Aurora junto a sus amigas en una anterior edición.

Aurora junto a sus amigas en una anterior edición.

Vega Baja

Aurora lleva más de 10 años concursando en las paellas de las fiestas patronales de Torrevieja: "Somos una familia"

Este sábado 6 de diciembre, el parque Antonio Soria se llenará de cientos de torrevejenses y visitantes para el evento.

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Torrevieja
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Cada primer sábado de diciembre, Torrevieja se detiene. Miles de vecinos convergen hacia el Parque Antonio Soria con un objetivo común: las paellas.

Lo que comenzó hace más de tres décadas como un concurso modesto se ha convertido en el acto emblemático de las Fiestas Patronales en honor a La Purísima Concepción, el evento que mejor define la esencia de convivencia torrevejense.​

Seguir con la tradición

Las paellas no son nuevas en Torrevieja. Aunque el concurso oficial ronda la treintena de ediciones, la relación de la ciudad con este plato tiene raíces más profundas.

Hace aproximadamente quince años, cuando el concurso aún no existía en su formato actual, los torrevejenses se reunían junto al puerto para preparar paellas durante las festividades.

Aurora, una torrevejense que lleva participando desde que el certamen tiene lugar, recuerda esos tiempos: "Cuando se hacía en el puerto, en el paseo donde estaban los hipis, iba mucha gente, y aquí seguimos, somos ya una familia".

El traslado al Parque Antonio Soria supuso un punto de inflexión. El Ayuntamiento formalizó entonces el concurso, transformando lo que era una celebración espontánea en un evento regulado, con inscripciones y criterios de evaluación.​

El Funcionamiento

Cada año, el Ayuntamiento abre un plazo de inscripción donde los grupos torrevejenses pueden registrarse gratuitamente.

Solo hay que cumplimentar un formulario con el nombre del grupo y esperar la asignación de espacios.

Aurora forma parte de uno de esos grupos que desde hace años mantiene la tradición. Su equipo ronda los catorce miembros cuando llegan las fiestas, aunque el núcleo duro no supera la decena.

Un detalle que caracteriza al concurso es que el Ayuntamiento proporciona los ingredientes básicos a todos los participantes: arroz, tomate, aceite y carne.

Esto genera una competencia equitativa donde la diferencia está en la técnica y la experiencia. La normativa es clara: no pueden hacer paellas de conejo, caracoles u otras variantes. Debe ser paella de pollo, en la mayoría de los casos.

A pesar de la aparente sencillez del formato, la práctica ha revelado complejidades. Aurora comenta que en algunas ocasiones han visto comprometida su participación por problemas de coordinación: "Como te dan un tiempo para presentar la paella, a lo mejor no llegas a tiempo. O la gente tiene hambre y empieza a comer. Nos ha pasado algunas veces que no nos hemos coordinado bien".

Competencia y premios

Alrededor de las dos de la tarde, el jurado designado por el Ayuntamiento —compuesto por el alcalde, concejales y expertos— degusta las paellas.

Solo se otorgan seis premios para aproximadamente ochenta grupos que compiten oficialmente. Aurora ha tenido la suerte de conseguir el tercer premio: "La verdad que fue inesperado porque había tanta gente que concursa".

Paralelo al concurso, existe el Concurso de Camisetas, que premia la creatividad en el diseño. El grupo de Aurora mantiene un enfoque simple pero reivindicativo: "Pa..ellas" con cervezas, y "Pa..ellos" con una paella, haciendo alusión a que los hombres son los que cocinan mientras las mujeres disfrutan. "Nos hace mucha gracia", asegura con risas.

"Mi marido y otros hombres son los que la suelen hacer porque tienen mano, nosotras preferimos mirarlos de mientras", bromea.

Más que un concurso

Lo verdaderamente notable es que el concurso es apenas la excusa oficial de una reunión mucho mayor. Hay personas que no concursan pero que acuden con sus familias a preparar paellas y disfrutar de la jornada. Los hijos de Aurora, aunque no participan en el concurso, van cada año.​

El ambiente en el parque desde las primeras horas de la mañana es de fiesta colectiva. La gente monta cenadores, cuelga banderolas, instala mesas. Hacia las dos de la tarde, cuando empieza la degustación oficial, ya hay miles disfrutando de comida, bebida y compañía.

Lo notable de las paellas de Torrevieja es cómo han evolucionado desde una celebración espontánea a un evento estructurado, pero sin perder su esencia.

Este sábado, cuando el Parque Antonio Soria se llene nuevamente de paellas, Aurora y su grupo estarán allí, manteniendo viva una tradición que ha sabido adaptarse sin perder su alma.