Cataluña arde en el infierno independista que quiere someter a la mayoría de catalanes que no quieren la independencia. La imposición y la violencia es seña de identidad de aquellos que se creen con toda la razón para imponer sus ideas.
Vuelve el fantasma de la Euskadi borroka que tanto daño causó y en la que tantos se convirtieron fielmente bajo el dominio de la serpiente.
Euskadi puede que vuelva a vivir los terroríficos años 80 y 90, cuando tanto sufrimiento hubo y en la que hoy, muchos sufren daños colaterales de aquella atrocidad melancólica.
La manipulación es un arte que domina la política enfrentada en beneficio de los intereses de unos pocos y en perjuicio de una mayoría que se deja llevar de aquí para allá para diversión de un poder corrupto.
La corrupción se ha convertido en un choque de trenes, donde el maquinista, el pasajero y la mercancía somos todos.
El 10-N tenemos en nuestras manos, seguir sin gobierno, o formar una mayoría que tome decisiones de profundo calado, que mire al futuro con los pies en la tierra y la mente en la realidad.
Realidad que muchos han perdido, incapaces de mantener sus raíces que se han podrido en beneficio del poder nacionalista e independentista que los utiliza y somete para beneficio propio.
Es tiempo de que los héroes se levanten, que escriban, voten y se manifiesten contra la violencia, Basta Ya.