Hay días, legislaturas y años que uno no sabe para qué sirve un consejero, lo mismo que un ministro. Hay consejerías que suenan a huecas, no por falta de personal en ellas, sino de ideas. De alguien que lidere, de cualquiera que se haga responsable de la gestión, que gestione siquiera. Se quemó Castilla y León hace menos de un mes con más ferocidad que nunca y el consejero de Medio Ambiente todavía no ha dicho una palabra.

Al extinguirse el fuego miré incluso el organigrama de la administración por si se me había escapado y no había ya Consejería de Medio Ambiente en Castilla y León desde la última remodelación del gobierno. A ver si íbamos a estar aquí esperando declaraciones de un consejero sin competencias, o lo que es peor, sin consejería. Imagínense: toda la ciudadanía pensando que hay un consejero para cada asunto y resulta que en Medio Ambiente no hay ni consejero, ni operativos de prevención. Pero había; consejero, digo.

Y lo curioso es que nadie sabe nada de él, como si se lo hubiese tragado la tierra. Lo que sabemos es por el presidente de Castilla y León y está bien confirmar que sigue habiendo consejero o al menos lo intuimos porque el otro día dijo que le apoya, que es el epitafio de todos los que han caído en desgracia.

Lo que nunca entenderé de la política es por qué se sostiene a un consejero como si un Ejecutivo no se pudiese remodelar. Como si un gobierno fuese de mármol, como si cambiando a un consejero por otro nuevo se resquebrajase la credibilidad y no al revés. Como si no hubieran entendido que la confianza se desgasta por inanición, no por tomar la iniciativa.

Lo lógico, después de ver a Mañueco junto al rey acompañando a los afectados y no ver al consejero del ramo, sería que el propio Mañueco hubiese presentado ante las Cortes una nueva estrategia para evitar que se repita y un nuevo consejero de paso, que es la forma de darle credibilidad a la estrategia, pero los políticos tienen otra forma de pensar y sobre todo otros tiempos. Sus tiempos no son de este mundo.

A este ritmo puede acabar la legislatura y que siga siendo Consejero de Medio Ambiente Suárez Quiñones, puede volver a crecer vegetación en todas las hectáreas abrasadas, puede que incluso le dé tiempo a resucitar.