
Daniel Gimeno, estudiante Mir en Zaragoza
Daniel Gimeno, estudiante mir de Zaragoza: "Pones tu vida en pausa durante unos meses hasta el examen"
Este zaragozano será uno de los 1.239 aspirantes que optarán por una plaza de médico interno residente en la prueba que se realiza este 25 de enero.
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Nueve meses y con un solo día a la semana de descanso es lo que lleva estudiando Daniel Gimeno para preparar la prueba de médico interno residente (mir) que se celebra el próximo 25 de enero a nivel nacional. Este joven zaragozano de 24 años puso fin a la carrera de Medicina el pasado junio y con unos pocos días de descanso se internó en la vorágine de intenso estudio para sacar adelante el examen.
Daniel es uno de los 1.239 aspirantes que el próximo sábado se citan en la Universidad de Zaragoza para conseguir una de las plazas de formación sanitaria. Este año son 11.943 puestos los que se ofertan para Medicina, Enfermería, Psicología, Fisioterapia, Biología, Farmacia y Química en toda España. En concreto, para Aragón son 364 vacantes.
Ante los últimos días para que el gran día llegue y dejar atrás los intensos días de estudio. Este joven zaragozano apunta divertido estar "al borde del delirio" pero con esperanza de que "un día más, es un día menos". Daniel explica que a pesar de que desde sexto de carrera ya había entrado en contacto con la materia del examen no fue "real" hasta que comenzó un intensivo en junio con la academia de preparación.
"No se puede tener ningún día malo"
Desde ese momento, sus días han quedado planificados por la academia: "Te organizan todo con un calendario y tienes cada hora organizada para estudiar, hacer ronda de preguntas, corregir exámenes", explica este joven. Así, para él su rutina se basa en comenzar a estudiar a las 8.30 tomarse un descanso de dos horas para comer y vuelta a estudiar de lunes a sábado. "Estas últimas semanas antes del examen empiezo a primera hora y no paro hasta las once de la noche de estudiar", señala.
Con tan solo nueve meses de preparación este aspirante reconoce que se trata más una oposición de "sprint" que una maratón como ocurre en otras. "Parece que hay mucho tiempo, pero realmente hay muy poco para todo lo que hay que hacer", explica. Por ello, señala que una de las grandes diferencias entre estudiar para los exámenes de la carrera y el examen mir es que "no se puede tener ningún día malo": "No te lo puedes permitir porque eso te retrasa y tienes que recuperarlo el domingo que es el único día de descanso que tenemos", recalca.
Ante los miles de horas dedicadas por y para preparar el examen. Este joven de 24 años reconoce que en este periodo de tiempo parece que se deja todo en pausa: "Siento que he puesto en pausa la vida. Me doy cuenta de que la gente sigue viviendo y siguen pasando cosas a mi alrededor que no puedes controlar y para ti se te ha congelado el tiempo y creas una burbuja que no permites que te pase nada", reflexiona Daniel.
"Siento que tengo más vida social que nunca"
Sin embargo, entiende que por encima de estudiar hay que seguir manteniendo un cable a tierra y apoyarte en la familia y amigos. "Hay que seguir yendo a cenas con amigos, ver a tus abuelos o tu familia porque si no dejas de vivir completamente. La vida realmente no se ha parado, las has decidido parar tú momentaneamente", recalca.
Por ello, sus seres querido han formado parte de este camino que según él sin ellos "no lo habría logrado y me hubiera costado el triple". Por ejemplo, durante el verano este joven comenzó su preparación en el pueblo con sus abuelos quienes han sido un pilar fundamental: "Me trataban como un rey", bromea. Una vez volvió a Zaragoza acude con sus amigos de la carrera de Medicina a estudiar a la biblioteca para hacer más "ameno" el día. "Siento que tengo más vida social que nunca porque lo hacemos muchísimo más llevadero", confiesa.

Daniel Gimeno en su graduación de Medicina este pasado 2024.
Un documental y una excursión
Sus intereses por la biología y ayudar a los demás se remontan a las tardes con su abuelo cuando veían documentales de La 2. Sin embargo, otro hecho que enfatizó aún más si cabe su vocación por ayudar a los demás tuvo el detonante una excursión de colegio a un centro con personas con distintas capacidades: "Estuve todo el rato con una chica que aún recuerdo el nombre, Marta. No podía casi ni hablar ni andar, pero estuvimos juntos dando un paseo y cuando volvimos me acuerdo que me eche a llorar porque quería estar con ella", relata emocionado. Ahí fue un detonante: "Quería poder ayudarla, entender lo qué pasaba", explica.
Así, con esa vocación desde niño por ayudar a los personas enfrenta el reto del examen al que admite que va aún sin saber a que especialidad quiere dedicarse, aunque la pediatría le tire mucho. "La única conclusón es que no tengo ni idea de lo que quiero hacer, pero los médicos me dicen que realmente eso está muy bien. Así, elegiré con la nota que saque y eso también libera un poco de presión", explica risueño.
Una familia muy viral
Este joven de Zaragoza antes de comenzar su periplo del mir se graduó el pasado 1 de junio del Grado en Medicina. Un tierno gesto como ponerle la beca de graduado a su abuelo se convirtió en un vídeo viral que recorrió todo Zaragoza y parte de España. El vídeo que compartió en su cuenta de TikTok alcanza ahora las más de 4 millones de visualizaciones y se convirtió en todo un fenómeno.
@daniglaz__ Hoy me graduo yo en Medicina⚕️ Pero esto va por quien me enseñó a leer y a sumar Por quien me enseñó a trepar árboles, coger pájaros y jugar a la pelota Por quien aguantó conmigo jugando en el parque hasta las tardes más frías de invierno Por quien me ha enseñado todo lo que sé. Va por ti yayo, te quiero💛
♬ La Suerte de Mi Vida - El Canto del Loco
"Al final yo siempre he querido agradecérselo y me pareció muy buen momento", confiesa Daniel. De esta manera, dieron la vuelta a Aragón y su abuelo, Antonio, estaba "encantado": "A él le gusta más la cámara que a mí", bromea. Este sábado 25 cerrarán el círculo y su abuelo será el primero en recibirle una vez que finalice el examen: "Ya me ha dicho que él va a venir sí o si a pesar de los posibles dolores que tenga", señala. Así, puede que se vuelva a repetir el bonito gesto y vuelvan a viralizarse mientras Daniel da un paso más para convertirse en médico.