Este martes, el actor andaluz Álvaro Morte regresaba a El Hormiguero para hablar de su nuevo proyecto internacional. Y es que el próximo día 1 de mayo estrena Inmaculate, una película de terror grabada en Italia que protagoniza y produce Sydney Sweeney. Él interpreta a un sacerdote, aunque la historia gira sobre una monja que, sin haber estado con ningún hombre, resulta embarazada. “Y no puedo contar mucho más”, bromeaba en los primeros momentos de la charla con Pablo Motos.

Uno de los aspectos más interesantes de su encuentro con el presentador valenciano fue cómo reflexionó sobre el oficio de actor. Y es que para él, ser actor es hacer pruebas y encajar que te rechacen, y encajarlo. “No es estar delante de la cámara y triunfar, ser actor es el camino, trabajar cuando puedes trabajar, hacer pruebas y que te digan constantemente que no. Es muy difícil hacerlo si no estás bien entrenado”, avanzaba.

También considera que ser actor es “no saber si vas a llegar a fin de mes”, o que entres en un proyecto en el que no te gusta el personaje, o la persona con la que vas a trabajar, o el entorno. “Eso es el mundo de la interpretación”, insistía. Y recordó que de los actores solo trabajan el 2%, “y muy pocos pueden llegar a fin de mes, sin preocuparse por nada. Si te gusta eso tira para adelante y dedícate a esto. Si buscas tener seguidores, hacer papeles en series, es que es muy complicado”.

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Sobre cómo hay que encajar el que no te den un papel, Morte reconoce que “ha habido proyectos a los que he intentado acceder y te jode, claro que te jode, pero he aprendido a que me dure media hora” el enfado. “Si no es este proyecto, ya será otro, ya saldrá otra cosa”, es su filosofía.

Tras comentar cómo disfruta grabando terror, y cuál es la forma en la que suele memorizar sus guiones, Pablo Motos puso sobre la mesa la talasofobia que sufre Álvaro Morte. “Es el miedo a una cantidad ingente de agua. Me inquieta el meterme en el mar cuando estás lejos de la costa, muchísimo. Creo que hay manos negras haciendo algo ahí debajo”, reconocía.

Así, el presentador bromeó con invitarle a dar un paseo en barco por alta mar. “Jamás. Esa gente que va en el yate, conmigo no cuentes”, admitía. Y en ese sentido, relató cómo una vez buceó en Ibiza con su hermano, y lo pasó muy mal al sentir que la corriente le empujaba hacia abajo y notó que la temperatura del agua descendía muchísimo. “Me da terror”, insistía.

Más adelante, el que fuese el Profesor en La casa de papel reconoció que cree que tiene un problema de déficit de atención, y que tiene algún rasgo de TDHA. “No estoy diagnosticado, pero sospecho que algo de eso hay seguro”, admitía.