Parecer ser que son cosas del fútbol moderno, pero está claro que es una falta de respeto a los aficionados y a los medios de comunicación. Si ya de por sí es una misión casi imposible adivinar el once titular de un entrenador por culpa de los entrenamientos a puerta cerrada, la cuestión se vuelve una quimera si, además, el técnico le suma la mentira. Y esto es lo que ha reconocido que hace el entrenador del Real Valladolid, Paulo Pezzolano, que sin ningún tipo de rubor ha reconocido que “esconde” el estado de forma de los jugadores para no dar pistas al rival. Así ha ocurrido la semana pasada con Mamadou Sylla, del que dijo que estaba en condiciones de jugar contra el Eldense y luego no hizo acto de presencia.

El entrenador uruguayo considera que dar estos datos, como se ha hecho toda la vida, puede facilitar la tarea de los rivales. “Yo no trabajo para que ustedes estén bien informados. Yo trabajo para que el Real Valladolid gane”, ha respondido sin tapujos a la pregunta del periodista Arturo Alvarado. Para posteriormente intentar poner al aficionado como escudo de esta falta de información. “Yo voy a hacer todo lo máximo y creo que el abonado estará muy contento, y todo lo que rodea el ambiente, si estoy cuidando al club”.

Posteriormente ha querido matizar que “no es todo mentira”, incluso se ha permitido el lujo de dar una cifra: “El 90% es la realidad, pero hay detalles que prefiero ocultar. Ustedes pregunten lo que tengan que preguntar y yo respondo lo que puedo y lo que sea lo mejor para el club”, ha zanjado el tema.

Todo esto mientras se prepara el choque contra el Amorebieta del sábado en Lezama a las 14,00 horas, donde el once que saque Pezzolano será toda una incógnita, más que nunca.