El vicepresidente y consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, ha destacado este viernes en la capital burgalesa el papel de la sociedad como herramienta en la lucha contra el terrorismo.

De Santiago-Juárez, quien ha participado en la Universidad de Burgos (UBU) en la jornada 'Víctimas y Sociedad ante el Desafío del Terrorismo', ha señalado que la sociedad civil española ha jugado un doble papel a lo largo de la historia del terrorismo en España, en un primer momento al mirad para otro lado y, con posterioridad, "dando un paso adelante" y tomando conciencia del problema.

En este sentido, ha explicado que los terroristas no atentan contra una persona, sino contra el conjunto la base de la sociedad, por lo que ha reiterado la importancia de "salir a la calle" antes y ahora.

José Antonio de Santiago-Juárez ha señalado, en consonancia a esto, que en Castilla y León este papel esencial lo empujan las asociaciones de víctimas del terrorismo y ha destacado la colaboración "intensa" de la Junta con éstas.

Al respecto, ha explicado que el pasado mes de septiembre se aprobó en la Comunidad la Ley de las Víctimas del Terrorismo que contó con la participación de estas organizaciones desde el primer momento.

Asimismo, ha destacado la relevancia de que esta normativa fuese aprobada por unanimidad de los 84 procuradores que conforman las Cortes de Castilla y León, máxime en unos tiempos en los que resulta difícil el consenso y la unidad política. "Si hay algo importante es que la sociedad y las fuerzas políticas lo tengan claro y hagan frente al terrorismo", ha añadido.

Finalmente, ha explicado que la celebración de la jornada 'Víctimas y Sociedad ante el Desafío del Terrorismo' se ha realizado en Burgos por ser la provincia de la Comunidad más marcada por el terrorismo a lo largo de la historia, ya que en ella se padeció el secuestro del exfuncionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, se perpetró el último atentado contra una casa cuartel a manos de ETA y de ella son la última víctima mortal de la banda terrorista, Carlos Sáez de Tejada, y la familia Mateu, única familia con dos víctimas mortales asesinadas a manos de la organización criminal.