
Marta Schneider a las puertas del Ministerio de Sanidad después de elegir su especialidad mir
Marta Schneider, nueva médico mir: "Me enamoré de la especialidad desde el primer momento"
Esta joven de 25 años comienza el próximo 5 de junio su formación como médico residente de medicina de familia y comunitaria en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
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Muchas horas de estudio y más de un sacrificio finalmente tienen su recompensa. Si no que se lo digan a Marta Schneider, una joven de 25 años de Zaragoza, quien ha conseguido plaza para la especialidad médica que ella deseaba y sin tener que desplazarse como otros deben hacer. A días de que finalice el plazo de adjudicación de plazas mir de este año, Marta puede decir orgullosa que ya es médico residente de primer año de Medicina de Familia y Comunitaria en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Esta especialidad en concreto se trata de una de las olvidadas y la más machacada en cuanto a vacío de plazas se refiere. Tan solo en Aragón se ofertan 82 plazas y antes de que comience la última semana de adjudicación, solo se han repartido 35 plazas, por lo que quedan aún 47 por cubrir.
Sobre este tema, Marta reconoce que es "delicado" ya que, como sabe por parte de médicos con los que ha tenido el placer de trabajar, existe un gran problema de saturación por sobrecarga de citas y de exceso de burocracia a la que están sumidos y les quita tiempo para dedicarse plenamente a los pacientes. Aún con todo ello, admite que no le quita las ganas de dedicarse a sus pacientes.
Así, esta nueva médico residente de Medicina de Familia y Comunitaria defiende su elección frente a otras: "Para mí es la especialidad con más trato directo con el paciente. Tienes una continuidad que no tienen muchas otras especialidades". A lo que añade: "No dejas de lado nada ya que tienes que saber un poco de cardiología, dermatología, tienes que saber reconocer una variedad de patologías muy amplias".
Además, no solo apuesta por esta especialidad, sino que no rechaza poder ejercer en el mundo rural, donde se está viendo una falta de relevo generacional: "De primeras no me importaría para nada acabar en un centro de salud de una población rural. Me parece que puedes tener cosas muy chulas también que puedes aprender mucho", señala.
Aunque bien admite que cuando comenzó a estudiar Medicina no tenía clara su elección, ya que en su mente rondaban pediatría, ginecología y obstetricia, tras haber pasado en su periodo de prácticas de la carrera. Pero finalmente, en una balanza la ganadora supuso medicina familiar: "Me gusta mucho atender al paciente. Me parece muy interesante tener pacientes más mayores, así como mucha diversidad de edades", expresa.
"No me importaría acabar trabajando en un centro de salud de una población rural"
Sin embargo, lo que supuso un antes y un después en su elección fue tocar desde dentro el trabajo de un médico de familia: "Una vez que hice las prácticas de Medicina Familiar fue cuando me enamoré de la especialidad y dije, esto es lo que yo quiero ser", admite un tanto emocionada.
Con la ilusión de comenzar una nueva etapa, esta joven de 25 años acudió la pasada semana al Ministerio de Sanidad en Madrid para realizar la elección de plaza. Si bien reconoce que no pensaba que se pondría nerviosa porque sabía que tendría plaza en su especialidad y en su ciudad, la realidad resultó ser otra: "Al final da igual lo segura que tengas tu plaza, cuando llegas al Ministerio, entras y dices tu plaza, todo el mundo te aplaude, lo celebras con los tuyos, te terminas emocionando", recuerda sonriente.
Ante acudir presencialmente -ya que estuvo cinco años cerrada esa opción- admite que es "bastante bonito" y hasta un tanto "ceremonioso": "Sellas ahí tu camino, cierras un círculo".
Aunque para llegar hasta ese momento, tuvo que pasar un largo camino de seis años y largos meses de estudio, sobre todo, en la preparación del examen mir: "Es muy cansado, no tienes tiempo de verdad para desconectar, para ver a tus amigos y familia. Se llega a hacer cuesta arriba", confiesa.
La peculiaridad de su caso es que mientras algunos de sus compañeros se dedicaban exclusivamente a preparar el examen, ella no dejó de hacer una de sus pasiones, que es cantar y actuar. Por lo que admite que tuvo que reorganizarse y a día de hoy no sabe muy bien cómo consiguió compaginar todo.
Ahora deja atrás etapas duras de estudio para como bien dice "comenzar el mundo laboral" por el que admite tener "muchas ganas" porque "ya nos toca". Así, el próximo 5 de junio iniciará sus cuatro años de médico residente en Zaragoza.