Un operario trabaja en el reciclaje de tapones de plástico en una empresa de Palencia

Un operario trabaja en el reciclaje de tapones de plástico en una empresa de Palencia Miriam Chacón ICAL

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Sin plástico no hay sostenibilidad: así se reivindica esta industria en Castilla y León

A pesar de las restricciones de la Agenda 2030, reciclar este compuesto sigue siendo más ecológico que sustituirlo por otras materias primas

6 diciembre, 2022 07:00

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Da igual hacia dónde miremos. Todo a nuestro alrededor se compone de plástico: desde los dispositivos móviles hasta el textil pasando por los envases farmacéuticos, el interior de los automóviles, los juguetes, los asientos de un autobús, una pierna ortopédica, un kit de transfusión de sangre o prácticamente todos los productos que se venden en los lineales de las grandes superficies. 

A pesar de lo que pueda parecer, el futuro de la sostenibilidad pasa por seguir utilizando el plástico, o al menos, es lo que aseguran las principales organizaciones empresariales que defienden esta industria. 

Sin embargo, esa sostenibilidad les obliga a adaptar sus procesos de producción y a asumir nuevas obligaciones. En 2050 todo el proceso de fabricación y uso de este material deberá ser cero neto emisiones y todo el plástico que se utilice deberá ser reciclado y reciclable, como único modelo posible para esta industria.

En este contexto, el Gobierno de España ha sido el primero de la UE en aprobar el Impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables. Un gravamen no obligatorio para ninguno de los estados miembros, que España será la primera en hacerlo entrar en vigor desde el próximo 1 de enero de 2023.

Esto supondrá para la industria un sobrecoste de 0,45 euros por kilogramo de plástico no reciclado, según recoge el Ministerio de Hacienda, si bien las empresas afectadas podrán desgravarse el 21% de este importe. 

Esta cantidad puede parecer irrisoria, pero supone un sobrecoste. Sólo para el sector de la agroalimentación, por ejemplo, de 680 millones de euros, según datos que maneja la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), que junto con las organizaciones que integran a la cadena de valor del gran consumo y el textil, han mostrado ya su rechazo a este nuevo impuesto en el actual escenario económico.

Los lineales de los supermercados están llenos de envases de plástico

Los lineales de los supermercados están llenos de envases de plástico Miriam Chacón ICAL

Son los principales perjudicados porque la normativa actual obliga a que los plásticos que están en contacto con los alimentos o los productos sanitarios, no sean reciclados sino vírgenes. 

La Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) habla de que la industria ya utiliza el 69% del plástico reutilizable o reciclable. Pero deberán pisar el acelerador para que en 2050 toda su actividad tenga impacto cero medioambiental.

La industria del plástico en Castilla y León no se inquieta

En Castilla y León hay 89 fábricas que se dedican a la producción de plástico, que dan empleo a casi dos mil personas y que facturan alrededor de 380 millones de euros al año. La mayoría de ellas llevan más de diez años adaptándose a nuevos modelos de fabricación para reducir su huella medioambiental.

Tanto el hecho de ser una industria en el punto de mira de los ecologistas como el nuevo impuesto anunciado por el Gobierno, no les inquieta en absoluto. Saben que deberán repercutir esos costes en sus clientes y trabajan desde hace años por convertirse en una industria aliada con el medioambiente

Sin embargo, el relato, no les acompaña. Hablar de plástico está asociado en el imaginario colectivo con algo tóxico que contamina los mares y asfixia a las tortugas en altamar. Una imagen que se corresponde con las conductas del consumidor que hace uso de ese plástico, y no con el producto en sí mismo. 

Dos voluntarias recogen residuos de plástico en una playa

Dos voluntarias recogen residuos de plástico en una playa

Pese a lo que pudiera parecer, este sector se considera esencial y perfectamente compatible con los objetivos de la Agenda 2030, entre otros motivos, porque sustituir este derivado del polietileno supondría utilizar cuatro veces más de materias primas y duplicar la energía necesaria así como multiplicar por tres las emisiones contaminantes, según datos de EsPlásticos, la plataforma integrada por los principales agentes del sector.

Como argumento recuerdan, además, que elementos tan indispensables para la transición hacia una energía más sostenible como son las palas de los aerogeneradores, también están hechas de plástico. 

Palas de aerogeneradores listas para ser recicladas

Palas de aerogeneradores listas para ser recicladas ICAL

Si hay una comunidad autónoma líder en energía eólica, es precisamente Castilla y León con 6.404 MW de potencia eólica instalada, por lo que existe una oportunidad económica en potencia para el mercado de reciclaje de las palas de estos gigantes de viento. Endesa ya ha anunciado que ubicará en León la primera planta de la península ibérica para dar una segunda vida a estas gigantescas aspas. 

El futuro es la economía circular

Cada castellano y leonés recicla al año casi 11 kilos de plástico (diez veces más que hace 22 años) según los datos que recoge Cicloplast, aunque lejos de los 19 kilos anuales de la Comunidad Valenciana. En España ya se ha superado el millón de toneladas recicladas en 2021.

A la espera de que se pueda descubrir un nuevo material igual de versátil y útil que el plástico y cuya producción lesione menos el medioambiente, esta industria se muestra confiada en su continuidad y viabilidad en Castilla y León. ¿Es posible una industria del plástico sostenible? 

Fuencisla García, directora de compras de Makroplas, uno de los fabricantes de plástico más importantes de Castilla y León, explica a este periódico que "el futuro pasa por el reciclaje y la reutilización del plástico, no por su desaparición".

Fábricas como en la que García trabaja, con un volumen de producción anual de 17.000 toneladas, de las cuales el 80% ya es de segundo uso o reciclado, no ven problema alguno en coexistir con la Agenda 2030 "siempre que pongamos el foco en el reciclaje y en el consumo responsable", dado que la realidad es que, guste o no, el mundo se mueve inevitablemente alrededor del plástico.

Contrariamente a lo que pudiera parecer, esta industria asegura ser "aliada de las políticas medioambientales" dado que será imprescindible para frenar la producción de plástico e incrementar el reciclaje del que ya está en el mercado.

Esta asociación sin ánimo de lucro sostiene que uno de los graves problemas es que "se ha confundido producto con residuo" de manera que el consumidor ve demonizado el plástico cuando su vida útil puede multiplicarse por ocho o por un número mayor, dependiendo de a qué fin se destine. 

Esta industria, también en Castilla y León, lleva más de una década adaptando sus procesos para conseguir reducir su huella medioambiental hasta el punto de que ya sólo el 12,4% de su producción total es no fósil.

La hoja de ruta en la que trabajan los fabricantes de este derivado del petróleo pasa por la economía circular y la inversión en innovación. Es decir, nuevas mezclas de materias primas menos contaminantes para producir plástico y el fomento de la reducción de otros nuevos a través de una economía circular.