María y su Bar El Refugio en Nava del Rey

María y su Bar El Refugio en Nava del Rey Fotografías cedidas a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

María, una historia de amor y un tranquilo bar de pueblo: "Conocí al que sería mi marido en las fiestas"

La vallisoletana lleva, desde hace 14 años, el establecimiento hostelero y nos cuenta cómo fue ese flechazo con Alejandro, con el que se casó hace 26 primaveras.

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Nava del Rey es un municipio de la provincia de Valladolid que se sitúa en la vertiente meridional, a unos 50 kilómetros de la capital y que forma parte de la comarca de Tierra del Vino.

El origen de la villa está estrechamente vinculado a la política de repoblación que iniciaron los monasterios a partir del siglo XII, al igual que sucede con el de otros territorios cercanos, de alrededor.

Dos lugares en los que hay que pararse cuando se haga una escapada al lugar pasan por ser la Iglesia Parroquial de los Santos Juanes, una obra del siglo XVI, y la Ermita de la Vera Cruz, del siglo XVII, que son solo dos ejemplos de sus múltiples monumentos de interés.

En la actualidad, el lugar cuenta con una población, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de 1.925 habitantes, aunque ese número aumenta en los meses de verano.

Allí tiene su bar, que lleva el nombre de El Refugio, María García. Vallisoletana, de 52 años de edad, y que acabó en la localidad vallisoletana por amor en una bonita historia que nos cuenta en esta entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León.

María en el Bar El Refugio

María en el Bar El Refugio Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Llegada a Nava del Rey por amor

Me considero una persona trabajadora y muy alegre. Con ese don de gentes para poder hablar con todo el mundo y para llevar nuestro bar y sacarlo adelante, día tras día”, asegura María a este periódico.

Nuestra protagonista nació en Valladolid. Suma 32 años en el mundo de la hostelería, y disfruta haciendo deporte y, sobre todo, andando por el pueblo y respirando el aire limpio que destaca y que merece la pena ensalzar en el mundo rural.

Llegué a Nava del Rey hace 26 años. Cuando me casé. Siempre viví en la capital de la provincia, completé allí mis estudios, pero conocí al que sería mi marido en las fiestas y nos casamos”, añade la profesional de la hostelería.

Contrajo matrimonio con Alejandro, que por aquel entonces llevaba el Bar del Jubilado, y se desplazó hasta la localidad pucelana.

“Me vine aquí por amor, está claro”, no duda en asegurar.

El Bar El Refugio

De pequeña, nuestra entrevistada quería ser periodista. Era su sueño. Pero, finalmente, la hostelería la atrapó. También el hecho de comenzar su vida con Alejandro en el pueblo. Por ello, ambos se lanzaron a la aventura de coger las riendas del Bar El Refugio.

“Es un bar que tiene unos 40 años de historia. Primero lo tuvo Manolo y hace 15 años lo cogemos mi marido y yo en alquiler para intentar dar el mejor servicio a nuestros vecinos. Ese es nuestro objetivo cada vez que levantamos las persianas.

Un establecimiento hostelero que se ubica en la calle La Soledad, cerca del cuartel de la Guardia Civil, y que cuenta con 120 metros cuadrados de espacio interior para tomar un refresco o disfrutar de una parlada.

Cuenta, además, con una terraza exterior con 20 mesas que estarán muy solicitadas en verano y ahora que el calor aprieta, de lo lindo.

María feliz en su bar

María feliz en su bar Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

“En nuestro bar ofrecemos tranquilidad y buena compañía. Esa es nuestra especialidad, que la gente venga y pueda dialogar y pasar un buen rato tomando algo. Al final, servimos de punto de encuentro entre los vecinos, y también, entre los forasteros que vienen a visitarnos”, añade María.

La hostelera añade que “ofrece tapas en momentos clave y marcados en el calendario” como pueden ser las fiestas de la localidad o la Semana Santa, pero lo más importante es llegar al lugar, pedir un refresco y socializar. La clave de cualquier bar, más de El Refugio.

“Los vecinos están contentos con nosotros. Al final, todos nos conocemos. Es cierto que es complicado sacar adelante un negocio hostelero porque, cada vez, la gente sale menos o se reúne directamente en sus casas”, añade la hostelera.

Mirando al futuro, María prefiere ir “día a día” porque “nadie sabe lo que nos puede ocurrir”. Apuesta por seguir trabajando y porque el futuro lo marquen los pequeños momentos que hacen todo especial.

Larga vida al Bar El Refugio de Nava del Rey.