El Teléfono de la Esperanza de Alicante ha visto incrementado el número de llamadas que recibe desde que comenzó la pandemia, sobre todo por parte de un colectivo que tiene mayor vulnerabilidad, el de las personas mayores. El confinamiento, el distanciamiento social y el uso obligatorio de la mascarilla han hecho que los mayores se sientan más solos y que para aquellos con problemas auditivos sea más difícil conversar.

Esta organización, presente en más de 30 ciudades españolas, ha puesto en marcha un programa de prevención de la soledad, Escuchando a los Mayores. La iniciativa tiene como objetivo prestar acompañamiento telefónico a los ancianos que están en situación de soledad no deseada.

Este equipo de voluntarios vio cómo en 2019 el número de llamadas que recibían de personas mayores de 65 años, crecía. La causa más frecuente en la conversación era en muchas ocasiones la misma, la falta de compañía y el sentimiento de soledad. Fue entonces cuando los miembros del teléfono de la esperanza decidieron adelantarse a la posible demanda de llamadas, y ser ellos los primeros en contactar con aquellas personas que lo necesitan.

Desde que iniciaron el programa, los voluntarios han hecho más de 500 llamadas al año, y ya son 22 las personas que participan en él. El coordinador en la Asociación Internacional de los Teléfonos de la Esperanza, Germán Ricardo, afirma que todavía son pocos los usuarios que participan en el programa, y que la causa principal de esto es que “no se conoce el servicio”. La ONG mantiene un convenio con el Ayuntamiento de Alicante para dar a conocer sus programas, pero actualmente el acuerdo se mantiene paralizado por la pandemia.

A la soledad, se le une la ansiedad

Germán Ricardo explica que las preocupaciones de las personas mayores han cambiado tras la pandemia. Antes de la Covid, las consultas habituales estaban centradas únicamente en la soledad. Un sentimiento provocado, en la mayoría de los casos, por el distanciamiento o los conflictos ocasionados dentro de la familia.

En la actualidad, esa tristeza provocada por la falta de acompañamiento se ha visto agravada por un sentimiento de ansiedad. El problema viene empeorado por la falta de mecanismos habituales utilizados para calmar la soledad. Antes era muy común que los mayores se reunieran en centros específicos o en parques para jugar a la petanca o simplemente charlar.

Sin embargo, las medidas de seguridad frente a la Covid han limitado el ocio de este colectivo. Lo que hace más difícil gestionar la incertidumbre y provoca un exceso de "rumiación". Es decir, la creación de pensamientos obsesivos sobre temas negativos que se repiten y se centran solo en el problema, sin llegar a ninguna solución.

El objetivo es empoderar a los mayores

Por este motivo, los Teléfonos de la Esperanza de la Comunidad Valenciana han unido fuerzas y han impulsado Escuchando a los Mayores, el programa con el que se pretende dotar a las personas mayores de las herramientas necesarias para su empoderamiento.

Para participar, solo hay que ser mayor de 65 años, entrar en la página web del programa y rellenar el formulario de contacto. Después, los voluntarios de la organización se pondrán en contacto.