Uno de los tramos de la costa alicantina.

Uno de los tramos de la costa alicantina.

Vivir NATURALEZA

Parece el Caribe pero está en Alicante y es una joya: el precioso pueblo costero de aguas turquesas

Tiene algunos de los paisajes más bonitos del país.

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Para descubrir lugares nuevos y quedar anonadados por la belleza de paisajes espectaculares, no es necesario gastar todos los ahorros ni subirse a un vuelo internacional.

Aunque conocer culturas nuevas siempre es enriquecedor, no siempre va ligado al descubrimiento de paisajes de ensueño.

Prueba de ello son todas las joyas de la naturaleza que existen en España y que no tienen absolutamente nada que envidiar a otros países tropicales más lejanos.

Sin ir más lejos, la provincia de Alicante está repleta de enclaves oníricos que no dejan indiferente a nadie con un mínimo de sensibilidad visual y sensorial.

Además del interior de la provincia y de sus preciosos pueblos, como Guadalest, la costa de Alicante aguarda auténticos tesoros naturales que te transportan a un entorno idílico, donde el azul cristalino del mar contrasta con la imponente belleza de los paisajes rocosos. Unos tesoros que no tienen nada que envidiar a las playas más famosas del Caribe, como Boca Chica o Bayahibe.

Entre ellas, la cala del Moraig, situada tras el macizo del Puig Llorença, en la localidad de El Poble Nou de Benitatxell, destaca como la más emblemática de la zona. Este paraje, galardonado con la Bandera Azul, ha recibido también un reconocimiento especial por la calidad de su servicio de socorrismo, otorgado por la Fundación Adeac.

Pero más allá de su atractivo paisajístico, las calas y playas de El Poble Nou de Benitatxell son un verdadero paraíso para los amantes del mar y las actividades acuáticas.

Desde el snorkel y el submarinismo hasta los patines acuáticos y diversas iniciativas de educación ambiental, aquí es posible sumergirse en un sinfín de experiencias en contacto con la naturaleza.

Si buscas un rincón más apartado, la Cala dels Testos es una opción perfecta. Se trata de una cala virgen de grava, enclavada entre imponentes acantilados y resguardada por la majestuosa silueta del Morro Falquí.

Su difícil acceso, posible solo por mar o a través de una senda, le confiere un ambiente exclusivo y sereno, ideal para quienes buscan desconectar, tal y como lo destaca la web de Turisme Valenciana.

Por otro lado, la Cala Llebeig ofrece una combinación única de roca y grava, con una esencia marinera y un aire familiar que nos transporta a tiempos pasados. Para llegar a ella, es imprescindible recorrer la Ruta de los Acantilados, un sendero que permite disfrutar del espectacular entorno natural de El Poble Nou de Benitatxell.

La experiencia no estaría completa sin explorar el casco antiguo del municipio, donde la historia y la cultura se entrelazan en lugares como la iglesia de Santa María Magdalena, el Portalet o el Oratorio Jaime Llobell.

Además, la gastronomía local es un verdadero festín para el paladar, con especialidades como el putxero, las cocas, el cruet o el caspell, que harán que te sientas como en casa.