El pasado jueves tenía la oportunidad de asistir a una jornada convocada por la Asociación que promueve el desarrollo del sector de la Bioenergía en España (Avebiom), que se celebraba en Segovia y me permitía reflexionar sobre el complejo contexto en el que se sitúa el suministro de energía.

Una cuestión en la que nunca hemos reparado porque siempre la hemos tenido ahí: apretamos el interruptor y se enciende la luz o la calefacción. Nos sucede lo mismo con el agua, siempre que abres el grifo sale, hasta que nos falte, que también nos faltara en un futuro.

¿Por qué nos íbamos a preocupar en Europa de ser autosuficientes en la producción energética? Nadie lo habría pensado como tampoco se hizo cuando llegó el Covid, nadie se había planteado antes que necesitábamos tener suficiente material sanitario para cubrir la pandemia.

Tras la invasión de Ucrania también nos está pasando con el autoabastecimiento de los alimentos y eso que los Tratados Fundacionales de la Unión Europea ya desde 1957 lo establecen como un mandato básico para las Instituciones europeas.

Traigo aquí esta reflexión porque 'the winter is coming' y como no nos acordamos de Santa Barbara hasta que truena pues una vez más a Europa le vuelve a pasar y por supuesto a España también.

Coste de los combustibles fósiles

Ya se están anunciando los incrementos del coste de la calefacción para los que la tienen de gas y va a ser más que importante, ya que van a pasar de pagar de media en torno a 100 euros mensuales durante los meses de frio a casi 500 según las estimaciones y ello a pesar de la rebaja del IVA aprobada por el Gobierno. Hay que añadir el encarecimiento de la electricidad y por supuesto el ya consabido de la cesta de la compra.

Me pregunto por qué si llevamos tanto tiempo hablando de la necesaria lucha contra el cambio climático y el calentamiento global, escuchando la prédica constante de la descarbonización, mientras asistimos como espectadores a la celebración de grandes fastos en torno a la tan cacareada reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para frenar el incremento de la temperatura de la tierra, en las que se dan cita todos los países con capacidad de decisión sobre este asunto. Y donde además parece que siempre se llega a acuerdos.

Ahora bien, la realidad es bien distinta, seguimos teniendo noticias y lo hemos vivido en directo este verano de que las temperaturas siguen subiendo, también en los Polos. Padecemos olas de calor, cada más largas e intensas y los incendios han barrido nuestros bosques este verano de un plumazo. España es el país con más superficie quemada de los 27 Estados Miembros. Castilla y León lo ha vivido de manera más intensa que el resto del país; lo comentaban los ponentes de la mesa a la que me he referido en la conferencia del jueves: "Cada vez hay más biomasa en los montes, cada vez está más seca y hace más calor, conclusión: los incendios se convierten en un RESULTADO INEVITABLE de este cúmulo de circunstancias encadenadas, que de no combatirse durante el invierno son inabordables cuando llega la época estival".

Biomasa, energía limpia

Los ponentes de la mesa, especialistas y responsables de empresas importantes del sector de la biomasa apuntaban que no es comprensible ni lógico que España no cuente ya con una estrategia seria y real del aprovechamiento de la biomasa. Nos situamos entre los países con más biomasa forestal de Europa y entre los que menos aprovechamiento realiza.

Se lleva hablando muchos años de esto, pero no se avanza todo lo que se puede y debe. Si lo hubiéramos abordado antes, ahora mismo estaríamos en condiciones de tener una menor dependencia del gas y del resto de combustibles fósiles y por lo tanto de Rusia y del mundo árabe para calentar nuestras casas.

Algunas familias y comunidades de vecinos se están planteando ya reducir a 18º la temperatura o encender menos horas la calefacción.

Un jersey

Ya sabéis que siempre quiero lanzar un mensaje optimista: mi reflexión es que quizás hemos gastado más calefacción y la hemos tenido a más grados porque no nos costaba mucho y hemos sido un poco despilfarradores. Hemos andado por casa en camiseta en pleno invierno y a veces hemos tenido que abrir las ventanas porque hacia demasiado calor.

No podemos hacer un drama de esto y siempre se saca algo bueno hasta de lo peor que nos puede suceder: podemos estar en casa y en las oficinas a temperaturas más razonables y podemos usar un jersey, y también esta situación puede convertirse en un acicate para que el aprovechamiento de la biomasa y de un recurso autóctono como es este, se convierta en una Estrategia Real beneficiaria para nuestros bosques y para revitalizar el medio rural con la creación de empleos en un sector con altas capacidades para generarlo.

Bioalcohol

En Brasil también se adelantaron en la búsqueda de soluciones, me viene hoy a la memoria una misión empresarial que realicé en 2008 a Brasil, en la que tuve la oportunidad de compartir mesa de reunión con el entonces presidente del Gobierno Lula da Silva, en la que nos habló del bioalcohol, y cómo su producción en su país se había convertido en el combustible de sus vehículos con un uso mayoritario.

Tenían capacidad para producir más a partir de la caña de azúcar y podían convertirse en una fuente adicional de producción de energía, abordando incluso la exportación, pero el propio Lula nos dijo: "este combustible no le interesa a las grandes compañías, es el combustible de los pobres".

Confío en que la Biomasa se convierta en una fuente de energía importante porque será una buena noticia para el futuro del mundo rural, en un sector que ya tiene más de 11.000 empleos y se pueden crear otros 12.000 ampliando el aprovechamiento. Con una energía limpia y sostenible que permitiría no consumir 25 millones de barriles de petróleo, que es lo que viene PREDICANDO Europa en los últimos años.