalajara, pues tiene lugares magníficos y bien despejados hacia el oeste para la observación, además de que la meteorología es muy propicia en este mes.

Aún no ha elegido la ubicación para los otros dos eclipses. Lo que sí es seguro es que lo hará como presidente de la Comisión Nacional del Eclipse (CNE).

Rafael Bachiller es director del Observatorio Astronómico Nacional.

Rafael Bachiller es director del Observatorio Astronómico Nacional. Fundación BBVA

Este grupo de trabajo se encargará de fomentar y coordinar las actividades relacionadas con los eclipses solares que atravesarán España en los próximos tres años.

En el Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional), que dirige Bachiller, tienen entre sus competencias realizar los cálculos de efemérides astronómicas, incluyendo las de los eclipses.

También han estudiado el Sol durante largas décadas, participando en expediciones muy importantes para observar los eclipses que se vieron desde nuestro territorio en 1860, 1870, 1900, 1905 y 1912.

"Es un honor poder dar continuidad a esta larga tradición", asegura el astrónomo en conversación con EL ESPAÑOL.

Alertar de la afluencia

Uno de "los empeños" de la CNE era que los ministerios involucrados con la observación de los fenómenos se pusieran en contacto para abordar "un reto de muy grandes dimensiones".

De ahí que Bachiller valore como "una buena noticia" la reciente creación de una comisión interministerial para el trío de eclipses, que incluye altos cargos de 13 carteras distintas.

Esta Comisión se encargará de abordar aspectos relacionados con la seguridad y logística de los eclipses, sobre los que los astrónomos "pueden opinar, pero no tienen capacidad para decidir".

Desde la CNE también están en contacto con las diputaciones de todas las provincias de la franja de totalidad del eclipse del 12 de agosto alertando de la afluencia que deben esperar en sus territorios.

Recorrido del eclipse total que atravesará España el 12 de agosto de 2026. Fuente: Instituto Geográfico Nacional

Este eclipse pasará por numerosas capitales de provincia (A Coruña, Oviedo, Bilbao, León, Zaragoza, Valencia y Palma, entre otras).

La Comisión también aconseja a las administraciones para que designen lugares bien definidos de observación que cuenten con los accesos y las condiciones de seguridad necesarios.

España está situada al final de la franja de totalidad, por lo que sucederá cuando el Sol se esté poniendo muy cerca del horizonte, lo que obligará a observarlo desde un lugar con buena visibilidad hacia el oeste.

El mayor desafío

Desde que la Comisión Nacional de Astronomía (CNA) constituyera en 2023 el grupo de trabajo que preside Bachiller, han realizado actividades de divulgación "encaminadas al disfrute seguro de los eclipses".

Han sido "muy importantes" los cursos que están impartiendo a los profesores para que trasladen a sus alumnos la necesidad de realizar la observación con garantías de seguridad ocular.

Y es que "el mayor desafío es que la observación se realice con los ojos bien protegidos, utilizando gafas de eclipse homologadas".

Para ello es fundamental que se haga acopio de los millones de gafas que harán falta para proteger a toda la población y a nuestros visitantes.

Aún no hay cifras precisas del número de visitantes que podrían llegar a España.

Se estima que el que tuvo lugar en agosto de 1999 pudo movilizar hasta 10 millones de personas. Este eclipse tuvo la particularidad de cruzar varios países europeos, algo que no ocurrirá hasta 2081.

Su longitud de la franja de totalidad fue de más de 3.000 kilómetros. El del año que viene apenas tendrá 1.000, "por lo que cabría esperar que la densidad de observadores por unidad de longitud sea mucho más alta".

Imágenes espectaculares, información irrelevante

Los eclipses totales fueron muy importantes durante los siglos XVIII y XIX, ya que permitieron estudiar las capas más externas del Sol, la cromosfera y la corona.

A principios del siglo pasado, incluso se observaron dos eclipses totales para corroborar la teoría de la relatividad general de Einstein.

La información que se podía obtener de ellos dejó de ser relevante apenas unos años después, cuando el astrónomo francés Bernard Lyot inventó el coronógrafo.

