Javier Azorín en su consulta.

Javier Azorín en su consulta. Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Javier, un médico que cambió la ciudad por el pueblo: "El mayor problema en verano es la escasez de personal"

Pide más inversión en Atención Primaria y un nuevo Estatuto para Médico propio para mejorar las condiciones de estos trabajadores, claves, en el sistema sanitario.

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Francisco Javier Azorín Sanz es un médico de familia de 62 años que en la actualidad ejerce su profesión en el Centro de Salud de Serrada, pero el consultorio médico en el que pasa consulta se ubica en Villanueva de Duero, en la provincia de Valladolid.

Un hombre que ama su profesión y que lleva la mitad de su vida ejerciendo en consultorios urbanos y la otra mitad en rurales, pasando por Alaejos, Cigales, Tudela de Duero y ahora por Serrada.

Pide a las administraciones “aumentar la partida presupuestaria” en Atención Primaria, también “mejorar los aspectos tecnológicos” y “proceder a una reorganización de las zonas básicas de salud”.

EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con él para conocer su historia. 

Apuesta por la medicina

Nuestro entrevistado nació y estudió en Valladolid, en concreto en el Colegio Marista. Su asignatura favorita siempre fue Biología, por lo que decidió encaminar su carrera profesional al mundo de las ciencias y, en concreto, al mundo de la Medicina.

“Tenía antecedentes familiares. Mi abuelo, José Azorín Blanco, fue un conocido médico en la ciudad del Pisuerga, de principios del siglo XX. En 1980 arranqué con mis estudios en la Universidad de Valladolid, aunque me tomé la carrera con tranquilidad porque quería disfrutar de mis 20 años”, asegura nuestro protagonista.

Tras licenciarse completó varias actividades médicas relacionadas con el mundo del deporte, su otra pasión, pero, un tiempo después decidió dar un cambio en su vida, muy importante.

“Me di cuenta de que tenía que hacer una especialidad y preparar el MIR. Así lo hice en la Academia de Oviedo. Lo aprobé a la primera. Eran tiempos difíciles, con mucho aspirante para pocas plazas, pero lo conseguí”, añade.

Francisco Javier Azorín Sanz logró la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria. Su formación la completó en la Unidad Docente de Las Palmas-Lanzarote, concretamente en el Hospital Comarcal de Lanzarote.

“Una vez terminé por las islas, regresé a Valladolid con esa especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria y empecé a ejercer en la ciudad en la que había nacido”, explica nuestro protagonista.

De Valladolid ciudad al medio rural

El especialista asegura que tras llegar a la ciudad que le vio nacer, los primeros años “fueron complicados” ya que “había muchos médicos que hacían sustituciones” y había que “hacerse un hueco” en la Gerencia de Atención Primaria de Valladolid Este.

Tras un duro trabajo consiguió una interinidad en el Centro de Salud de Circular, en el medio urbano, donde estuvo un total de 12 años, ocho de ellos como coordinador del centro. Tras esto, aprobó las oposiciones de estatutario y funcionario y comenzó su andadura en el mundo rural.

“Quise cambiar la actividad de la zona urbana a la rural porque se complicaba la cosa. Todo a raíz de la crisis económica de 2008, con la escasez de sustitutos y los recortes. Ahí comenzó el declive sanitario”, nos explica.

Se marchó durante un año al Centro de Salud Rural de Alaejos, luego a Cigales, donde vivió la pandemia y fue también coordinador y después a Tudela de Duero, una zona básica de salud grande, pese a estar en el entorno rural.

Ahora llevo un año y medio en el Centro de Salud de Serrada pero el consultorio médico en el que paso consulta es el de Villanueva de Duero. La mitad de mi carrera profesional la he pasado en centros urbanos y la otra mitad en rurales”, confiesa.

El Centro de Salud de Serrada

El Centro de Salud de Serrada Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

“Escasez de personal”

El mayor problema que nos encontramos en el medio rural en verano es la escasez de personal. Hay falta de médicos porque las nuevas generaciones no quieren ejercer la Medicina de Familia debido al desprestigio de la especialidad y por la alta carga burocrática con la que nos encontramos. Todo esto se acentúa más en verano”, añade.

Y es que, como nos explica el profesional, en estos meses en los que el calor aprieta, la “población flotante aumenta mucho” porque muchos “hijos y nietos vuelven al pueblo a pasar un tiempo” y “unido a los descansos de los profesionales sin sustituciones” provoca que “la carga de trabajo aumente”.

“Hay menos efectivos y mayor población. Esto hace que muchos días tengamos que pasar consulta en varios pueblos con lo que conlleva el desplazamiento. Además, puede ocurrir que estés primero en un municipio, llegues al segundo y surja una urgencia en el primero por lo que tienes que volver y dejar todo empantanado”, asegura Azorín.

Él se dedica a atender a la demanda a los pacientes en consulta, también las urgencias y, además, cuentan con actividades de formación y de investigación, o de docencia a los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria. Además de las guardias y las actividades de participación comunitaria. Casi nada.

Ese es el problema de los meses de verano que hay más atención, menos compañeros y más guardias. Sin embargo, me he encontrado con el trato cercano de la población que valora muy bien el trabajo del médico”, añade nuestro entrevistado.

Javier posando mientras trabaja en su consulta.

Javier posando mientras trabaja en su consulta. Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Reivindicaciones

“Al Ministerio de Sanidad le pediría, y es nuestra reivindicación fundamental, que se negocie el Nuevo Estatuto de Profesionales Sanitarios con nosotros. Queremos un Estatuto Médico propio. Esto es lo que ha provocado huelgas y puede volver a generarlas”, añade.

Apunta que los médicos quieren “negociar sus condiciones de manera individual” y por eso hace esa petición al Ministerio de Sanidad dependiente del Gobierno de España.

“Si queremos que nuestro sistema sanitario funcione hay que aumentar el presupuesto para Atención Primaria al 25% del total de Sanidad. Somos el primer punto de contacto con los pacientes. Con una Atención primaria fuerte, se ahorrarían dinero en los niveles sanitarios posteriores”, explica nuestro protagonista.

Entre esas reivindicaciones que propone Francisco Javier Azorín está también llevar a cabo “una reorganización de las zonas básicas de salud” para “equilibrar las ratios por paciente”.

“Potenciar las zonas donde más profesionales se necesitan quitando en las que menos. Esto es difícil para las Administraciones por la oposición de los alcaldes, pero hay que intentarlo. También integrar a compañeros, médicos de área que se dedican a la atención continuada para la Atención Primaria”, añade.

Un componente muy importante también para nuestro entrevistado es la renovación tecnológica. Afirma que el programa Medora “tiene muchas deficiencias y que hay que mejorarlo porque ralentiza el trabajo de los profesionales”.

“Por último, hay que disminuir la carga burocrática porque nos pasamos la mitad de la jornada resolviendo esto. Tenemos que centrarnos más en la investigación y la docencia. Mientras todo esto llega, seguiremos dando lo mejor de nosotros en el mundo rural”, finaliza.