Opinión

En defensa de la familia

Imagen de recurso de una familia.

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El Foro Nacional de la Familia ha difundido un comunicado en el que analiza el nuevo escenario en el que se mueve la institución y demanda urgentemente una Ley que apoye explícitamente a las familias, misión en la que todas las voces son necesarias: el silencio no es una opción.

Década a década aumenta el número de mujeres que deciden no abandonar la actividad laboral tras la maternidad. De hecho, la tasa de empleo de las madres que trabajan y tienen hijos menores de tres años ha escalado del 56% en 1999 al 73% de 2016.

Uno de los motivos que llevan a las familias a esta toma de decisión es la crisis de la deuda de las familias y la pérdida de peso de las rentas salariales, tan acusada que difícilmente se puede pensar en un escenario de parejas que no sea la formada por dos proveedores.

La consecuencia directa e inmediata de esta situación es la falta de tiempo para dedicar al cuidado de la familia en general, y de los hijos en especial. Esta situación  no se puede tolerar por más tiempo y cada día que pasa se hace más evidente que las familias hemos de estar más cohesionadas haciendo de ello el objetivo de nuestra vida.

Defender la familia hoy no pasa tanto por interpretar el concepto en sí mismo como defenderla de manera  democrática y consensuada.

Cuando hablamos de conciliación, no podemos olvidar que estamos hablando también de productividad empresarial. La empresa tomará medidas que faciliten y apoyen la conciliación del trabajo con la propia familia siempre y cuando el resultado de aplicar estas medidas se traduzca en una mayor productividad.

Por tanto, está bien recordar que todas estas medidas que pedimos a las empresas han de ser no sólo viables sino también sostenibles en el tiempo.

Sucede entonces que, para que sigamos avanzando en la conciliación por parte de la empresa, se hace necesario un alto grado de liderazgo por parte de los directivos que dé lugar a una buena comunicación con el trabajador teniendo como base la responsabilidad de ambos.

Es evidente que para avanzar en organizaciones inteligentes con trabajadores responsables, es fundamental ir asentando cada vez más una cultura que posibilite de forma natural la conciliación del trabajo con la familia. Sin estos dos pilares: liderazgo-dirección y trabajador-responsabilidad es imposible avanzar a paso ligero.

Al otro lado de la conciliación, tenemos la familia. No se puede ser simplista y reducir la conciliación a un problema exclusivo de las mujeres. El verdadero equilibrio entre la vida familiar y laboral nunca será una realidad si no lo identificamos con la corresponsabilidad entre los miembro de la pareja y la familia en general. Hay que reconocer que la políticas de conciliación no atañen solamente a las mujeres sino a la sociedad en su conjunto; si todos nos sentimos corresponsables estaremos ayudando a construir una sociedad más cohesionada y más humana.