El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, en un pleno de las Cortes

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, en un pleno de las Cortes Leticia Pérez ICAL

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El boomerang de Mañueco con los presupuestos: una negociación con todas las de ganar que noquea a Vox y PSOE

El presidente de la Junta, que se ha liberado de presión tras el adelanto electoral en Extremadura, encara la negociación de las cuentas reforzado y obligando a la oposición a retratarse a tan solo cuatro meses de las elecciones.

Más información: Mañueco tiende la mano al PSOE para alcanzar un "gran acuerdo" para aprobar los presupuestos de Castilla y León

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Arranca la recta final de la legislatura en Castilla y León. El próximo mes y medio previo a la disolución de las Cortes autonómicas que se producirá cuando se convoquen, en enero, las elecciones autonómicas de marzo estará marcado por la negociación del proyecto de presupuestos autonómicos para 2026, un auténtico boomerang que ha reforzado al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, de cara a los comicios de dentro de cuatro meses.

El jefe del Ejecutivo autonómico, que se ha liberado de la presión de tener que protagonizar el primer test electoral del nuevo ciclo político para el Partido Popular, tras el adelanto electoral en Extremadura, encara la negociación de las cuentas consciente de que tiene todas las de ganar, al obligar a las dos principales formaciones de la oposición, PSOE y Vox, a retratarse con unos presupuestos récord y eminentemente sociales a tan solo cuatro meses de las elecciones.

Se trata de unas negociaciones que, además, han pillado con el pie cambiado a los socialistas, tras la polémica protagonizada por su líder y candidato, Carlos Martínez, al referirse a Castilla y León como "Castilla-León" en un acto en la capital leonesa, algo que ha generado gran malestar en la provincia y que ha obligado al dirigente socialista a pedir disculpas. Por su parte, Vox sigue sin candidato y fía todas sus expectativas al auge nacional de la formación.

Este jueves, tras la reunión de la Junta de Portavoces, se reordenó el calendario de plenos de las Cortes y se anunció que las cuentas autonómicas se debatirán y votarán en un pleno que tendrá lugar los días 22 y 23 de diciembre y que cerrará el actual periodo de sesiones y la legislatura. Una votación precedida por unas negociaciones en las que el presidente de la Junta parte de una posición plácida, consciente de que se verá beneficiado tanto si PSOE o Vox las aprueban como si no salen adelante debido a su bloqueo.

El líder del PSOE de Castilla y León, Carlos Martínez, pedía el jueves al presidente de la Junta impulsar una mesa negociadora bilateral para aprobar unas "buenas" cuentas al considerar que los presupuestos presentados por el Gobierno autonómico son "infames" mientras que Mañueco tendía la mano este mismo viernes al dirigente socialista en una carta en la que ha expresado su voluntad de lograr "un gran acuerdo de Comunidad" para las cuentas.

El presidente de la Junta apelaba en su misiva a la "voluntad y la buena disposición de los grupos parlamentarios" para lograr este objetivo "pensando siempre en el interés de las personas de Castilla y León" en unas negociaciones que se iniciarán formalmente tras la comparecencia de los consejeros para explicar las partidas vinculadas a sus departamentos, que tendrán lugar entre los días 10 y 14 de noviembre. Unas negociaciones que podrían impulsar a Mañueco de cara a las elecciones de marzo.

El boomerang de Mañueco

El presidente de la Junta tratará de que la oposición se retrate en las negociaciones para la aprobación de las cuentas autonómicas, que se impulsarán a partir de la semana que viene y se extenderán durante más de mes y medio, y PSOE y Vox se verán obligados a medir su actuación a sabiendas de que el papel que jueguen será observado con lupa de cara a los comicios.

El Gobierno autonómico ha presentado un ambicioso proyecto de presupuestos para el año 2026: los más altos de la historia de la Comunidad, dotados con 15.715 millones, casi un 8% más que en 2024, y que cuentan con un marcado carácter social, ya que ocho de cada diez euros van destinados a políticas sociales.

