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El pensamiento hábil de Manuel F. Lorenzo y el afacebeto

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Las manos humanas son las únicas, en el reino animal, capaces de hacer operaciones. Antes del “Homo Sapiens”, fue el “Homo Faber”. El materialismo filosófico de Gustavo Bueno se basa en este origen manual de las actividades cognitivas, cuya base empírica encuentra ejemplo en la Epistemología Genética de Jean Piaget.

Un alumno de G. Bueno, actual profesor de filosofía en la Universidad de Oviedo, Manuel Fernández Lorenzo, establece una variante o dimensión vitalista en el materialismo de Bueno. La denomina Pensamiento Hábil o Razón Manual. Se trata de un nuevo sistema filosófico capaz de distinguir las operaciones de las acciones.

Como he dicho, las operaciones son humanas y tienen una raíz ontogenética. Las otras, las acciones no humanas, carecen de esta raíz. No son operaciones. En consecuencia, existe una decisiva diferencia entre el hacer y el operar. Quien opera no hace, ejecuta. Este concepto lo define Ortega y Gasset así: “no soy una sustancia, ni siquiera un acto, soy la ejecución de un acto”. Es decir, el “ser ejecutivo” de Ortega nos remite a una habilidad Operiatológica que en su libro, La Razón Manual, desarrolla minuciosa y sistemáticamente Manuel F. Lorenzo.

El materialismo filosófico distingue entre Términos (el mundo), Operaciones (el sujeto operatorio) y Relaciones, estas, resultado de la incidencia de las Operaciones sobre los Términos. Las operaciones no son base ni fundamento de nada. Son sin fundamento. Forman un grupo, una estructura algebraica con sus leyes y elemento neutro. En la actividad artística sucede lo contrario. El sujeto operatorio no puede ser eliminado. El Velázquez de Las Meninas es imborrable pese a las muchas operaciones manuales del pintor para crearlo. La mano que desgaja o pule el pedernal del hacha primitiva, crea sinapsis en las células cerebrales. Las sinapsis son conexiones entre neuronas, no acciones. El analfabeto, esto es, quien no estudia, no lee o lee poco o nada, una vez manipulado por la publicidad o ciertas ideologías, quema libros y bibliotecas, no opera, actúa. Hace.

El operador es AFACEBETO. Sin hacer nada (facere), opera en todo (agere). Las operaciones son actividades ontogenéticas y las acciones, filogenéticas. Ontología e Historia. Quien controle este esquema previo al lenguaje impondrá símbolos, sentido y necesidades. Nuestra visión del mundo posee un diseño similar. Similar, por ejemplo, a una prolepsis epicúrea. Internet antes de Internet.

Entonces, algunas preguntas saltan a la vista ¿No es el Big tech (Amazon, Apple, Google, Facebook, Microsoft) y BAT (Baidu, Alibaba, Tencent) conjuntos de élites afacebetas? ¿Acaso la ONU, con su Agenda Globalista 2030, no es una organización internacional de caníbales afacebetos?

Una reflexión moral se impone: ¿habrá alguien que pueda llegar a ser más perverso que un afacebeto operatorio? ¿Existe alguna posibilidad de burlar su influencia? Tal vez, pues las operaciones son reversibles. Pero este es otro asunto.

Ante el sistema filosófico, la razón manual o pensamiento hábil, del filósofo Manuel F. Lorenzo, único en España de un autor vivo y que sobrevive en Oviedo rodeado de ávidos afacebetos de estruendosa indiferencia oficial y, para colmo, ni la misma Fundación Gustavo Bueno es capaz de afrontar, el poeta no puede quedar indiferente. Para él este poema.

"Las raíces últimas del conocimiento humano no residen en la conciencia, ni tampoco en la materia, sino en una realidad intermedia, en la actividad biológica de un organismo humano" (Manuel Fernández Lorenzo).

¿Para qué vida interior,
si el alma se ve por fuera?
La piel es el corazón
y las manos su frontera.
Las manos son formas vivas,
extremidades que piensan,
génesis operativas
del pensamiento y la lengua.
, Indican, muestran, no ocultan,
dan forma, todo lo amoldan,
son ojo táctil, auscultan,
asimilan y acomodan.
Son musa fiel del artista,
pintan, esculpen, hilvanan,
disponen a plena vista
las autopsias cirujanas.
Pasa, el vacuo lector,
por hábil analfabeto
y quien nada “face” por
ilustrado afacebeto,
globalizador de dolos,
locuaz, virólogo acedo,
vendido a los protocolos,
a las farmacias del miedo.
Constructor de los prejuicios,
sojuzga, no para en mientes,
inmune, gana los juicios
en los tribunales ausentes.
Protágoras confundió
el medir con la medida,
nunca puede un medidor
ser modelo de partida.
El ser racional no implica
una mente satisfecha,
el pensamiento se explica
con las manos en la brecha.
La razón es biología,
la materia no la puebla:
dadme su carpintería,
el gran taller que la amuebla.