TRIBUNA

Ya tenemos Plan de Cuenca del Tajo, nos han vuelto a engañar

Alicante
7 diciembre, 2022 11:34

Nos han vuelto a engañar. La sensación colectiva es que ya tenemos Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo, pero que nos han vuelto a engañar. Esta sensación de ser burlados se produjo como fruto de la opacidad de tantas afirmaciones de tantos responsables políticos que, cuando hablan de más, generalmente hacen de menos.

Y lo que hoy sabemos es que hicieron poco en la última reunión del Consejo Nacional del Agua. Poco no por su acción, sino por la falta de pericia a la hora de concretar, amarrar y asegurar más y mejor las garantías para la tierra que deberían defender: la provincia de Alicante.

Sí, nos sentimos engañados, pero creo que los burlados son esos ocho cargos que se abstuvieron y que aceptaron clausulas endebles de protección frente a un injustificado caudal ecológico para 2027.

En un principio, se aprobaba una Plan de Cuenca del Tajo que incrementaba el caudal ecológico hasta 2027 amparados en un articulado preventivo que establecía su revisión a la baja en el caso de que la calidad del río mejorara con las supuestas inversiones previstas. Unas mejoras que tienen que venir de la mano de las inversiones previstas en Madrid, que necesita aumentar la calidad de la depuración de sus aguas que vierte al Tajo.

En eso se escudaba el Consell que acudía al Consejo Nacional del Agua a ponerse de perfil con su abstención, mientras el secretario de Medio Ambiente, Hugo Morán, ponía en duda estos mismos preceptos. Parece –y ojalá me equivoque– que echaba un jarro de agua fría sobre los intereses y las esperanzas de los agricultores, rebajando las expectativas antes de 2027. Y lo hacía en cuerpo presente de los ocho abstencionistas.

Una vez más cedíamos a cambio de nada, otra vuelta de tuerca más a un grifo que va camino de cerrarse para la Huerta de Europa. Ya hubo cesiones importantes en el primer plan de Cuenca 2015-2021; volvimos en ceder con el controvertido Memoradum que rebajaba el nivel de reserva en los embalses de cabecera, seguros de que era el punto de acuerdo definitivo. No fue así. Hoy volvemos a ceder de nuevo bajo otra diferente promesa, pero esta vez ya no estamos ante un ejemplo malogrado de buena fe, sino de timo político.

Es un engaño cuando se argumenta que los resultados de este incremento del caudal ecológico, sin sustento técnico fehaciente y como mera decisión política, y su futura revisión o congelación se basa en las supuestas inversiones de 1.000 millones para mejorar el tratamiento y depuración de las aguas de la Comunidad de Madrid, y otros 600 millones para adaptar la Cuenca del Segura, que beneficiarán a Alicante y Murcia.

No creo que mientan en disponer de estos fondos, seguro que no. No digo que no se vayan a hacer estas inversiones. Lo que aquí queremos apuntar es que no estarán en marcha antes de 2027. Y, por lo tanto, la previsión de caudal ecológico para ese año se incrementará como recoge el Plan. Eso, el señor Morán lo sabe y eso es lo que nos ha advertido a los alicantinos. La sinceridad del Secretario de Estado es mayor que la de nuestros representantes del Consell.

Porque la propuesta de incremento del caudal ecológico, lo que antes denominábamos "caudal mínimo" se fija para el tramo entre Bolarque y Aranjuez, en los casi 100 primeros kilómetros del Tajo desde sus embalses de cabecera. Seguramente, el tramo con mejor calidad de agua y con un caudal -mínimo o ecológico– más que suficiente: 6 metros cúbicos por segundo.

Así que, poner nuestro futuro en manos de una promesa de inversión para mejorar la calidad del agua del Jarama, que desemboca en el tramo posterior a Aranjuez, es intentar confundir a propios y extraños. Sí, es necesario mejorar las aguas que vierten, pero en nada afectará - ni en negativo ni en positivo – las aguas del Tajo río arriba.

Así que muchos nos tememos que nada de lo que se ha dicho tiene que ver con la realidad del río ni con sus necesidades. Sólo con la intención manifiesta de incrementar el caudal ecológico con el único objetivo de retraer 32 hectómetros cúbicos de partida y, en un futuro próximo, un total de 85 al final de la vigencia de este Plan Hidrológico que se va a aprobar.

Nos quieren confundir y casi que lo logran. No vamos a mejorar la calidad de las aguas río arriba de Aranjuez, no tiene nada que ver con la situación del Mar Menor, no garantiza más recursos en la cuenca del Tajo, ni lo hace más sostenible ni de mejor calidad su estado actual.

Pero esa que, además, destinar 1.000 millones supone confiar en mucho en la capacidad de ejecución de la Administración antes de 2027. Y a estas alturas, ya sabemos que las inversiones ordinarias –las que están en los presupuestos de las instituciones públicas– no se ejecutan más allá del 60% de lo previsto.

Cuando estamos hablando de planes multimillonarios, pensar sólo en el inicio de su tramitación nos genera un horizonte de dos o tres años, más su licitación, adjudicación, inicio de la obra, culminación y que comience a generar resultados. Todo ello se escapa a más allá de la vigencia de este Plan de Cuenca. Esto es lo que nos ha dicho en la cara el señor Morán, sinceridad de agradecer: que en 2027 tendremos menos recursos de agua para trasvasar.

Y es cierto que las obras de mejora de la calidad de aguas de Madrid eran necesarias y que invertir en nuevas mejoras y en la optimización del uso del agua en la Cuenca del Segura, una necesidad. Pero no lo hagamos para frenar la escalada del caudal ecológico del Tajo hasta los 8,65 metros cúbicos por segundo. Esa decisión está tomada.

La pregunta que hoy nos queda que realizar a la consellera Navarro y al presidente Puig es la siguiente. Ya tenemos plan, ¿y ahora qué? ¿Se van a establecer políticas inmediatas que palíen la reducción de caudal a los campos agrícolas de la Vega Baja y del Campo de Elche? ¿La Conselleria de Agricultura tiene plan B para ayudar a los regantes en este tránsito, más allá de incrementar el agua desalada con los problemas de salud vegetal que genera en muchas producciones? ¿Se ha planteado que los recursos del Júcar-Vinalopó lleguen a la Vega Baja por el embalse de Albatera? ¿Vamos a hacer algo, en concreto, o en general, y de verdad por nuestro sector primario? O el tejido productivo de la provincia volverá a pagar en sus carnes las decisiones de terceros. Las que han sido burladas.

Juan José Sellés es presidente de UEPAL

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