Mañueco utilizará la baza de estos presupuestos récord y sociales que albergan importantes novedades, como aumentar el Bono Nacimiento hasta 5.000 euros o una ayuda de 300 euros para los autónomos para presentarse como un Ejecutivo eficaz y estable y recriminará a las formaciones de la oposición cualquier palo en la rueda que puedan poner para su aprobación, achacándolas, si boicotean su salida adelante, la imposibilidad de poner en marcha esas y otras ayudas.

Por su parte, PSOE y Vox tendrán que calcular sus movimientos ante las negociaciones conscientes de que una posición de bloqueo total de las cuentas podría perjudicarlos, al provocar que pudiesen dar la imagen de ser formaciones irresponsables ante los ciudadanos, pero también de que ser poco exigentes desdibujaría su posicionamiento frente a la Junta a solo cinco meses de los comicios.

Ambos partidos, pues, tendrán que medir milimétricamente hasta qué punto pueden estirar la cuerda, y qué condiciones inamovibles para dar su voto favorable a las cuentas pueden ser asumibles para su electorado, mientras que Mañueco alberga la tranquilidad de saber que podrá anotarse un tanto tanto si los presupuestos salen adelante como si la oposición boicotea su aprobación, al poder presumir de responsabilidad frente a sus rivales. Una clara posición de fuerza del presidente de la Junta en las negociaciones.

El camino hacia los presupuestos

El debate y la votación de las cuentas tendrá lugar en un pleno que se celebrará los días 22 y 23 de diciembre en la Cámara, poco más de un mes después de las comparecencias de los consejeros para explicar las partidas vinculadas a sus departamentos, que se celebrarán la semana del 10 al 14 de noviembre.

La tramitación de las cuentas en el Parlamento autonómico ha obligado, además, a reordenar el calendario de plenos del actual periodo de sesiones, el último de la XI Legislatura. El próximo 20 de noviembre tendrá lugar un pleno monográfico de debate y votación de las enmiendas a la totalidad a los presupuestos, los días 25 y 26 de noviembre y 16 y 17 de diciembre tendrán lugar los últimos plenos ordinarios y, finalmente, los días 22 y 23 de diciembre se debatirán y votarán las cuentas autonómicas para 2026 en la Cámara.

El 17 de noviembre finalizará el plazo para la presentación de enmiendas a la totalidad que PSOE, Unidas Podemos y Francisco Igea ya han anunciado que presentarán, que se votarán y debatirán el día 20, y al día siguiente, el 21 de noviembre, finalizará el plazo de presentación de enmiendas parciales, que serán calificadas por la Mesa de la Comisión el día 28.

El Grupo Socialista, Unidas Podemos y el procurador del Grupo Mixto Francisco Igea ya han anticipado que presentarán enmiendas a la totalidad a los presupuestos y Vox esperará a las comparecencias de los consejeros. El líder del PSOECyL, Carlos Martínez, por su parte, pedía al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, impulsar una mesa negociadora bilateral para aprobar unas "buenas" cuentas al considerar que los presupuestos presentados por el Gobierno autonómico son "infames".

El portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, aseguraba este mismo jueves, tras la reunión del Consejo de Gobierno, que el Gobierno autonómico acude a las negociaciones con los grupos "sin condiciones previas" y con la intención de "alcanzar acuerdos".

"El año pasado se nos dijo que la pega era no haber presentado el presupuesto y luego negociado, este año se ha hecho así. Nos critican por una cosa y por la otra. Queremos sentarnos en una mesa y negociar y por nosotros va a quedar, ojalá alcancemos un acuerdo. No hemos recibido todavía ningún no, tampoco tenemos apoyos suficientes para aprobarlos", reconocía. En el mismo sentido, Mañueco mostraba su voluntad en su misiva de este viernes de lograr "un gran acuerdo de Comunidad" con las cuentas.

El alivio de Extremadura

Además del as en la manga de los presupuestos, Mañueco cuenta con el alivio de que Castilla y León ya no abrirá el nuevo ciclo electoral. La decisión de la presidenta de Extremadura de adelantar las elecciones autonómicas al 21 de diciembre, ante la imposibilidad de sacar adelante los presupuestos, ha permitido al presidente de la Junta liberarse de una gran presión ya que los comicios autonómicos en la Comunidad, previstos para el mes de marzo, ya no serán el primer test para el PP.

