José Manuel González en Xoco

José Manuel González en Xoco Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Deliciosos helados de increíbles sabores en Valladolid: "En verano vendemos 50.000 entre cucuruchos y tarrinas"

Al frente de esta cafetería-heladería, que suma ocho años de vida, está José Manuel González que se lanzó a una aventura que, de momento, va bien.

Más información: La famosa heladería que hace helados de 200 sabores diferentes en la provincia de Valladolid: “Somos fabricantes de felicidad”

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Ya llega el buen tiempo. El calor. Ese que se pasa mejor disfrutando de un buen helado artesano. De ese sabor único que llega desde el paladar directo al cerebro y que hace que nos sintamos mucho mejor cuando el sol aprieta.

En Valladolid uno se puede deleitar con el sabor de muchos y buenos helados artesanos que hacen las delicias de vecinos y también de turistas que llegan hasta la ciudad y se deleitan con el mejor sabor de este peculiar producto.

Desde ocho años, con José Manuel González al frente, se encuentra abierta en la calle Santiago, en pleno corazón de la capital del Pisuerga, la Heladería-Cafetería Xoco, que es un sitio perfecto para disfrutar de un buen helado.

Reina lo artesanal y destaca por sus sabores frutales, o el de chocolate. También por otros como el de avellana, elaborado con avellanas naturales de una cooperativa de agricultores italianos o del de café con cien por cien café arábico.

Un lugar para disfrutar con un sabroso helado.

Un emprendedor

José Manuel González nació en Zaragoza. Realizó estudios de gestión y administración de empresas de hostelería y turismo en Suiza, en concreto en la Escuela Centro Internacional de Glion. Sus inicios en el mundo hostelero fueron, ni más ni menos, que, trabajando en el Restaurante Arzak, en San Sebastián y luego en la cadena de hoteles Concorde de París.

Tras esto, se incorporará, junto a sus dos hermanos en el Restaurante Los Zagales en Valladolid y en la famosa cadena familiar de cervecerías La Mejillonera, muy famosas en la ciudad del Pisuerga.

“Me defino como una persona emprendedora y valiente. Nací en Zaragoza, pero a los pocos meses me trasladé a Valladolid”, asegura nuestro entrevistado, de 54 años, y amante del yoga, de la fotografía y de los paseos por la naturaleza.

Recuerda su infancia de manera “feliz y normal” en la capital vallisoletana, junto a sus padres y sus hermanos. Desde pequeño vivió el mundo hostelero y siempre se ha caracterizado por su interés en todo lo que tenga que ver con la creatividad.

Fue en junio de 2017 cuando se lanzó a una aventura que, de momento, no le va nada mal.

La Heladería-Cafetería Xoco en pleno centro de Valladolid

La Heladería-Cafetería Xoco en pleno centro de Valladolid Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Historia y venta de helados

La cafetería-heladería Xoco se abrió hace ocho años, debido, sobre todo, a la curiosidad e interés por la heladería artesanal y tradicional y la cultura del café. Yo quería hacer un producto natural y tras formarme he conseguido elaborar helados y polos donde prima el proceso natural y la calidad de la materia prima”, señala nuestro entrevistado.

Desde el comienzo se puso al frente de un negocio que se ubica en pleno centro de Valladolid, en concreto en la calle Santiago número 13 de la ciudad lo que le da una gran visibilidad a un negocio que cuenta con ocho empleados.

“Vendemos helados todo el año. Ahora, que cada vez somos más conocidos, la venta ha aumentado notablemente. De junio a septiembre vendemos unos 50.000 helados entre cucuruchos y tarrinas”, apunta nuestro protagonista.

Son muchos los que, a diario, pero sobre todo los fines de semana disfrutan con una de sus sabrosas elaboraciones artesanas.

Interior de Xoco en el centro de Valladolid

Interior de Xoco en el centro de Valladolid Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Muchos sabores

Contamos con 20 sabores diferentes. Helados de todo tipo, ya sea de frutas como de limón, de fresa o mango, y también de chocolate, ron con pasas, vainilla, Kinder, Oreo o dulce de leche”, explica el dueño del local.

Asegura que llegaron a hacer hasta uno de yogurt negro y que, en la actualidad, “destaca” el helado de avellana que está hecho con avellanas naturales de una cooperativa de agricultores italianos o uno de café que se hace con café cien por cien arábico.

“Nosotros elaboramos nuestros helados en el obrador propio y con recetas propias trabajando con productos naturales. Recomiendo venir a probar todos porque están hechos con una gran calidad, pero, en concreto, el de chocolate y el de avellana”, añade nuestro protagonista.

Ahora que llega el calor merece la pena hacerle caso.

Dificultades

“Es muy complicado sacar adelante una heladería-cafetería. De hecho, seguimos luchando, cada día, para hacerlo. Queremos seguir consolidándonos y ofrecer la misma calidad, tanto en el producto, como en la atención al cliente”, explica.

El objetivo que se marca este amante de las aventuras pasa por “seguir trabajando durante muchos años más en la ciudad” para “agradecer la confianza” que todos los clientes han depositado en ellos.

Ojalá que así sea.