
María Blasco, directora del CNIO (izquierda), junto a Diana Morant, ministra de Ciencia.
Miedo en la élite del CNIO: el 41% de los responsables de área denuncia que hay violencia psicológica con frecuencia
La encuesta de factores psicosociales del centro revela que un 2,8% de ayudantes postdoctorales vive acoso sexual de forma constante.
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Bajos salarios, horas extra, ausencia de desarrollo profesional, no reconocimiento del esfuerzo y violencia psicológica. Estas son algunas de las conclusiones que se extraen de la encuesta de evaluación de factores psicosociales del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
El centro no vive su mejor momento. María Blasco, su directora desde hace más de una década, está en entredicho después de que una veintena de jefes de grupo de investigación elevaran una carta al Ministerio de Ciencia pidiendo su relevo por la mala gestión del CNIO, que ha caído en el ránking de centros de excelencia en España desde que ella es responsable.
También se le ha acusado de utilizar los fondos del centro para promover actividades ajenas a la investigación científica, como CNIO Arte, una iniciativa que buscaba conectar ciencia y arte y lograr financiación a través de la venta de obras donadas, o de abuso de poder.
El patronato del CNIO se reunió en diciembre, suspendió la actividad de CNIO Arte y encargó dos informes de gestión que valorarán en la siguiente reunión, el próximo 29 de enero, en la que podrían decidir el cese de Blasco.
Algunos de estos problemas se reflejan en la encuesta y son generales entre las distintas categorías de trabajadores. Otros, están más circunscritos a algunas de ellas. Por ejemplo, el 41,7% de los responsables de área afirma vivir violencia psicológica con frecuencia, y el 8,3% la sufre "constantemente".
La encuesta fue realizada a finales de 2023 y el informe preliminar se presentó el pasado febrero. El 74% de los trabajadores (318 de una plantilla de 428) rellenó el cuestionario.
Curiosamente, la menor participación se registró entre los directores (7 de 16 contestaron) y los jefes de grupo (respondieron 23 de 38). La mayor se dio entre los técnicos (76 de 79) e investigadores (43 de 49).
Los resultados registrados en el informe muestran que los conflictos interpersonales no son ajenos al centro. El porcentaje de personas que reportan vivirlos con frecuencia no baja del 10% en ninguna de las ocho categorías de trabajadores.
En el caso de los responsables de área, el porcentaje asciende al 33,3% y el 8,4% reconoce vivirlos constantemente. El otro grupo más afectado son los jefes de grupo y sección: el 26,1% afirma experimentarlos con frecuencia y el 4,3%, constantemente.
Pocas veces, con todo, se llega a las manos. Ninguna categoría constata violencia física con frecuencia, aunque un 11,8% de los ayudantes de investigación predoctoral reconoce que ocurre en "raras veces".
La violencia psicológica es harina de otro costal. Al menos uno de cada tres trabajadores la ha vivido de forma esporádica y, más allá de los responsables de área, entre el 4,3% (jefes de grupo) y el 13,2% (ayudantes predoctorales) la experimenta con frecuencia.
A excepción de los directores, todas las categorías tienen trabajadores que afirman vivir violencia psicológica de forma continua: el 2,8% de los ayudantes de investigación post-doctorales, el 2,9% de los predoctorales, el 2,3% de los investigadores, el 4,3% de los jefes de grupo, el 5,3% de los técnicos y el 1,9% de los titulados superiores.
Acoso sexual y discriminación
El acoso sexual también está presente dentro del CNIO, sobre todo entre ayudantes predoctorales y jefes de grupo, donde el 17% de los encuestados afirma haberlo sufrido de forma esporádica.
Además, un 1,5% de los ayudantes predoctorales y el 2,8% de los postdoc denuncia vivirlo "constantemente". En estas categorías, más de la mitad de los trabajadores desconoce que existe un procedimiento de actuación para cuando se dan este tipo de situaciones.
La encuesta también recoge las situaciones de discriminación vividas en el centro. Un 27,9% de los investigadores y un 30,2% de los titulados señalan experimentarla "a veces", mientras que un 8,3% de los postdoc y los responsables de área la viven "a menudo". Un 5,6% de los postdoc, además, reconoce vivirlas "siempre".
Fuentes del centro afirman que "como resultado de la situación de conflicto en el CNIO han aumentado el número de denuncias internas y de las situaciones de conflicto reportadas al comité de empresa", pero "el tiempo ha pasado y ni se actúa ni se revisa nada".
La encuesta ha puesto de manifiesto "que todas las categorías se ven afectadas, muchas veces de manera continuada, por situaciones de conflicto laboral, violencia psicosocial y discriminación. A pesar de ello, la directora no ha querido participar en la búsqueda de soluciones", denuncian.
También se han elevado quejas por la actitud que mantiene esta con sus empleados. "Algunas de estas denuncias y quejas van directamente contra la directora", explican fuentes del centro.
La caída del prestigio y el mal ambiente del centro ha propiciado la salida de varios de los investigadores más destacados del CNIO, como Alfonso Valencia, Manuel Serrano, Erwin Wagner o Marcos Malumbres.
La mala situación psicosocial del otrora buque insignia de la investigación biomédica española se refleja, además, en una carga excesiva de trabajo y unos malos salarios generalizados, según la percepción de sus propios empleados.
La promoción y el desarrollo profesional en el centro es una causa perdida para el 90% de los predoc y los técnicos, así como para el 70% de los postdocs, pero también en tres de cada cuatro responsables de área y jefes de grupo.
Porcentajes similares en lo negativo se manejan cuando se les pregunta si hay correspondencia entre el esfuerzo y las recompensas obtenidas.
En cuanto a los salarios, entre el 60% y el 70% de técnicos, titulados superiores, responsables de área, jefes de grupo o directores reconocen sentirse mal pagados. La proporción aumenta en el caso de los ayudantes de investigación predoctorales y postdoctorales: el 90% y el 80% de ellos, respectivamente, se queja de su bajo sueldo.
En estas dos últimas categorías hay una amplia mayoría que se ven obligados a realizar horas extra o llevarse el trabajo a casa: el 60% de los postdoc y el 86% de los predoc. También lo afirman el 87% de los jefes de grupo y el 41% de los responsables de área. En todas las categorías, más de la mitad de los encuestados considera que la cantidad de trabajo es excesiva.
La mala situación salarial de los empleados del CNIO es vox populi. Hay una cuarentena de trabajadores (en su mayoría, técnicos) veteranos que han planteado reclamaciones a la empresa para que les igualen el sueldo a los que han entrado después, con dos sentencias ya materializadas a su favor.
Desde el comité de empresa recuerdan que los técnicos tipo I tenían salarios por debajo de los 20.000 euros anuales, generando una discriminación respecto a las nuevas contrataciones "para realizar las mismas funciones que, aunque tienen la misma formación, no tienen la misma experiencia".