A escasos tres días de las elecciones en la Comunidad de Madrid en las que según todos los pronósticos puede llegar la segunda gran derrota de Pedro Sánchez -después de las catalanas-, no dejan de filtrarse encuestas sobre el posible cambio político también en la Comunidad.

Justo en el ecuador de la legislatura es muy aventurado cualquier tipo de suposición. Pero los sondeos marcan tendencias que son muy interesantes a la hora hacer augurios sobre el futuro. Y para el Botánico de Ximo Puig, Mónica Oltra y Rubén Martínez Dalmau, no soplan buenos tiempos.

Los tres tendrán que gestionar el desgaste de sus propios demonios: los negocios del hermano del presidente, la inacción ante las conductas delitivosexuales del exmarido de la vicepresidenta y el nulo peso de los morados en el Gobierno autonómico. Además, el desgaste de la nefasta gestión económica de la crisis sanitaria. Ya lo apuntaba mi compañero Sergio Sampedro el viernes en su noticia sobre la "crisis valenciana".

De momento y en comparación con otras regiones, no salimos muy mal parados en términos sanitarios. Pero esto no ha terminado y el ritmo de vacunaciones, seguramente por culpa del reparto de dosis  por parte del Gobierno central, no es el que debería estar siendo.

En este escenario y ante la caída en picado de Cs y desplome controlado de Podemos, si el PP quiere gobernar está obligado a acertar. Sobre todo en Alicante y desde Alicante. La elección de un candidato potente contra Puig y Oltra será decisiva. Aunque para ello primero se tiene que convocar un congreso regional en el que se "cosan", como le gusta decir a Puig, las viejas heridas de la formación.

Para el PP Alicante será muy importante en este proceso porque es la punta de lanza, de donde se parte con los mejores resultados y donde el apoyo a las siglas parece crecer al mismo ritmo que se rebajan las expectativas de los competidores en el centroderecha. Como en Madrid, sin trasvase de voto entro bloques. Lo que pierde Cs lo gana el PP.

En las elecciones autonómicas de 2019 en la provincia de Alicante el voto de la derecha superó con creces al de la izquierda. PP-Cs-Vox consiguieron casi 70.000 papeletas más que PSOE-Compromís-Podemos: 457.574 frente a 390.307. Lo que en términos porcentuales se tradujo en el 50,9% (mayoría absoluta) frente al 46,2%.

Está claro que no se puede transferir directamente el voto provincial en unas autonómicas a la hora de la formación de Gobierno. Ha de hacerse tras su conversión en escaños. Pero es innegable que hay una tendencia clara que se reprodujo en las elecciones municipales siguientes permitiendo que PP y Cs obtuviesen más concejales y que estos pactasen el Gobierno de la Diputación. 

Alicante, por tanto, tiene mucho que decir en la segunda parte del mandato. Su centroderecha parece unido en cuestiones fundamentales como el agua o la lengua, mientras PSOE y Compromís -Podemos no está ni se le espera- se chantajean mutuamente para imponer sus intereses partidistas en cada territorio, como le dijo extraoficialmente Aitana Más a una trabajadora del hospital de Torrevieja, también el viernes.

Si en otras ocasiones lo mejor es "no cometer errores", en la situación actual el centroderecha requiere de valentía, propuestas y ejemplo en la gestión si quiere superar al Botánico. Por eso cuanto antes se despeje la duda de quién encabezará el proyecto, y antes se ponga a trabajar el nuevo equipo, más posibilidades de cambio habrá. Y Alicante será fundamental.