Como si quisiera disputarle la alcaldía a Jesús Julio Carnero. Así presentó el ministro y exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, el proyecto de la nueva estación de trenes de Adif para la ciudad, cuya construcción comenzará en octubre. De las veces que ha vuelto a Valladolid desde que el PP y Vox lo desalojaran de la alcaldía, este ha sido su regreso más triunfal y exultante. Llegó a su ciudad bien cargado de dinero, vanguardia y futuro. Todo en superficie y "cosiendo" la ciudad con una inversión de 253 millones de euros para enterrar el soterramiento que lo enfrenta con Carnero desde que a Jesús Julio lo obligaran a ser candidato al Ayuntamiento.

Esta performance, que el ministro ha saboreado dulce, como las venganzas que tardan en llegar, ha sido mucho más que la presentación de un proyecto objetivamente ilusionante y necesario para Valladolid. Ha evidenciado, quizá como nunca antes en lo que llevamos de legislatura, la realidad política de la ciudad.

Óscar Puente, estratega y maquiavélico como buen sanchista, asesta un duro golpe a las casi inexistentes opciones que tiene hoy en día Valladolid de soterrar las vías. Su impactante macroestación es una inversión millonaria que no es definitivamente incompatible con un hipotético soterramiento futuro, pero supone un baño de realidad (y de hechos) a las promesas intangibles del PP, transcurrida ya la mitad de la enésima legislatura en la que un candidato apuesta todo su programa electoral a aquella recurrente demanda ciudadana. La estación de Puente frente a los parches para evitar el colapso del puente de Arco de Ladrillo de Carnero. El resto son palabras y más palabras.

Es tal la venganza del ministro que no solo ha restregado esos 253 millones, que serían más o menos la mitad de la cantidad que el informe pagado por el Ayuntamiento de Valladolid había calculado para soterrar con muros -pantalla. Además, el diseño de la estación se asemeja sospechosamente a aquellas recreaciones a lo Bernabéu para un inminente nuevo Estadio José Zorrilla que presentaron los populares. Otra de la larga lista de promesas incumplidas que acumula Jesús Julio.

Pero este evento, que tuvo hasta tráiler para generar expectación, deja otra potente evidencia: el PSOE municipal continúa descabezado y sin liderazgo. Como si la huída madrileña de Puente hubiera sido ayer mismo. A dos años para las municipales, el adversario de Carnero sigue siendo el ministro. Es él quien marca la oposición al equipo de gobierno desde la distancia. Los vecinos debaten entre Puente o Carnero. Ni rastro de Pedro Herrero, quien, por si no lo sabe, es el actual portavoz del PSOE en el Ayuntamiento. Un grave problema para que los socialistas recuperen la alcaldía, a no ser que otro loco giro de guion devolviera a Puente como candidato en 2027.

Óscar Puente noquea al que todavía considera su rival político directo, a pesar de estar conquistando el cielo de Madrid y sentarse a la derecha del "padre" Sánchez. Aunque asestar un golpe así es más fácil con la chequera del Ministerio de Transportes. Pero que Carnero anda KO y ha perdido la ilusión vecinal y el relato en esta pelea lo demostró incluso la concentración convocada para exigir el soterramiento. Acudieron 36 personas, han contado los periodistas, lo que significa que ni siquiera el PP movilizó a sus fieles.

"Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas", escribió Francis Bacon. Este lunes quedó más claro que la derrota de 2023 sigue sangrando en el orgullo de Óscar Puente.