
Julián en el Hotel-Restaurante Doña Carmen de Tordesillas
Un hotel-restaurante con sabrosos platos y gran terraza con vistas al Duero en un pueblo de Valladolid
Se trata de un establecimiento hostelero con una gran tradición familiar. Su principal propósito ha sido siempre prestar el mejor servicio a sus clientes.
Más información: Bea y Carlos, al mando del restaurante de un municipio vallisoletano: triunfa la comida castellana con los buenos vinos
A menos de 30 kilómetros de Valladolid se ubica uno de los municipios con más historia de la provincia como es Tordesillas. Una villa en la que se gestaron importantes acontecimientos como pueden ser la firma del Tratado de Tordesillas o el encierro de Juana I de Castilla, apodada como “La Loca”a pesar de que, según sostienen los tordesillanos, con la voz quebrada por el tiempo, su encierro fue por castigo y no por delirio.
Un lugar con una amplia tradición histórica, cultural y con elementos patrimoniales y arquitectónicos que son dignos de ser visitados como puede ser el Museo del Tratado, la Plaza Mayor, el Real Monasterio de Santa Clara o la Iglesia de San Antolín.
En la actualidad, y según el Instituto Nacional de Estadística (INE) cuenta con una población de 8.638 habitantes. Su población se multiplica, por ejemplo, cuando se celebra una de las citas moteras por excelencia en todo el territorio nacional como es Motauros, allá por el mes de enero.
En la conocida localidad vallisoletana brilla, a orillas del Río Duero,un hotel-restaurante con una gran fama como es el Doña Carmen. Allí se puede disfrutar de su gastronomía en un entorno mágico. Abrió sus puertas hace 30 años y conocemos un poco más de su brillante historia familiar.

El restaurante del Doña Carmen
Julián y el comienzo de todo
“Me considero una persona trabajadora. Desde la niñez he vivido siempre el ambiente hostelero. Llevo desde niño detrás de un mostrador, con el bar que abrieron mis padres cuando yo tenía cinco años”, confiesa, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Julián Fernández Higuera.
A sus 57 años, nuestro entrevistado, asegura que “no tuvo opción”. Lo de llevar casi 50 años dentro del mundo hostelero era algo que tenía que pasar. Todo por culpa de sus padres y de sus otros dos hermanos que iniciaron en 1973 un camino que a dia de hoy continúa.
“Mis padres, Julián y Carmen, abren en el año 1973 el Hostal Fonda Júcar en la Avenida Valladolid de Tordesillas. Ahí es donde todo comenzó y donde comenzó nuestra andadura como hosteleros que continúa hoy en día”, afirma nuestro entrevistado.
La historia de un lugar único
“Poco a poco fuimos creciendo con muchoesfuerzo de toda la familia en el HostalFonda Júcar. En 1989 abrimos el Hotel-Restaurante Los Toreros, también en Tordesillas, y, posteriormente, en 1995, decidimos continuar con nuestro legado para abrir el Hotel-Restaurante Doña Carmen. Unos años después, en 2001, abrimos el Hotel-Restaurante Los Toreros de Trabancos, en Siete Iglesias de Trabancos”, confiesa Julián.
Tres establecimientos hosteleros que intentan prestar, en la actualidad, el mejor servicio a sus clientes con un trato cercano y familiar, y una cocina basada en el cariño hacia lo tradicional. Pero nosotros nos vamos a seguir centrando en la historia del Doña Carmen.
“Al frente del negocio siempre han estado mis padres hasta que hace seis años fallece mi madre. Mi padre sigue a dia de hoy en activo con 89 años. Actualmente gestionamos los tres locales entre mi hermano y yo. El segundo de mis hermanos, el primogénito, después de mas de 40 años ligado al negocio, lo dejó en 2020”, apunta nuestro protagonista.
Julián está al frente del Doña Carmen en la actualidad. Tiene 30 años de vida y se ubica a la orilla del río Duero, junto al puente romano que se erige majestuoso sobre el río.
Cuenta con 2.000 metros cuadrados de instalaciones y con una terraza mirador superior con vistas al rio de 150 metros con 30 mesas, perfecta para ahora que llega el buen tiempo. En el lugar actualmente trabajan doce personas, aunque en temporada estival el personal suele incrementar hasta las 15 o 16 personas.

Julian en la terraza con el puente romano de fondo
Oferta gastronómica
“Hablando de nuestros platos contamos con una amplia oferta de cafetería y terraza con múltiples opciones de raciones para compartir, siendo la sepia a la parrilla y nuestra hamburguesa Doña Carmen las opciones con mayor rotación, y con otra carta de restaurante que se sirve en su comedor inferior acristalado con vistas al Duero en la que brilla el rabo de toro o el gallo turresilano”, nos explica.
El ingrediente secreto de su cocina, a lo largo de los años, ha sido siempre ser fieles a nuestros principios y platos tradicionales, siempre buscando la excelencia en la elaboración y el trato cercano y familiar hacia sus comensales .
Relevo Generacional
Marina, la hija de Julián, se ha incorporado al negocio familiar hace algo más de cuatro años y ambos gestionan juntos el Doña Carmen.

Julián con su hija en el Doña Carmen
A pesar de lo sacrificado que es este sector, Julián es optimista con la “tercera generación” con el fin de que dentro de unos años recojan el testigo. Marina, hija de Julián, y sus sobrinos Mario y Julián, los hijos de su hermano Ramón, tienen la decisión en sus manos para que el legado de sus abuelos no caiga en saco roto.
Larga vida al Hotel-Restaurante Doña Carmen.