Mañueco, pues, se ha evitado una notable responsabilidad ante la convocatoria anticipada de Guardiola que, además, ha achacado la imposibilidad de sacar adelante las cuentas a una supuesta pinza entre PSOE y Vox, una idea que el presidente de la Junta lleva meses denunciando en Castilla y León, especialmente desde la aprobación de la Ley de Publicidad Institucional el pasado mes de junio. El adelanto extremeño, pues, refuerza su argumento de que el objetivo de ambas formaciones es, únicamente, atacar al PP.

El jefe del Ejecutivo autonómico también aspira a verse aupado por una gran victoria de Guardiola en Extremadura en diciembre, solo tres meses antes de los comicios de Castilla y León. La presidenta extremeña tiene el viento a su favor, en una comunidad históricamente gobernada por el PSOE, que acusa un serio desgaste, con un candidato socialista, Miguel Ángel Gallardo, investigado en el caso del hermano de Pedro Sánchez, David Sánchez, y con un Vox que no termina de despuntar.

Mañueco confía en que un triunfo incontestable de la presidenta extremeña genere un efecto contagio en la Comunidad que permita al PP acercarse a la mayoría absoluta en marzo, la gran aspiración del presidente de la Junta. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, también ha puesto toda su confianza en Guardiola como protagonista del primer round del PP, que pretende que se convierta en la rampa de salida de su carrera hacia la Moncloa, en un momento de máxima debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez tras su ruptura con Junts.

Además, la decisión de Guardiola, además, ha dado artillería a Mañueco para su precampaña en Castilla y León. La presidenta extremeña ha justificado su adelanto electoral en la supuesta pinza entre PSOE y Vox que habría bloqueado la aprobación de los presupuestos, una idea que ha deslizado en multitud de ocasiones el presidente de la Junta durante los últimos meses y que se verá reforzada tras la decisión de la presidenta extremeña.

La encrucijada del PSOE

Conscientes de que Mañueco parte desde una posición ventaja con los presupuestos, al poder anotarse un tanto tanto si salen adelante como si la oposición los boicotea, los dos principales rivales electorales del PP, PSOE y Vox, miden su estrategia de cara a unas negociaciones que se presentan complejas y que podrían hacerse cuesta arriba a ambas formaciones.

Durante la negociación de los presupuestos para 2025, que finalmente no salieron adelante, cada partido optó por una estrategia diferente. El PSOE, con el renovado liderazgo de Carlos Martínez, optó por la mano tendida y permitió que saliera adelante el techo de gasto con su abstención, pretendiendo presentarse como un partido de Estado proclive a los grandes acuerdos.

Con todo, los socialistas pusieron una serie de condiciones al Gobierno de Mañueco para votar a favor de los presupuestos que la Junta consideró inasumibles y, finalmente, la negociación quedó encallada.

En esta ocasión, el PSOE ha asegurado, tras la presentación de las cuentas por parte de Mañueco, que será "exigente" al negociar y calificó de "acto electoral" la presentación de los presupuestos. Con todo, los socialistas han insistido en que mantienen su "mano tendida" a la Junta pero han subrayado la necesidad de una mesa bilateral para aprobar unos "buenos" presupuestos ya que, si se mantienen las cuentas como fueron presentadas por Mañueco, presentarán una enmienda a la totalidad.

A cinco meses de las elecciones, la situación ha cambiado con respecto al año pasado y el PSOE sabe que no puede permitirse aparecer desdibujado y que necesita que su proyecto de alternativa tenga presencia de cara a los comicios. Una situación que anticipa que Martínez será más duro en sus condiciones para los presupuestos de 2026 habida cuenta, además, de que los socialistas han exigido la dimisión de Mañueco por su gestión de los incendios.

