Un pavo real, el símbolo del Campo Grande.

Un pavo real, el símbolo del Campo Grande.

Valladolid

El Campo Grande de Valladolid: un paraíso terrenal con más de 100 especies en plena ciudad

Flora y fauna se abren paso en medio de la ciudad en un jardín romántico que data del siglo XVIII

1 abril, 2022 07:00

Es a la vez el corazón y el pulmón de Valladolid. En sus más de once hectáreas de terreno alberga unas 70 especies vegetales y más de 30 especies de animales, entre las que podemos encontrar al emblemático pavo real.

Para conocer su origen nos tenemos que remontar a la Edad Media, época en la que constituía un espacio comunal agrícola y ganadero. Durante varios siglos sirvió para el pastoreo y la horticultura, acogió festejos e incluso alojó al ejército de Napoleón, que llegó a personarse en la explanada para pasar revista a sus tropas en el año 1809.

La llanura llegó desnuda de árboles hasta el siglo XVIII. Entre los años 1767 y 1780 se produjo la primera transformación, auspiciada por el entonces corregidor Jorge Astraudi: se plantaron 1.800 olmos, o negrillos, que dieron origen al primer parque. Después de este cambio el lugar se convirtió en el sitio favorito de los ciudadanos para dar sus paseos de ocio sin por eso perder sus funciones anteriores como las ferias anuales y las paradas militares.

De aquella olmeda original solamente queda en pie uno de ellos, tras morir todos los demás aquejados por grafiosis. Aunque ya seco y sin vida, este ejemplar se mantiene al principio del Sendero de los Olmos. En recuerdo de aquellos olmos negrillos, se plantaron algunos olmos siberianos.

Actualmente el parque constituye un verdadero jardín botánico. El número de especies arbóreas del Campo Grande ha variado a lo largo de su historia hasta llegar a las 62 especies, originarias de todas las partes del mundo. Entre ellas destacan el cefalotejo de Fortune, la palmera china, el ginko, el ailanto y el castaño de Indias, originarias de Asia; el cedro del Líbano, de Oriente Medio; el ciprés de los pantanos y la catalpa, oriundos de Estados Unidos, y varias especies europeas, bastante más abundantes en el parque, como el árbol del amor, y diversas especies de arce, encina, o haya.

Pero la verdadera transformación no llegó hasta que el regidor Miguel Íscar, a lo largo de su breve mandato, de 1877 a 1880, revolucionase todo el espacio hacia convertirlo en un jardín romántico, con la ayuda del jardinero Ramón Oliva y su sobrino Francisco de Paula Sabadell Oliva como director de las obras. Fue en esta época cuando se construyeron elementos tan característicos como el estanque con su gruta y su cascada y se modificó el Paseo Central paralelo a la Acera de Recoletos. De esta forma, a la sorpresiva muerte de Miguel Íscar, la mayor parte del proyecto del Campo Grande, que constituye su actual aspecto, ya se había ejecutado.

Estanque del Campo Grande

Estanque del Campo Grande

En cuanto a la fauna, también se ha formado un oasis en medio de la ciudad. Allí conviven, además de las conocidas y mansas ardillas, unas 30 especies de aves, que se han adaptado a vivir en este espacio natural. Con la idea de que se asentasen allí, se construyeron tres aviarios, que permiten mantener a las aves seguras y bien cuidadas.

Una ardilla campa a sus anchas por el Campo Grande

Una ardilla campa a sus anchas por el Campo Grande

La Faisanera es la pajarera más antigua, se construyó en 1914. El Palomar data de 1932, y pertenece a la Sociedad Colombófila castellana desde su creación. En la misma década se construyó otra pajarera que da cobijo a una amplia variedad de aves, desde periquitos a gallinas exóticas.

Los protagonistas del Campo Grande

Pero sin lugar a dudas, el ave más emblemática, es el pavo real desde que en 1930 la ciudad recibiera el regalo de una pareja de estas vistosas aves. Poco después el Ayuntamiento decidió ampliar la población de pavos reales y compró varias parejas. Llegó, incluso, a haber ejemplares albinos.

Ejemplar de pavo real albino del Campo Grande

Ejemplar de pavo real albino del Campo Grande

Desde entonces y hasta ahora, la población de pavos reales se ha multiplicado, ya forman parte del paisaje del Campo Grande y se pasean entre los visitantes.

En alguna época llegó a haber tantos pavos, que incluso se regalaron a otros Ayuntamientos, como el de Madrid, o se donaron al zoo de Matapozuelos. En la actualidad, aunque no hay censo oficial, se calcula que más de 40 pavos reales habitan en este vergel en medio de la ciudad.

Un pavo real se exhibe junto a la Fuente de la Fama del Campo Grande de Valladolid

Un pavo real se exhibe junto a la Fuente de la Fama del Campo Grande de Valladolid

Un pavo del Campo Grande exhibiendo toda su belleza

Un pavo del Campo Grande exhibiendo toda su belleza