
Antonio, hermano de Carmen, en Heladería Iborra de Valladolid
Ya nada será igual en la Heladería Iborra sin su corazón: "Carmen era alegre y cercana. También muy golosa"
Su hijo, Jorge, y su hermano Antonio charlan con EL ESPAÑOL de Castilla y León para rendir homenaje a una mujer única.
Más información: Luto en Valladolid: fallece Carmen, el corazón de la histórica y centenaria Heladería Iborra
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Ya nada volverá a ser como antes, dice la conocida canción, y tampoco para un mítico negocio vallisoletano como es Heladería Iborra, tras el fallecimiento de Carmen, la que era una de las tres patas del negocio junto a Manuel y Antonio, sus dos hermanos.
Carmen Iborra Cremades fallecía a los 61 años de edad el pasado martes, 18 de marzo. Se cumplen ya más de tres meses, mientras que la heladería intenta recuperar la normalidad y sobreponerse a este duro golpe.

Jorge, su hijo, y Antonio, su hermano, hablan con EL ESPAÑOL de Castilla y León para contarnos cómo es la vida sin una persona agradable y que amaba su trabajo.
A pesar de su fallecimiento, la vida sigue y toca mirar adelante recordando a la vallisoletana. Ese es el mejor homenaje para ella que mirará desde el cielo a su querida heladería.
Un recuerdo por Carmen
“Se siente su ausencia. Llevaba tiempo sin trabajar de cara al público. Sin embargo, en la tienda, formaba parte activa del negocio, tanto en Valladolid como en Jijona, donde iba a trabajar al obrador de octubre a diciembre cada año. Le encantaba ir allí, sentarse y elaborar figuritas y pasteles de gloria o de yema”, afirma su hermano Antonio.
Todo hablando de Carmen, que se nos fue tristemente el pasado 18 de marzo, aunque como confiesa, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León su hijo Jorge, “no se ha marchado definitivamente ya que la recordamos todos los días”.
Su hijo cuidó a su madre, que padecía una enfermedad, hasta el final de los días. No la dejó sola ni un instante.
“Era alegre y cercana. Le gustaba mucho pararse a hablar con los clientes y conocidos que se encontraba por la calle. Era fiel consumidora de las confiterías de la ciudad. Muy golosa. Aunque no le gustaba reconocerlo era una luchadora que encaró las enfermedades que le vinieron con la mejor de las actitudes”, explican Jorge y Antonio.

Antonio en Heladería Iborra
Era una mujer “muy vital y con ganas de vivir”, añade Antonio. Su hermano añade que “siempre estaba pendiente de su familia y del negocio” y que fueron muchos los que se sorprendieron con su fallecimiento.
Se la echa de menos. Todos los días. Aportaba esa experiencia en la venta, de cara al público, siempre con una sonrisa y la mejor de las atenciones. Una de esas mujeres de las que uno nunca se olvida.
La historia de un negocio vital para Valladolid
Iborra nace allá por el año 1900 cuando Manuel Iborra García comienza a vender sus turrones en solitario tras pasar las últimas décadas del siglo XIX acudiendo a la ciudad con unos tíos suyos.
El local Helados y Turrones Manuel Iborra nace en 1957 primero vendiendo sus turrones, que es cuando se abre la tienda en la calle Lencería, en la que se ubica en la actualidad, y un año después comienza a despachar helados, en 1958.
Los hermanos, Antonio, Manuel y Carmen tomarán las riendas del negocio tras el fallecimiento de su padre, momento en el que formaron la sociedad que gestiona la heladería en la actualidad.

Heladería Iborra en Valladolid
“Hasta hace bien poco éramos los tres hermanos los que estábamos al frente y nos dedicábamos al negocio familiar, pero con el fallecimiento de nuestra hermana nos hemos quedado Manuel; Jorge, el hijo de Carmen, y yo, al frente”, asegura Antonio.
Toca mirar adelante y sobreponerse a un fallecimiento que ha sido muy doloroso para todos.
Mirando al futuro
“La tienda tiene dos temporadas claramente diferenciadas. La del helado y la del turrón”, asegura Jorge, sobre un negocio centenario que destaca por la calidad de sus productos.
Durante el verano nos podemos encontrar con más de 24 sabores diferentes de helados artesanos de horchata, granizados y barras de corte. Cuando el calor se va marchando, el helado se queda, pero solo en formato para llevar a casa.

Diferentes helados en Iborra
Es ahí cuando entra en escena el turrón y la pastelería navideña. Las figuritas de mazapán, los polvorones y la sopa de almendra comparten mostrador con los tradicionales turrones y con las grajeas de chocolate, entre otras muchas delicias que se elaboran en Jijona.
En los últimos meses se ha reformado la tienda después de 40 años sin hacerlo y esta campaña se afronta con el compromiso del trabajo por parte de la familia.
Es el mejor homenaje que su hijo y sus hermanos pueden hacer a una Carmen que quedará en el recuerdo ya de todos los vallisoletanos y forasteros que disfrutaban de los productos de Iborra.