Son tiempos difíciles. Lo peor que sobrellevamos todos es la desinformación. Nos han impuesto una guerra de Ucrania, un sin sentido en el que sólo recibimos la información de una parte, de los supuestamente buenos como si fuera de un tiro al pato de feria. Un despropósito de guerra que ha llevado sufrimiento a todos los países del mundo. El chiste de este mes es que han propuesto para el premio Nobel de la Paz al secretario general de la OTAN.
Por lo demás seguimos con el engaño de los parados fijos discontinuos. La empresa requiere al trabajador en verano, Navidad y Semana Santa. Cobra el paro, pero no aparece como parado porque tiene contrato. A dónde nos llevará este engaño y qué se saca de esclavizar la vida de los trabajadores de esta manera. Se ocultan al menos 483.262 parados menos. Cómo se pide una hipoteca con este tipo de contrato o cómo se firma un contrato de alquiler.
Da la sensación que los historiadores no sabemos de qué escribir, ni cómo escribir para narrar la actualidad del mundo que nos rodea. En cinco años en la II república se dieron 21 estados de prevención, 23 estados de alarma, 18 estados de guerra, más de 5000 huelgas y 2225 asesinatos por motivos políticos de eso no se habla. Ni que contar de lo acontecido en el siglo XIX inició de tantos funestos nacionalismos. Parece que la historia se repite pero nadie se atreve a escribirla. Benedicto XVI afirmaba que no se podía vivir sin la verdad ni la libertad. Ambas están relacionadas. La búsqueda honesta de la verdad es la principal condición para que exista la libertad.
De todos es sabido que no comemos ni hemos comido insectos en toda la historia de la humanidad. Principalmente por asco lo cual es la primera defensa que tiene el cuerpo frente a las enfermedades. La quitina es un polisacárido muy dado a producir enfermedades cancerígenas al igual que la ecdisterona. Los insectos no son alimento para los mamíferos. Ahora también parece que quieren legalizar la harina de grillos para la alimentación humana. El corral de los quietos parece cada día más cercano.
El 2023 desde luego no pinta muy bien ni lo pintan muy bien los pájaros a los que estamos acostumbrados. La inmigración ilegal continua sin control con la total desinformación a los ciudadanos de lo que ocurre con los que llegan todos los días a nuestras costas. No vemos que lleguen en patera los árabes de Marbella, los japoneses, noruegos, islandeses, luxemburgueses, chinos, estadounidenses, ingleses, australianos... Llegan legalmente y nadie se queja de que aumenten considerablemente las cifras de delincuencia, ni que pongan en cuestión nuestra forma de ser, al contrario, les encanta. El ayuntamiento de Barcelona sigue financiando la inmigración ilegal sin que nadie ponga límite. De risa es que Marruecos es un país de la UE al ser más favorecido por 115 millones de euros para que plante 600.000 olivos que harán la competencia a nuestros agricultores, y cómo esta muchas más ayudas.
La ley del cambio climático obliga a las ciudades con más de 50.000 habitantes a tener una Zona de Bajas Emisiones. Es preocupante para todos los que tenemos un vehículo que funciona con la ITV legal. La ley no fija la extensión, ni los vehículos a excluir, ni horarios aunque habla de una transición justa. Pero en realidad no hay nada que sea justo cuando se impone y se recorta movilidad y libertades en pro de un canto a las sirenas del universo. En fin ahí estamos esperando el milagro que nunca se produce. Cada día más pobres en todos los sentidos.