Juan Carlos en el Bar Costa de Bobadilla del Campo

Juan Carlos en el Bar Costa de Bobadilla del Campo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Juan Carlos (55) reabre el bar de un pueblo vallisoletano con 65 años de historia: "No es fácil sobrevivir, pero se intenta"

El vallisoletano, tras trabajar durante 30 años en una empresa de restauración de monumentos, volvió al negocio hostelero que se encontraba cerrado.

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Bobadilla del Campo es un municipio de la provincia de Valladolid que reina por un color que inunda sus calles debido al ladrillo antiguo y adobe que sostiene sus casas. Incluso, este material se emplea en su monumento más emblemático, una iglesia de estilo mudéjar del siglo XVI de belleza extraordinaria, consagrada a San Matías.

Se trata de una localidad, que según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) cuenta con una población de 284 habitantes. Destaca por su calendario festivo, y por las diferentes actividades que programa y que reúnen a vecinos y forasteros a lo largo de todo el año.

Allí vive Juan Carlos Garrido Pedraz. También nació en Bobadilla, un hombre de 55 años, amante de la caza, la lectura y de jugar al mus, que ha reabierto el histórico bar que allá, por 1960 pusieron en marcha sus padres Costa y Sole.

“Mis padres eran muy queridos en el pueblo por lo bien que se portaban con todos los vecinos. Abrieron el Bar Costa en el año 1960 en la calle San Isidro y luego se instalaron, en 1977, en la calle Braulio Martín. Ahora, yo, he vuelto a coger las riendas del establecimiento hostelero”, añade nuestro entrevistado.

EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con él para conocer su historia al detalle.

La vida de Juan Carlos y vuelta al bar

Me defino como una persona trabajadora. Buena gente y que siempre va de frente. Nací en Bobadilla del Campo y tengo mucho cariño a la tierra que me vio nacer”, asegura Juan Carlos, en declaraciones a este periódico.

Recuerda, con cariño, su infancia. En la calle. Feliz. Con sus familiares y amigos. Eran esas épocas en la que la vida en el mundo rural se basaba en pasar tiempo en la calle, jugando. Unos tiempos que han cambiado y mucho en la actualidad.

“Recuerdo que, cuando era pequeño, quería ser militar o guarda forestal. Sin embargo, desde muy pronto, el mundo de la hostelería me atrapó. Ayudaba a mis padres en el bar que ahora vuelve a estar muy presente en mi vida”, confiesa.

Después de 30 años trabajando con una empresa de restauración de monumentos. Por motivos de salud, le tocó cambiar de oficio y reciclarse para volver a llevar las riendas del Bar Costa.

Un bar con 65 años de historia

El Bar Costa lo abren mis padres en el año 1960. En principio en la calle San Isidro de Bobadilla del Campo. En 1977 se trasladan hasta la calle Braulio Martín que es donde está ahora. Tiene 65 años de historia y es el bar de toda la vida del pueblo. Lo llevaron ellos hasta que en 1990 muere mi madre y en el año 2000 mi padre”, asegura nuestro protagonista.

Después, Juan Carlos y su hermana lo llevaron durante un tiempo para alquilarlo posteriormente. El establecimiento hostelero cerró sus puertas durante los dos últimos años, pero nuestro entrevistado se ha puesto al frente desde el 17 de abril de 2025.

Imagen del Bar Costa en Bobadilla del Campo

Imagen del Bar Costa en Bobadilla del Campo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

El bar estaba cerrado y lo he vuelto a reabrir yo tras un proceso de acondicionamiento. Desde abril ha vuelto a la vida. Trabajamos aquí una chica, a tiempo parcial, y yo. Quería hacer un homenaje a mis padres y dar un buen servicio al pueblo con la reapertura”, añade.

Un bar de pueblo, de esos de los de toda la vida, que cuenta con 73 metros cuadrados interiores y con una terraza de 76. Allí se puede disfrutar de una cerveza, de un café o de un vino, en la mejor compañía. También vende chucherías.

Es un buen sitio de reunión para la gente de la localidad vallisoletana.

“No es fácil sobrevivir”

“Me gusta dar un buen trato al cliente. Sobre las ganancias, depende de los meses y las temporadas. Hay meses que se gana más dinero y otros que se gana menos”, añade Juan Carlos.

El hostelero, sobre el hecho de sacar adelante un negocio en el medio rural, asegura que “no es fácil sobrevivir, pero se intenta” dando lo mejor de sí y trabajando día a día para que Bobadilla del Campo siga contando con este servicio.

“Siempre hay que mirar al futuro con optimismo. Mi objetivo y mi deseo pasan por seguir viendo prosperar a la gente del pueblo y a los míos”, finaliza nuestro protagonista.

Larga vida al Bar Costa.