Los ganaderos de Castilla y León están al límite, el aumento en el coste de su producción, así como la falta de un relevo generacional está suponiendo que el campo peligre seriamente a corto plazo. Con todos estos ingredientes, la Unión de Campesinos ha convocado una rueda de prensa este martes 29 de noviembre para solicitar "un estudio de la cadena de valor para conocer los costes" ante un futuro poco halagüeño siendo "la primera vez en la historia que estamos perdiendo producción".

El coordinador General de UCCL, José Manuel González Palacín y el responsable de Ovino, José Antonio Martínez Castrín, han comparecido para informar sobre una situación compleja y, a su vez, que no tiene visos de solucionarse. "Es la primera vez en la historia que estamos perdiendo producción", ha destacado Palacín. Un problema en el que se ha reducido "en un 10% las cabezas de ganado". Con todo ello, ha mostrado su preocupación con respecto a la leche: "El sector está en la UVI". Y es que, según ha anunciado, se han incrementado los gastos en un 42%. En cambio, el precio de la carne y de la leche ha subido en un 12 y un 16% respectivamente.

Al mismo tiempo, el problema no radica en estos productos. El coordinador la Unión se dedica a la patata y no entiende que se la compren "a 40 céntimos y en el supermercado valga casi dos euros el kilo". Así, Palacín ha solicitado ayuda puesto que la ganadería se desangra con la pérdida de "un 8% de las explotaciones en Castilla y León, lo que implica a unas 150 familias que viven de ello". Todo ello obligando a suplir estas carencias con importaciones, especialmente del cordero que en la actualidad cuesta alrededor de 70 euros. "El cordero de aquí y el de fuera va a valer mucho debido a la escasez de género", ha indicado el coordinador de la organización.

Al margen de estos graves problemas, se encuentra el relevo generacional ante este drama. "Nadie ha cogido el carnero por los cuernos", ha remarcado Martínez Castrín, que solicita "unos costes de producción justos con todo lo que ha subido" vaticinando que productos como "el queso y el carnero se van a dejar de comer en cuatro o cinco años ante la falta de un relevo generacional". En este escenario también demandan "que esté valorado en cuanto salarios, sino la gente se irá".

Por último, requieren con urgencia un estudio del ovino y de la cadena de valor "para saber donde va el dinero de los aumentos". Una urgencia que responde a "llegar a un acuerdo para que todos los sectores salgan beneficiados y que haya un arbitraje por parte de la administración".