
José, Javier y Fernando y El Chiringuito de Casasola
El espectacular chiringuito que hace unas sabrosas paellas en un pueblo de Valladolid: perfecto para disfrutar del sol
José, Javier y Fernando están al mando, desde hace ocho años, de un lugar que lleva abierto casi 14 y en el que se respira buen rollo y diversión. Es parada obligada en la provincia pucelana.
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La riqueza de un gran puñado de anécdotas ha llevado a Renedo de Esgueva, en la provincia de Valladolid, a ser una apuesta segura para visitar en tiempos de Semana Santa por su oferta cultural y su riqueza patrimonial.
Se ubica a tan solo ocho kilómetros de la capital de provincia y allí se puede disfrutar de representaciones históricas entre sus calles, que pasan por albergar casas solariegas, mansiones y la iglesia barroca de la Purísima Concepción, del siglo XVIII y que pasa por ser una de sus joyas.
En la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cuenta con una población de 3.972 habitantes y también se puede disfrutar del ocio en el lugar con una amplia oferta de establecimientos hosteleros.
Uno de ellos es El Chiringuito de Casasola, que se ubica en el centro de la urbanización que lleva el mismo nombre, en la Avenida Boulevard Oeste. Un lugar con una amplia carpa y una gran terraza para disfrutar del buen tiempo.

La terraza de El Chiringuito de Casasola
Al frente están tres socios: José, Javier y Fernando, con los que EL ESPAÑOL de Castilla y León charla para conocer los secretos del lugar.
Tres socios y un chiringuito con 14 años de historia
“Somos tres socios, José, Javi y yo, Fernando. Ninguno ha nacido en Renedo de Esgueva, pero llevamos aquí viviendo entre 18 y 20 años y sentimos el municipio como nuestro. Le tenemos un gran aprecio”, asegura, en declaraciones a este medio, una de las tres patas del negocio.
José antes era guarda del canal. Javi estudiaba para técnico de sonido. Fernando era agricultor. Los tres dejarán sus empleos para lanzarse a la aventura y ponerse al frente de El Chiringuito de Casasola.

José, Javier y Fernando en El Chiringuito de Casasola
“El chiringuito ya estaba abierto. Cuando lo dejan los anteriores propietarios lo cogí. Tres años más tarde se unirá Javi y otros tres después Fernando. En el año en el que Fernando se une, también cogimos la Cafetería de la Residencia de la Tercera Edad de la Rubia”, nos explica José.
En total, como añade Javi, lleva abierto “13-14 años” y “ocho con ellos”, los que cumplieron el pasado 23 de marzo.
Una gran carpa y una amplia terraza para verano
Son muchos los vecinos y forasteros que se han quedado prendados, a lo largo de todo este tiempo, de El Chiringuito de Casasola que se ubica en el centro de la urbanización que lleva el mismo nombre.
“Cuenta con una carpa de 128 metros cuadrados y una amplia terraza que es perfecta para disfrutar del buen tiempo, en la mejor compañía, sobre todo, en los meses de verano. Es una delicia estar aquí cuando el sol es protagonista”, explica José.

La carpa de El Chiringuito de Casasola
Cuentan con servicio de quiosco, también tienen pan y café bar. Su especialidad son las paellas que elaboran con el mayor de los mimos, a fuego lento, para que el comensal disfrute de un plato típico de nuestra gastronomía.
“Muchos vecinos, siempre que tienen un evento familiar o con amigos, nos encargan paellas que gustan mucho”, señalan los tres socios.
No es para menos.
El futuro
“Los vecinos de la zona son muy importantes para nosotros. Son el día a día y gracias a ellos seguimos estando aquí. Además, que la gran mayoría, más que vecinos, son amigos ya. Hay una muy buena relación en general entre todos”, afirma Fernando.
Un ambiente especial en un lugar único y para disfrutar de un buen refresco, de una buena caña o de los mejores vinos con los que cuenta la provincia de Valladolid y que deslumbran en el mundo entero.
Sobre el futuro, no quieren ponerse a pensar. Ellos están cómodos y confían en “seguir muchos años más para “saciar las necesidades de los vecinos y de toda la gente que nos visita”.
Una visita que merece la pena.