El problema no es Sánchez, sino la izquierda
Hoy podríamos decirles a Sánchez, a Rufián y a todos los que los justifican la corrupción política: “Yo creería en vuestra honradez si tuvierais más cara de honrados".
Hoy podríamos decirles a Sánchez, a Rufián y a todos los que los justifican la corrupción política: “Yo creería en vuestra honradez si tuvierais más cara de honrados".