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La degeneración de la regeneración

Albert Rivera en el Congreso.

Albert Rivera en el Congreso. EFE

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Pedro Sánchez tenía un propósito hace unos 100 díasTenía un propósito tan efímero como utópico. Y es que las prisas no son buenas, ni la soberbia, ni el todo vale, ni el ansia de poder. Apenas hace 24 horas, Rivera noqueó a Sánchez con un directo, disipando todo el orgullo que sentía el “presi”, por haber botado a una de sus ministras, a la que tanto apoyaba. Contradicciones de la vida.

Montón, dando la cara, en una rueda de prensa algo surrealista, que ha ido desde laguna mentales, hasta miradas perdidas típicas de un niño cuando le pillan en una mentira. Pero al menos incluso ella ha dado explicaciones, porque lo único que se le ha ocurrido al señor presidente del Gobierno, es escribir un tweet y por supuesto amenazar. ¡¡QUE GRANDE!!

Cuando le tocó ayer el turno a Sánchez y, como buen presidente del PSOE, negaba, negaba y negaba hasta el punto de hablar durante 10 segundo más, con el micrófono apagado. Pero, ¿qué decía Sánchez durante ese tiempo? Y, ¿qué  dijo al sentarse? Pronto algún experto en leer los labios nos dirá las respuestas. 

Y es que, si en mi primer artículo comentaba que en los anales de la historia recordaran a Sánchez por muchas cosas, ahora se le suma el mote también de supuesto “plagiador”¿Dónde está la tesis del señor presidente del Gobierno de España?

No nos olvidemos que no es lo mismo un Máster que un Doctorado, es como comparar un suspiro con un llanto. ¿Por qué veta el gobierno una ley que obligaba a la transparencia universitaria? Todo con apoyo del PP, por supuesto, no nos olvidemos que esto es una retroalimentación bipartidista y que las situaciones de estas catastróficas secuelas que sufrimos, son consecuencia del este toma y daca típica de estos dos partidos.

Rivera en pocas palabras, envió a Casado al coche escoba y a Sánchez fuera del pelotón. Al final la ansiada regeneración de la que presumía Pedro el… No sé ya que mote le pondrán las generaciones venideras. ¿El breve? ¿El ansioso? ¿El cacahuetero? ¿El plagiador? ¿El retornable? ¿El doctor? Pues eso, quedará en una degeneración de un proyecto que nunca existió y que se basó en los pactos destructivos, decretazos y arrepentimientos continuos de cambio de rumbo.