Este dispositivo puede acoplarse a un telescopio para, utilizando una máscara circular, tapar el disco del Sol y producir un eclipse artificial.

"Desde el punto de vista estrictamente científico, los eclipses ya no son indispensables para la investigación solar", apunta Bachiller.

De este trío ibérico de eclipses sí que "cabe esperar unas imágenes espectaculares de la cromosfera y la corona", sobre todo porque los eclipses van a coincidir con el punto álgido del ciclo solar 25.

La 'lotería' de España

El último eclipse total que fue visible desde la Península Ibérica ocurrió en 1912. En 1959 tuvo lugar otro, pero únicamente se pudo observar desde las Islas Canarias.

Desde un punto fijo de la Tierra, "sólo es posible ver un eclipse total cada 375 años". En España, sin embargo, el periodo de espera ha sido "muchísimo menor".

"Nos viene tocando la lotería de los eclipses desde hace tiempo", dice Bachiller, quien bromea con que el eclipse de 1870 tuvo lugar precisamente un 22 de diciembre.

A su juicio, a nuestro país aún le queda para prepararse ante esta 'casualidad astronómica'. Aunque "el tiempo vuela y no podemos permitirnos perder ni un minuto".

Esta preparación no sólo es esencial por los desplazamientos masivos que se producirán, sino por las consecuencias que pueden llegar a tener.

En Estados Unidos, el eclipse de 2017 hizo que se incrementaran los accidentes de tráfico mortales.

Según el análisis que lo demuestra, el riesgo de accidente de tráfico aumentó un 31% en el periodo del eclipse, similar al aumento de otros días festivos como el de Acción de Gracias.

El mayor incremento, sin embargo, se produjo una vez que había finalizado el eclipse, con un aumento cercano al 50% en el número de accidentes de tráfico.

Esto provocó que en el de 2024 varios estados declarasen el estado de emergencia.

En España, "habrá que tener en cuenta estos datos para decretar medidas que faciliten la movilidad.

Bulos sobre los eclipses

La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, anunció recientemente que el Gobierno está dispuesto a ofrecer 400 millones de euros para construir en La Palma el Telescopio de Treinta Metros (TMT, por sus siglas en inglés).

Bachiller recuerda que, ya en la década de los años 80, la meteorología y los cielos oscuros "atrajeron algunos de los mejores telescopios de Europa a Canarias y a Andalucía".

Imagen de cómo sería el futuro Telescopio de Treinta Metros, difundida por el Instituto de Astrofísica de Canarias.

Imagen de cómo sería el futuro Telescopio de Treinta Metros, difundida por el Instituto de Astrofísica de Canarias. EFE

Su llegada supuso "un estímulo importante" para que los astrónomos españoles aprendieran a utilizar aquellos telescopios.

Pero, posteriormente, también sirvió para que se afanasen "en desarrollar las tecnologías de vanguardia que siempre acompañan a la astronomía para construir telescopios y radiotelescopios de primer nivel".

El astrónomo madrileño ha asegurado, en anteriores entrevistas, que España es una de las mayores potencias en investigación astronómica a nivel mundial.

A día de hoy, no cree que los recursos se estén desaprovechando.

Pero lo que no ve con buenos ojos es que "los contratos postdoctorales se prolonguen indebidamente y que acaben sirviendo para disimular la precariedad del sistema".

Además de su reconocida trayectoria como investigador en el campo de la astronomía y la astrofísica, también destaca por su faceta como divulgador científico.

Considera que "es obligación de los científicos" explicar en qué gastan el dinero que se les asigna "gracias a los impuestos pagados por los contribuyentes".

Le preocupa que en el contexto actual, en el que "el conocimiento científico es tan accesible", aún se dé la propagación de bulos, incluso en el ámbito científico.

"Sucede hasta con los eclipses, hay quien sigue temiendo que tengan un efecto pernicioso en las embarazadas. Y también están los que niegan que puedan ocasionar daños oculares", concluye Bachiller.