La posidonia en una de las playas de Dénia.

La posidonia en una de las playas de Dénia.

Marina Alta

Dénia, alto y claro sobre la polémica de las "algas" en sus playas: "En Ibiza y Mallorca también pasa y la gente no se queja"

Las redes sociales se han llenado de mensajes pidiendo al Ayuntamiento que retire la posidonia del litoral, una planta natural y protegida del Mediterráneo.

Más información: Los vecinos de Dénia acusan al PSOE local de "retorcer la verdad": se puede regenerar las playas sin afectar a la posidonia

Alicante
Publicada

En pleno verano, las playas de Dénia han vuelto a ser escenario de un fenómeno tan antiguo como el Mediterráneo: la llegada masiva de posidonia oceánica a la orilla tras los temporales.

Las redes sociales han convertido este evento natural en un motivo de queja, pero detrás de esa marea vegetal que algunos usuarios confunden con suciedad, el Ayuntamiento de Dénia asegura que se esconde uno de los ecosistemas más valiosos del planeta.

"Esto no son algas sucias. Es vida marina. Es lo que permite que nuestras aguas estén tan limpias como están", explica a EL ESPAÑOL el alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, con voz firme. Porque lo que para algunos es un obstáculo entre la toalla y el baño, para el litoral es "su defensa más eficaz".

Qué es la posidonia

La posidonia oceánica no es un alga, sino una planta marina con raíces, hojas y flores, exclusiva del Mediterráneo. Forma praderas submarinas que oxigenan el mar, filtran sedimentos, protegen la arena y dan refugio a cientos de especies.

Cuando hay temporales, como el reciente de julio, el mar arranca parte de esa vegetación muerta y la deposita en la orilla.

"No es basura. No es contaminación. Es un mecanismo natural del mar", recuerda Grimalt. "En Ibiza, en Formentera, en Mallorca... ocurre cada año y la gente lo entiende. Aquí, a veces, parece que a la gente le cuesta más aceptarlo."

¿Se limpia o no se limpia?

El Ayuntamiento sí actúa, pero con criterios ambientales. "Retiramos la posidonia según marca el decreto de protección. Cuando el mar lo permite, intervenimos. Pero si sigue sacando más cada día, no se puede operar con maquinaria ni personal de limpieza en la orilla", aclara Grimalt.

En este sentido, el alcalde pone cifras: "Solo la noche del lunes se retiraron 300 toneladas de posidonia en 200 metros de la Marineta Cassiana. Al día siguiente, el mar había traído más. Se limpia, sí, pero hay que hacerlo con cabeza, no a golpe de queja viral."

Una aliada frente al cambio climático

La posidonia es un sumidero natural de carbono: retiene más CO₂ que muchos bosques y frena la erosión de la costa. "En invierno incluso la reutilizamos para crear barreras vegetales que protegen la arena de los temporales", explica el alcalde. "Es economía circular natural, sin aditivos."

La presencia de posidonia en la orilla es un síntoma de salud, no de dejadez. Pero su aspecto marrón y su olor pueden resultar chocantes para quien no está acostumbrado. "Hace falta más pedagogía", reconoce Grimalt. "Y también respeto. Cuando vas al monte, no pides que te quiten las hojas del camino. Pues esto es igual."

Con 20 kilómetros de costa, Dénia no presenta la misma situación en todas sus playas. Algunas zonas permanecen limpias y aptas para el baño sin rastro de posidonia; otras, según el oleaje, pueden amanecer cubiertas de restos vegetales. Pero lejos de ser un problema, es una oportunidad para reaprender el valor de lo natural.

"Quien viene a Dénia tiene que saber que este mar, este color del agua y esta biodiversidad no son un accidente. Son el resultado de convivir con el entorno, no de combatirlo", concluye Grimalt.

Valor histórico y ecológico

La posidonia oceánica está legalmente protegida desde 1992. Concretamente, la Unión Europea la incluyó en la Directiva Hábitats 92/43/CEE como hábitat prioritario, y España la reconoce en sus Zonas de Especial Conservación (ZEC).

esta planta es también uno de los seres vivos más longevos del planeta. Un estudio publicado en Nature Communications (Arnaud-Haond et al., 2012) descubrió clones de posidonia con más de 100.000 años de antigüedad en las Baleares. Además, según el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA-CSIC), estas praderas pueden almacenar carbono durante siglos, lo que las convierte en aliadas clave contra el cambio climático.

Por otro lado, según el Ministerio para la Transición Ecológica (MITERD), esta planta garantiza la calidad del agua ya que necesita alta transparencia, buena oxigenación y baja contaminación, por lo que su presencia es un bioindicador oficial de calidad ambiental en las costas españolas.

Finalmente, lugares de ensueño como Formentera e Ibiza no la retira de las playas. El Govern Balear y el Consell Insular de Formentera recomiendan no retirar la posidonia seca, incluso durante la temporada alta. En muchos casos, se reutiliza como barrera natural contra la erosión costera, tal como reflejan sus planes de gestión litoral.