Un operario municipal de Zamora limpiando un grafiti

Un operario municipal de Zamora limpiando un grafiti Cedida

Zamora

El vandalismo, un agujero negro de casi 85.000 euros en el bolsillo de los zamoranos

La gracia de quemar contenedores o pintarrajear los espacios públicos supone un importante golpe a las arcas del Ayuntamiento de Zamora cada año.

Más información: Un pirómano quema diez contenedores y cuatro coches en seis calles de Zamora en apenas unas horas

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Contenedores quemados, grafitis reincidentes, papeleras destrozadas o jardines convertidos en aparcamientos improvisados: el vandalismo en Zamora tiene un coste económico que repercute al bolsillo de sus ciudadanos, además de la mala imagen social y de convivencia que da la bella Perla del Duero.

El concejal de Obras, Infraestructuras Urbanas, Movilidad y Participación Ciudadana, Pablo Novo, está cada día al tanto de estos incívicos sucesos y aunque reconoce que "entra dentro de lo común en una ciudad", alerta de que la solución no pasa solo por la limpieza.

Desde el servicio municipal, "se está limpiando todos los días una cantidad inmensa de pintadas", especialmente en zonas de alta incidencia como en los últimos días el acceso a Valorio desde Obispo Nieto.

Contenedor completamente deshecho por las llamas

Contenedor completamente deshecho por las llamas Cedida

Sin embargo, el concejal tiene "la sensación de que pueden ser los mismos grupos" tras cada repetición, por lo que cree que "nos falta atajar el problema desde un punto de vista policial" y aboga por mejorar "el trabajo en común" con la Policía Municipal para reforzar la vigilancia en puntos conflictivos.

Un coste de 84.400 euros en 2024

El impacto económico de estos actos se traduce en cifras concretas. Nada menos que 81.400 euros aproximadamente, que salen de las arcas municipales cada año. Solo en 2024, la quema de contenedores supuso un gasto de 22.400 euros con 56 unidades calcinadas, a 400 euros cada una.

A esto se suman 45.000 euros dedicados a combatir los indeseables grafitis. Una cuantía que el concejal desglosa en en 30.000 euros de sueldo del operario asignado a la tarea y 15.000 euros en materiales.

Trabajadores municipales del servicio de limpieza de Zamora eliminando un grafiti

Trabajadores municipales del servicio de limpieza de Zamora eliminando un grafiti

En los parques infantiles, la reposición de papeleras destrozadas mide su factura en torno a 4.000 euros anuales, con una veintena de unidades a 200 euros cada una. Además, entre dos y tres veces al año, el Ayuntamiento tiene que invertir unos 1.000 euros por acción en reparar los daños provocados por vehículos estacionados indebidamente en jardines.

Jardines destrozados en Zamora por aparcar en ellos

Jardines destrozados en Zamora por aparcar en ellos Cedida

"Tenemos casos de vecinos que aparcan sus coches en los propios jardines o los utilizan para dar la vuelta en zonas peatonales", explica Novo.

Aunque en los últimos tiempos, uno de los gastos más llamativos por su coste ha ocurrido en julio de 2024 el parque León Felipe. Y es que los vándalos quemaron un elemento de juego, lo cual ha obligado a renovar el caucho y u estructura por un coste total de 10.000 euros.

Juegos del parque León Felipe quemados

Juegos del parque León Felipe quemados

El Ayuntamiento también asume anualmente miles de euros en repintado de bancos, barandillas y elementos de juego por el mantenimiento ordinario, más las intervenciones extraordinarias derivadas del vandalismo.

A ello hay que añadir el coste humano con el tiempo que dedican a diario los operarios, a menudo dedicado a pequeñas reparaciones. "Mucho tiempo de trabajo que no se puede cuantificar en dinero", explica Novo, pero que supone un gasto elevado y continuo de los recursos municipales.

Sanciones y concienciación

Sobre las sanciones que se emiten por este mal endémico que es el vandalismo, Novo hace un balance modesto. "Las denuncias rondan la quincena en lo que va de mandato aproximadamente", indica Novo. Un dato quevalora como "positivo" y que atribuye en gran parte a la "colaboración ciudadana". Y es que los avisos directos de vecinos al detectar a los vándalos en la zona o los propios incidentes se han convertido en la vía más eficaz para frenar daños mayores.

Paralelamente, el Consistorio impulsa campañas de concienciación ligadas al contrato de limpieza con Prezero. Ejemplos de ello han sido la celebración del Día de la Bici, para promover la movilidad sostenible, la campaña que homenajeó a los trabajadores de limpieza durante la Semana Santa o iniciativas contra el abandono de voluminosos y la limpieza de orines de perro.

Para este año, Novo anuncia dos nuevas campañas: una de rehabilitación de contenedores de vidrio "mejorando e incrementando el número" existente, y otra para difundir el servicio de recogida de voluminosos a través de la aplicación 'Línea Zamora', que se suma al teléfono oficial actual.

Pero sobre la posibilidad de realizar una campaña específica contra el vandalismo, el concejal tiene sus dudas porque cree que podría "darle más alas a la gente que ya hace actos vandálicos" o incluso incentivar a nuevos imitadores.

Por ese motivo, defiende el "trabajo silencioso" de los trabajadores municipales. "Lo más importante es precisamente esa relación directa, con agilidad y en silencio", apunta y pone como ejemplo reciente el lunes tras el Domingo de Resurrección, que tras el trajín festivo, apenas quedaron rastros basura en la Plaza Mayor.

Para Novo, el reto de Zamora pasa por ajustar las palancas de actuación (limpieza inmediata, sanciones, vigilancia y educación ciudadana), para evitar que la factura, tanto económica como de convivencia, siga creciendo. Solo así, concluye el concejal, se podrá mitigar de forma sostenible el impacto de un vandalismo que, aunque "ordinario y frecuente", no deja de golpear las arcas de la ciudad año tras año.