El taller de la familia Serrano en Elche.

El taller de la familia Serrano en Elche. Laurine Maurice

Elche TRADICIONES

Paqui Serrano, heredera de la tradición ilicitana que cada año ofrece su arte al Papa: “Dejamos que la palma hable”

La familia lleva más de cuatro generaciones trabajando la palma blanca de Elche.

Más información: Francisco Sabater, pregonero de la Semana Santa de Elche: "La palma blanca nos representa a todos"

Publicada
Actualizada

Es martes, quedan tan solo 6 días para Domingo de Ramos y el taller de la familia Serrano Valero se llena de un olor particular. Un olor a tradición y a historia, a destreza y a artesanía.

Si bien el trabajo arduo e intenso se hace notar ahora a vísperas de la Semana Santa, cuando se acumulan colas para comprar las deseadas palmas blancas, la familia asegura empezar el trenzado de la palma blanca desde el mes de diciembre.

"Pensábamos cogernos al menos dos semanas de vacaciones, pero ha sido imposible", asegura Paqui Serrano, cuarta generación de artesanos de la palma blanca, que se encarga de confeccionar la famosa palma blanca trenzada que cada año regala el Ayuntamiento de Elche al Palacio del Vaticano.

En el taller, ubicado en la plaza del Rey Jaime I, Angelita, quien lleva "toda la vida" trabajando la palma blanca, se encuentra haciendo unas estrellas que luego coserá su compañera Mari Carmen.

Mari Carmen y Angelita, en el taller de la familia Serrano Valero.

Mari Carmen y Angelita, en el taller de la familia Serrano Valero. Laurine Maurice

Ambas mujeres aseguran amar su trabajo y estar entretenidas, si bien requiere de "muchas horas" y constancia. Es más, Angelita asegura llevarse el trabajo a casa, "si no, no podría llegar a todo". Una destreza que intenta transmitir a su hija para "que no se pierda algo tan bonito como es una tradición centenaria", asegura.

La mano de obra es precisamente lo que preocupa a Paqui, quien teme ser la última generación que trabaja la palma blanca de Elche: "Los más jóvenes, afortunadamente, encuentran trabajo de lo suyo, pero esto conlleva a que no tengan tiempo para dedicarse a la artesanía de la palma blanca, que requiere de un trabajo a tiempo completo durante varios meses del año".

Su sobrino, Francisco Sabater, pregonero de la Semana Santa de Elche este año, asegura contemplar "con orgullo" el arduo trabajo de su familia, pero también mira con preocupación el relevo generacional: "Es muy complicado que los jóvenes se quieran dedicar a esto porque no estamos hablando de un hobby, sino de un trabajo", asegura.

Elaboración

En la actualidad, son cinco personas las que trabajan la mayoría de las palmas blancas que salen del taller de la familia Serrano Valero, donde se confeccionan cada año alrededor de 6.000 ejemplares de todo tipo, desde la clásica palma lisa del Domingo de Ramos hasta las palmas más elaboradas, pasando por las pequeñas artesanías de las palmas de solapa, las "más vendidas", asegura Paqui.

Alguna de las palmas más elaboradas.

Alguna de las palmas más elaboradas. Laurine Maurice

Si bien el trenzado de las palmas no empieza hasta diciembre, la artesanía de la palma es un proceso que dura todo el año, pues empieza atando las palmas a la palmera para privarlas de luz y conseguir esa palma blanca que se cortará meses después.

Cada año, los trenzados salen distintos. Un proceso de elaboración que requiere de mucha destreza y escucha. En palabras de Paqui, no se piensa en un patrón específico a la hora de trenzar, sino que basta con "dejar que la palma hable", pues cada una de ellas nace con su esencia propia.

Una tradición centenaria

Alrededor del año 1371, según los registros, en la ciudad de Elche nacía una tradición que iba a atravesar siglos y generaciones. Así, a finales del siglo XIV, las palmas blancas empezaron a verse en las procesiones del Domingo de Ramos de la localidad, una tradición que perdura en la actualidad y ha traspasado fronteras.

Antaño, el hortelano vivía durante todo el año en la casa del huerto, conocida en Elche como "faeneta", y dedicaba la mayor parte del día al cuidado de la palmera y al de otros productos asociados, siempre siguiendo las técnicas de cultivo y regadío heredadas de la cultura árabe.

Las palmas blancas de solapa, las más vendidas.

Las palmas blancas de solapa, las más vendidas. Laurine Maurice

Y es que la palma blanca no solo es un símbolo religioso, sino también un emblema de la identidad ilicitana. Su importancia cultural ha sido reconocida internacionalmente, y la procesión del Domingo de Ramos en Elche ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.

En la actualidad, el Ayuntamiento de Elche encarga a la familia Serrano Valero la confección de la palma trenzada para el Papa, así como las palmas blancas que cada año regalan al Presidente del Gobierno de España y a la reina Letizia. También confeccionan ejemplares para los obispos Munilla y Conesa, y una quincena de variedades lisas para la reina Sofía, Mazón, el presidente de la Diputación y los consellers.