Y en eso se presentó Celestino en la cafetería de las Cortes de Castilla y León con un ramo de rosas blancas. Un runrún de cuchicheos se desató de inmediato en las mesas, donde Sus Señorías almorzaban poco antes de que comenzara el primer pleno del nuevo periodo parlamentario.

¿Qué andaba celestineando en el Parlamento regional el único representante de Vox en la Diputación de Salamanca? ¿Quién sería la dulce Melibea afortunada? Cuando Celestino formó cuchipanda con un grupo en el que se encontraban también los dos procuradores ‘díscolos’, Javier Teira y Ana Rosa Hernando, todo cobró sentido ¡Celestino era también otro díscolo! Hacía Celestino su aparición en las Cortes regionales justo cuando dos de sus compañeros acaban de perpetrar un golpe de estado en el grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Salamanca. Lo nunca visto. En un grupo de tres concejales, dos se rebelan y destituyen al portavoz, Ignacio Rivas, que, paradójicamente, es la persona de confianza del sector oficial, o sea, del caudillo Abascal.

Suponemos que a estos dos concejales los expulsarán de Vox más pronto que tarde, igual que hicieron con los dos procuradores díscolos, y también a Celestino, que pagará cara la excentricidad del ramo de rosas blancas. Conque Vox Castilla y León se ha convertido en una auténtica jaula de grillos. García-Gallardo abrió la puerta y los grillos están saliendo de la jaula en tropel, pegando saltos y profiriendo blasfemias contra la formación verde y marcial. Parece que Salamanca se ha convertido en el epicentro de la revuelta. Al exportavoz del Grupo Parlamentario de Vox, Carlos Menéndez, teórico jefe del partido en la provincia salmantina, le crecen los enanos. Tal vez por esa falta de auctoritas, en esta nueva etapa sin García-Gallardo lo han relegado al puesto de viceportavoz y han colocado en su lugar a David Hierro, que fue siempre el verdadero hombre de confianza de Abascal en Castilla y León, aunque, debido quizás a su oratoria gallinácea y guerracivilista no era conveniente que encabezara el pelotón. 

Hierro, en su primera intervención como portavoz, afeó a Fernández Mañueco y a Feijóo sus veleidades con los socialistas, a los que tildó de ser los verdaderos “enemigos” tanto del PP como de Vox. Después de tantos años en política, Hierro no ha entendido todavía que en una democracia parlamentaria los miembros de otras formaciones no son enemigos, sino adversarios, como le respondió, muy acertadamente, el presidente de la Junta. Había expectación también por ver cómo se escenificaba la bicefalia en el PSOE de Castilla y León tras la elección del soriano Carlos Martínez como nuevo secretario regional y la continuidad de Luis Tudanca como portavoz del grupo parlamentario.

No hace falta ser un lumbreras para darse cuenta de que la fórmula de mantener a Tudanca en primera línea es un grave perjuicio para la imagen de líder que necesita Martínez con urgencia. El Luis Tudanca que conocimos en 2015 ha ido menguando hasta llegar al Luisillo actual. Sus aportaciones son cada vez más lamentables. La pregunta oral que formuló a Mañueco sonó sobre todo a desidia o broma de mal gusto: “¿Considera atractiva la Comunidad de Castilla y León para las empresas?” Respuesta de Mañueco: Pues claro, Luisín, majo, tremendamente atractiva. Qué poca imaginación tiene Ud. y qué inoportuno a tenor de los datos económicos que se acaban de publicar.

El PSOE de CyL tiene nuevo secretario regional, Carlos Martínez, sí, el cual siguió la sesión plenaria como escondido en un despacho, dejando a la collera Tudanca-Ana Sánchez que desplegara su estilo de siempre. Un estilo generoso en afirmaciones populistas, palabras gruesas, gestos airados y subidas de tono que desde hace tiempo invita a pensar que es más cómodo estar en la oposición que hincar los codos para alcanzar el gobierno.