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Podemos Zamora analiza los tres grandes problemas del botellón

28 febrero, 2018 23:13

Podemos Zamora ha querido mostrar en un comunicado emitido esta tarde su postura política ante el botellón, un tema que lleva estando muy presente las últimas semanas, y lo ha hecho bajo los tres principales problemas que la formación morada cree que existen a su alrededor.

Desde Podemos señalan que el problema del “Botellón” ni es un problema sólo de Zamora; ni es nuevo pues el alcohol forma parte de nuestra cultura desde Mesopotamia. Es, en las últimas décadas, cuando el consumo juvenil se diferencia del tradicional al convertirse en el articulador de su ocio y en el eje de sus relaciones sociales.

Así, la formación morada ha desgranado tres problemas a abordar, complejos, que no es cosa sólo de ediles y que Podemos cree que debería aprovecharse para que Zamora tomara conciencia y participara al unísono en una estrategia en donde los jóvenes deberían ser los principales actores y los más concienciados; y eso sí es cosa de ediles.

Primer problema: el alcohol es un negocio

El alcohol es negocio económico y político. Propio de una sociedad de consumo que desea la inhibición como actitud deseable. Empujar a los jóvenes es fácil si no hay resistencia de las instituciones ni de los tutores ni de los consumidores, si no tienen obligaciones laborales, si no aspiran a más libertad que la de consumir: la noche de los fines de semana es de los jóvenes. Y beben por disidencia, emancipación y afirmación de su identidad. Junto ese alcohol nocturno y alejado de los mayores están: las drogas, las agresiones sexuales y los psicópatas que encuentran el mejor ecosistema para sus maldades.

QUÉ HACER: controlar su consumo como toda droga. En la calle no se bebe. Ni un “Botellón” más en nombre de una Universidad, de una Semana Santa o de una Fiesta Popular. En la calle no se bebe, ni se droga, ni se sirven bebidas a menores. Les llevemos a la responsabilidad personal de su consumo, nada de carros ni bebódromos municipales. No vamos a registrarlos uno por uno, pero que no puedan esconderse en el grupo para consumir sin control ni conciencia.

Todos los niños y adolescentes tienen derecho a crecer en un medio ambiente protegido de las consecuencias negativas asociadas al consumo de alcohol y, en la medida de lo posible, de la promoción de bebidas alcohólicas.

Segundo problema: el alcohol es un no-ocio

No podremos intentar ninguna medida si no habilitamos espacios para que los jóvenes se reúnan y se encuentren, se relacionen y se diviertan, desde otras alternativas que no hay que inventar y que son las de siempre: un sitio tranquilo, asequible, con un mínimo de seguridad garantizada, motivador y adecuado. Los jóvenes no tienen más lugares donde verse que los bares. Esto aún no es problema en un finde cualquiera. El problema para Zamora son sus tres “Botellones Oficiales” con la anuencia por activa o por pasiva de las instituciones.

QUÉ HACER: habilitar ese espacio. Un espacio a ensayar en esas tres fechas como primer acercamiento a una solución. Un espacio muy amplio, incluso con posibilidades de adquirir en máquinas expendedoras alcohol de baja graduación y refrescos bajos de azúcar y comida saludable (nunca barras, porque es otro espacio y porque no queremos vigilar al que sirve). Un espacio cubierto y a través de nuevas tecnologías (que existen) casi insonoro. Un espacio lejos del casco antiguo. Podría ser La Marina. Un “Área de Descanso” que no impide pendular por otros establecimientos a quien lo desee. Con actividades afines a ellos, a conciliar con ellos.

Todas las personas que no quieren beber alcohol o que no pueden hacerlo por motivos de salud o de otro tipo, tienen derecho a ser protegidos frente a las presiones para consumir alcohol y a recibir apoyo en su decisión de no beber alcohol.

Tercer problema: el alcohol no es saludable

Hay que entrar ya en las aulas para debatir con ellos los problemas que tiene el consumo de alcohol. Que las drogas van a estar ahí siempre, por mucho que se persigan. Que existen otras alternativas para divertirse los fines de semana. Que el alcohol no es ninguna diversión. Para adquirir un compromiso por el cual las instituciones se esforzaran en invertir para posibilitar espacios y otros modos de ocio, pero a cambio, en la calle no se bebe. Hay que entrar en las cabezas de todo Zamora: sindicatos juveniles, asociaciones de padres y de vecinos, responsables de bares de copas…para asumir que ahora lo que son tres “Botellones” puede acabar con excursiones programadas con el destrozo patrimonial y social que ello supone.

QUÉ HACER: asumir que tenemos ya tres botellones problemáticos y que hay que empezar cuanto antes a negociar fórmulas adecuadas, sin criminalizar, pero ensayando alguna fórmula que no deje abandonado al albedrío de desalmados a una juventud con un futuro muy duro de asumir y muy caro de afrontar.

Todas las personas tienen derecho a recibir una educación e información valida e imparcial desde la infancia acerca de las consecuencias del consumo de alcohol sobre la salud, la familia y la sociedad.