Jorge Crivillés saluda tras curzar el Canal de Bristol.

Jorge Crivillés saluda tras curzar el Canal de Bristol.

Deporte

Jorge Crivillés se lanza a un nuevo desafío solidario en el Fin del Mundo

El nadador alicantino afrontará en 2026 los cruces del Río de la Plata, el Canal Beagle y el Estrecho de Magallanes, la Triple Corona del hemisferio Sur.

Más información: Solidaridad contra las mareas y las medusas

Alicante
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Jorge Crivillés vuelve a desafiar sus propios límites. Inconformista por naturaleza, incapaz de detenerse después de coronar retos que parecían definitivos —como los Siete Océanos, que lo convirtieron en el primer español en completarlos—, el nadador alicantino ha decidido abrir una nueva frontera en el extremo austral del planeta.

Allí le espera la Triple Corona del Fin del Mundo, un proyecto que concibió ya en 2021, pero cuya preparación quedó suspendida por la pandemia.

Cuatro años después, y tras realizar travesías más humanas, como la de unir Tabarca con la isla de Benidorm, Crivillés retoma un viejo sueño con más determinación que nunca y con el apoyo de la Fundación ASISA, que respalda una iniciativa deportiva y solidaria a partes iguales.

El reto lo llevará en 2026 a enfrentarse a tres escenarios legendarios del sur del continente americano. Primero, posiblemente en abril, el nadador intentará completar el cruce del Río de la Plata, entre Colonia del Sacramento (Uruguay) y Punta Lara (Argentina).

Son alrededor de 35 kilómetros en uno de los ríos más anchos del mundo, cuyas aguas turbias, el oleaje corto y los vientos cambiantes generan condiciones similares a las del mar abierto.

Las otras dos travesías están previstas entre noviembre y diciembre en el extremo austral del continente.

La primera será el Canal Beagle, que une Ushuaia (Argentina) y Puerto Williams (Chile), un recorrido de unos 10 kilómetros marcado por las bajas temperaturas —entre 7°C y 10°C—, las corrientes cruzadas y la meteorología imprevisible propia del territorio subantártico.

Después afrontará el Estrecho de Magallanes, en la región de Magallanes y Antártica Chilena, un paso histórico de unos 4 a 5 kilómetros que combina aguas de 2°C a 5°C, corrientes extremadamente fuertes, vientos constantes y una ventana operativa muy reducida.

Las tres pruebas dibujan un camino reservado solo para nadadores con una mezcla muy precisa de resistencia física, fortaleza mental y sangre fría.

Crivillés encara este proyecto con un componente solidario añadido, ya que persigue dar visibilidad a la labor del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) y la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL), entidades con las que colabora desde hace años.

"Estas aguas representan lo extremo, lo imprevisible y lo duro… un paralelismo con lo que viven miles de pacientes cada día. Este reto es por ellos, por su fuerza y su lucha", asegura Crivillés, cuya alianza con Fundación ASISA se enmarca en la línea de la entidad de promover la salud, los hábitos de vida saludables y el apoyo al deporte desde la base.