Un día mientras ejercía su cargo público de presidente de la Generalitat, a Carlos Mazón le sobrevino una catástrofe natural. Le sobrevino a toda una comarca de Valencia, a toda la Comunitat Valenciana que sufriremos el esfuerzo extra de la reconstrucción.

Quien tendría que haber vigilado que no sucediese aquello que no era él, quien tendría que haber hecho las infraestructuras necesarias para paliar sus consecuencias, quien tendría que haber informado cada minuto sobre la situación meteorológica y de las ramblas y barrancos, estaba desaparecido. 

Y una vez ha sucedido, quien tendría que haber declarado la Emergencia Nacional, quien tendría que haber movilizado al ejército desde el primer minuto, quien debería haber puesto todos los resortes del Estado al servicio de la ciudadanía, se dedicó a jugar con los tiempos para ver si el presidente de la Generalitat caía.

Mazón ha cometido muchos errores durante los días de la DANA, pero el principal fue fiarse de Pedro Sánchez y buscar la conciliación política en beneficio de los ciudadanos de la Comunitat. El presidente del Gobierno no es de fiar, lo ha demostrado cada una de las veces que ha mentido a todos los españoles. Lo demuestra ahora que pone palos en las ruedas de la reconstrucción -como ya hizo en La Palma con el volcán-, cuando otorga ayudas a cuentagotas, cuando ningunea a toda la Comunitat Valenciana.

Sin embargo, pese a sus constantes mentiras de Sánchez, pese a que todos los más próximos a él están acorralados en los tribunales, pese a que es incapaz de aprobar una presupuestos, el que parece cuestionado es Mazón. Precisamente quien no tuvo la información suficiente -en una clara deslealtad institucional- durante el día de los sucesos y los días siguientes, y quien se está volcando en que toda la Generalitat se ponga al servicio de la reconstrucción.

Paradójica situación que sin embargo ha sido milimétricamente diseñada por los tontos útiles de la izquierda, a los que les da lo mismo ser engañados mientras les caigan las migajas con las que mantener sus chiringuitos.

Esta semana informábamos de que las manifestaciones contra Carlos Mazón están coordinadas, entre otros, por Acció Cultural del País Valencià y La Cívica-Escola Valenciana. No asociaciones de vecinos afectados, no organizaciones empresariales... No, están coordinadas -según dicen por "solidaridad con los afectados"- por quienes han perdido con Mazón, debido a sus políticas nacionalistas sectarias, más del 90% de las subvenciones con las que les mantenía Ximo Puig en la era botánica.

Un dato. El partido político nacionalista en la Comunitat Valenciana, no llegó a alcanzar el 15% de los apoyos en la región en las últimas elecciones autonómicas (en la provincia de Alicante solo les votó uno de cada 10). Podemos, Sumar o los múltiples partidos comunistas que también organizan las protestas ni siquiera superaron el listón electoral del 5%. 

Pueden seguir armando todo el alboroto que quieran. Pueden seguir convocando protestas en las que prohíben a la gente que se manifieste contra Sánchez como principal responsable de lo ocurrido. No representan nada, son irrelevantes en el conjunto de la sociedad de la Comunitat Valenciana.