Hace pocos días que hemos conocido los resultados definitivos de la oposición de educación en Aragón para Enseñanzas Medias y Formación Profesional. La convocatoria récord (más de un millar de plazas en 24 especialidades con más de 10.000 personas inscritas) ha terminado siendo un gran fracaso.

El número de suspensos ha sido altísimo y no se van a cubrir todas las plazas que se convocaban. Van a quedar más de 300 plazas sin cubrir. Es un fracaso del sistema, y la constatación de que el modelo es obsoleto y hay que cambiarlo.

Vamos a aclarar que esta situación no es nueva. Ni tampoco somos la única comunidad autónoma que lo sufre. Pero los resultados de este año son especialmente negativos. Llevamos mucho tiempo denunciando que el sistema de oposiciones de educación es obsoleto, regido por un decreto nacional de 2007.

Desde CSIF hace mucho que denunciamos esta situación y pedimos cambios. El fracaso rotundo de la oposición de este año en Aragón nos tiene que hacer reflexionar a todos y nos tiene que llevar a acometer los cambios necesarios para que esto no se vuelva a repetir.

Primero, vamos a analizar los datos de Aragón. Van a quedar más de 300 plazas desiertas, porque el número de aprobados no llega a cubrir las vacantes que se ofertaban en muchas especialidades. Algunas de las que dejan más plazas sin cubrir son Inglés, Matemáticas, Lengua Castellana y Literatura, Física y Química, y Biología y Geología. También destacan varias especialidades de FP, que van a tener numerosas vacantes sin cubrir, como Administración de Empresas y Procesos de Gestión Administrativa.

Es difícil explicar las causas concretas de estos resultados. Es la suma de muchos factores. No queremos señalar culpables, sino proponer soluciones y mejorar el sistema. El objetivo es que los opositores cuenten con un sistema lo más justo y transparente posible. Que la educación pública cuente con plantillas estables, que se reduzca la interinidad y que los docentes puedan realizar su trabajo en las mejores condiciones posibles. El objetivo final debe ser mejorar la educación pública entre todos.

Desde CSIF pedimos que se actualicen los temarios y que se publiquen previamente las rúbricas con los criterios de evaluación. Además, nosotros proponemos que el primer examen teórico sea tipo test. Es una prueba más objetiva que la actual de desarrollo. Esto facilitaría la corrección y daría más garantías a los opositores. También se debe reflexionar sobre el tipo de ejercicio práctico más adecuado para cada especialidad. Este año ha habido muchas quejas de la parte práctica en varias especialidades de Formación Profesional.

Le pedimos a la DGA que todas estas quejas y propuestas no caigan en saco roto, que se tome en serio la necesidad de acometer cambios. Educación ha dicho que va a buscar las causas de lo ocurrido y que va a remitir una encuesta a los opositores y los miembros del tribunal. Está claro que la reforma del modelo de oposiciones tiene que empezar por el Ministerio de Educación. Pero desde aquí, en Aragón, también hay aspectos que se pueden mejorar.

Le pedimos al Departamento de Educación que publique previamente a los exámenes los criterios de corrección precisos. También solicitamos que el tiempo para los ejercicios prácticos sea adecuado. Y deben mejorar las condiciones de las sedes donde se realizan los exámenes.

Este año ha coincidido con ola de calor, y las aulas no estaban preparadas. Hay que garantizar el mayor confort posible a los opositores y tribunales. Tenemos que pensar entre todos la idoneidad de las fechas, porque el calor va a más cada año. Y si las pruebas se repiten en días de calor, las aulas deben contar con ventiladores o sistemas de climatización.

Nuestros centros sufren la falta de docentes. Cada vez más, el Departamento de Educación se encuentra con dificultades para cubrir determinadas plazas en institutos. Esto ocurre, por ejemplo, en Lengua, Matemáticas o Informática. Ni siquiera encuentra interinos para cubrir bajas durante el curso, y está aprobando medidas extraordinarias de acceso. Todo esto nos tiene que hacer reflexionar sobre la necesidad de dotar de plantillas lo más estables posibles a los centros.

Hay que reformar ya el sistema de oposiciones. Está en juego el futuro de la educación pública y de nuestros alumnos.