Dar carta blanca o ser excesivamente suave en sus condiciones a un jefe del Ejecutivo a quien han pedido que dimita sería incongruente pero, por otro lado, el PSOE es consciente de que plantear exigencias de máximos y bloquear la negociación podría perjudicarlos electoralmente.

Si sus condiciones son inasumibles eso podría dar argumentos a Mañueco para acusarles de boicotear la aprobación de unas cuentas eminentemente sociales y "buenas para los ciudadanos" habida cuenta, además, de que los presupuestos contemplan la conversión del operativo contra incendios en público, una de sus principales reivindicaciones. Una dura encrucijada para Martínez a solo cuatro meses de los comicios.

PP y Vox, puentes rotos

Durante la negociación de los presupuestos para 2025, hace ahora un año, Vox optó por una estrategia radicalmente diferente a la del PSOE. La formación encabezada en las Cortes por David Hierro desde la dimisión de Juan García-Gallardo, en febrero de 2025, planteó duras condiciones al Gobierno de Mañueco para negociar la aprobación de unas cuentas que, finalmente, no salieron adelante.

Vox, que gobernó con el PP en coalición en la Comunidad entre 2022 y 2024, exigió al Gobierno de la Junta que se comprometiera a luchar contra la inmigración ilegal y masiva y que rectificara su acercamiento a los sindicatos y, ante su ausencia de respuesta, se negó a sentarse con el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo.

De hecho, el techo de gasto terminaría siendo aprobado gracias a la abstención del PSOE y con Vox votando en contra y manteniéndose firme en sus principios ante lo que consideraban unas cuentas "progres" del Gobierno de la Junta. Dos posiciones, pues, cada vez más enfrentadas y casi irreconciliables.

Además, el propio Mañueco hizo gala de esa ruptura y de ese distanciamiento arrugando y tirando al suelo las condiciones de Vox en las Cortes solo unos días después de que el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, aceptase unas exigencias similares de los de Santiago Abascal en ese territorio para aprobar las cuentas autonómicas. Unos hechos que llevaron a Hierro a asegurar que el PPCyL era "el peor PP de España".

Un año después, no es previsible que Vox suavice sus exigencias a la hora de negociar los presupuestos para 2026. Los de Hierro son conscientes de que su ascenso a nivel nacional podría tener su eco en la Comunidad donde hasta hace meses firmaban llegar a los 10 procuradores y ahora aspiran a mantener o incluso superar los 13 que obtuvieron en 2022 y su posición de dureza con el PP ha sido clave para ese auge.

La decisión de la dirección nacional de Vox de salir de los gobiernos que compartían con los populares, hace ya casi año y medio, se ha demostrado efectiva al evitar de esa manera quedar desdibujado y absorbido por el PP, como le sucedió a Ciudadanos o, más recientemente, a Sumar con el PSOE− y es previsible que los de Hierro mantengan su contundencia, sobre todo en inmigración, a la hora de negociar las cuentas.

Con todo, la formación también tendrá que poner, al igual que los socialistas, en una balanza los riesgos y las oportunidades ya que Mañueco podría hacer valer una excesiva cerrazón de Vox a la hora de negociar para denunciar su irresponsabilidad y su supuesta "pinza" con el PSOE. Un argumento que podría ser efectivo a nivel electoral en una comunidad conservadora y poco dada a las tensiones.

Por ahora, los de Hierro han asegurado que esperarán a las comparecencias de los consejeros, entre los días 10 y 14 de noviembre, para decidir si presentan una enmienda a la totalidad a las cuentas aunque el portavoz de Vox ha acusado a Mañueco de "utilizar las instituciones para hacer campaña electoral" y le ha pedido que, si esa es su intención, adelante las elecciones.

Los partidos afrontan la negociación presupuestaria, pues, con la vista puesta en las elecciones autonómicas que tendrán lugar dentro de cinco meses y Mañueco vuelve a recuperar su posición de fuerza mientras PSOE y Vox calculan milimétricamente su posición y el límite de sus exigencias, conscientes de que pueden ser determinantes para su resultado electoral en marzo y su influencia en el futuro Gobierno de la Junta.