A la izquierda, Salazar en la actualidad; a la derecha, unos días antes del ictus.
Paco Salazar (33 años), afectado de ictus: "Los médicos dijeron que era un milagro que siguiera vivo"
El joven describe los síntomas previos al ataque y cómo ha cambiado su vida: "Yo era una persona completamente sana, pero me ha tocado".
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Hay enfermedades o sucesos que nadie espera vivir, sobre todo cuando eres joven y llevas un estilo de vida saludable. La vida puede cambiar en un instante, y la manera en que afrontamos lo que nos ocurre puede marcar toda la diferencia en la recuperación.
Un ejemplo de ello es la historia de Paco Salazar, un joven de 33 años que sufrió un ictus en pleno auge de su vida profesional y personal.
Desde EL ESPAÑOL de Alicante hemos hablado con él, que nos ha contado su experiencia, marcada por la superación, la resiliencia y un optimismo inquebrantable.
Un 'disparo' en la cabeza
Paco Salazar, natural de Molina de Segura (Murcia), llevaba una vida que muchos considerarían ejemplar. Graduado en Derecho, trabajaba como atore manager en un supermercado de Pilar de la Horadada (Alicante). Deportista, con buena alimentación y sin vicios, jamás pensó que algo así pudiera ocurrirme.
"Yo pensaba que estaba hablando, pero ya no era capaz", recuerda sobre aquel fatídico 9 de abril de 2024, el día en que todo cambió.
Paco cuenta que despertó ese día con un leve dolor de cabeza, -algo que parece ser que fue casual-, y decidió acudir al gimnasio como siempre.
Mientras calentaba en una máquina, sintió un dolor súbito y violento en la cabeza: "como un disparo en la cabeza", describe.
Cayó hacia su lado izquierdo, consciente de la gravedad de la situación, y se tiró al suelo de rodillas para no hacerse más daño. Lo más angustioso, asegura, fue darse cuenta de que no podía pedir ayuda ni hablar.
El joven describe cómo desde el primer momento, él era consciente de la gravedad de la situación: "Yo sabía que me estaba dando un ictus". Tampoco perdió la consciencia durante el ataque, ya que se recuerda convulsionando en el suelo del gimnasio, mientras comenzó a llegar gente a su alrededor.
Tras ser trasladado al Hospital de la Arrixaca en Murcia, todavía seguía despierto. Aunque no podía hablar, escribió el número de teléfono de su madre para que los médicos pudieran contactarla. Su lado derecho estaba intacto, pero el izquierdo, explica, estaba "completamente muerto".
A continuación, entró en coma inducido durante dos semanas. "Cuando estuve en coma tuve un viaje astral por todo el espacio. Visité Marte y la Luna, en compañía de mi novia de ese momento", rememora, atribuyendo estas vivencias a la combinación de muerte neuronal masiva y ventanillo para inducir el coma.
"No recuerdo haber escuchado ninguna conversación del exterior", afirma.
La nueva realidad
Al despertar, Paco se enfrentó a una craneotomía que le había dejado la mitad del cráneo retirada para drenar la inflamación cerebral.
La primera reacción del joven fue escribir en una pizarra un simple: "hola a todos", sorprendiendo al personal sanitario, que pudiera siquiera escribir con la otra mano.
Durante los primeros días no percibió la parálisis de su lado izquierdo. La realidad le golpeó cuando quiso comunicarse con su entonces pareja.
Quiso responder a un 'te quiero' de su novia con un 'te quiero más', y al tratar de formar el signo 'más' con sus dos manos, se dio cuenta de que una de ellas no le respondía. Su lado izquierdo estaba "completamente muerto", recuerda visiblemente afectado.
Optimismo inquebrantable
A pesar de la gravedad de su situación, Paco mantiene una actitud positiva, incluso usando el humor para afrontar su recuperación. "Lo peor es compararte con tu versión anterior", asegura, aunque reconoce que ha mejorado mucho en su interior.
También describe como a consecuencia del ictus, acabó la relación con su pareja, con la que tras más de 10 años juntos, había planes de boda. "Hay que ver el lado bueno de las cosas. No podría estar con alguien que no comprendiera mi proceso y tampoco sería justo para ella", afirma.
Su rehabilitación combina ejercicio en casa con fisioterapia. Sin embargo, critica duramente a la Seguridad Social, que le dio un protocolo estándar para casos leves, a pesar de que su ictus fue extremadamente grave.
"Me ofrecieron la misma rehabilitación que a un paciente con un ictus leve, y en muy poco tiempo me mandaron para casa porque 'no podían hacer nada más por mí'", cuenta.
Actualmente, Paco recibe tratamiento privado en una clínica de neurorrehabilitación en Murcia, enfatizando la importancia de la neuroplasticidad y desafiando la idea de que la recuperación se limita a los primeros seis meses.
La importancia de la actitud
Paco insiste en que invertir en salud es fundamental, agradeciendo a su tío la ayuda económica y a su padre por acompañarle a la clínica para replicar los ejercicios en casa.
Sobre las causas de su ictus, los médicos lo atribuyen a "mala suerte". Sufrió una disección carotídea que bloqueó el flujo sanguíneo hacia el cerebro.
Su mensaje final para otros pacientes jóvenes es claro: "Actitud positiva siempre, por favor, centrarse en ver lo bueno de las cosas. Si te ha dado un ictus y estás vivo, ya es motivo de celebrar porque no todo el mundo sobrevive".