Ilustración: Tomás Serrano

Ilustración: Tomás Serrano

Actualidad Corrupción

El fraude fiscal de Jordi Pujol Jr. gracias a su increíble tren de vida

El mayor de los Pujol cargó a Hacienda tres millones de euros en artículos de lujo y gastos personales para evadir impuestos. Coló viajes a Nueva York o cajas de Moët & Chandon.

17 octubre, 2015 02:04
Daniel Montero Esteban Urreiztieta Nicolás Pérez

Era miércoles 23 de diciembre de 2009. Jordi Pujol Ferrusola sacó su American Express Platinum en un supermercado de Madrid. Faltaba un día para la cena de Navidad y arrastraba un carro repleto de botellas para pasar las fiestas navideñas. Contenía ron Habana, ginebra Bulldog, 21 botellas de champán (nueve de Moët & Chandon y otras seis de Gosset Brut Excellence) y una de cava: Gramona III Lustros. ¿El total de la cuenta? 585 euros gastados por el hijo mayor del clan Pujol que fueron inmediatamente cargados a sus empresas pantalla, con las que cobra comisiones de grandes contratistas de la Generalitat, pagar menos impuestos.

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Ante Hacienda Jordi Pujol Ferrusola era un empresario en quiebra. Sus principales empresas instrumentales (Iniciatives Marketings i Inversions y Project Marketing Cat) ingresaron en tiempo récord casi diez millones de euros en comisiones pero paradójicamente declaraban números rojos año tras año. El empresario investigado por enriquecerse presuntamente con las mordidas de contratistas públicos y acusado de gestionar el patrimonio familiar oculto en Andorra, conseguía evitar de forma sistemática el pago de impuestos.

La contabilidad interna de sus sociedades, analizada al detalle por EL ESPAÑOL, delata el desorbitado tren de vida del que disfrutaba el hijo mayor del expresidente catalán, mientras de forma oficial, registraba pérdidas constantes. En tan sólo tres años, Pujol Ferrusola cargó a sus sociedades en España gastos por 3,3 millones de euros. Unos cargos que Hacienda investiga bajo la sospecha de que se trata en su inmensa mayoría de gastos personales, no deducibles y, por lo tanto,empleados de manera fraudulenta para evadir impuestos.

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Según las facturas analizadas por EL ESPAÑOL, Pujol Ferrusola era capaz -por ejemplo- de gastar con la tarjeta de su sociedad 896 euros en una comida mientras su empresa presentaba ese año ante Hacienda pérdidas por valor de 1,1 millones de euros. Así ocurrió, por ejemplo, el martes 20 de septiembre de 2011 en el conocido restaurante Arzak de San Sebastián, donde Pujol Ferrusola y sus comensales disfrutaron de cuatro menús degustación a base de bogavante coralino, pichón asado con olivas y flor de azahar e hidromiel de postre. En total, las facturas de sus sociedades reflejan más de 57.923 euros en 422 cargos de comidas desde 2008. Los gastos fueron registrados en su mayoría en restaurantes de Barcelona y Ciudad de México.

En la Ciudad Condal, Pujol Ferrusola optó en varias ocasiones por disfrutar de la carta del restaurante Vía Veneto, galardonado con una estrella Michelín. Allí solía decantarse por los guisantes rehogados, a 35 euros por ración, o por los huevos escalfados a baja temperatura, a razón de 48 euros el plato. El 5 de febrero de 2009, por poner otro ejemplo, la firma Iniciatives Marketings i Inversions abonó allí una factura de 464,02 euros para cuatro comensales; 316 euros dos días antes (con un tinto Odysseus de 43 euros incluido); y 615 euros ocho meses después (con el dim sum de gamba roja como plato estrella). Ese año, su Impuesto de Sociedades se calculó sobre una base de 387.524 euros ya que Pujol Ferrusola, pese a ingresar 1,7 millones de euros por supuestas asesorías, declaró gastos por valor de 1,3 millones de euros.

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Un año después, fue el restaurante Zuberoa, en Oiartzun (Guipúzcoa), también con una Estrella Michelín, el que recibió la visita de Pujol Ferrusola y otros tres comensales. Ese día, la sociedad del mayor del clan Pujol abonó una factura por 446 euros por unos raviolis de cigalas al aroma de trufas, unas ostras Gillardeau a la plancha, helados y una tarta fina de manzana. Para la Agencia Tributaria, su empresa declaró ese año pérdidas millonarias. En octubre de 2008, Pujol Ferrusola volvió a tirar de tarjeta en El Celler de Can Roca, considerado el mejor restaurante del mundo. Esta vez la factura fue más contenida: dos comensales gastaron 176 euros por una ración de ostras al cava y un steak tartar rematado con un helado.

A nombre de estas sociedades se registró también el Audi A8 de 335cv que el empresario utilizaba en sus desplazamientos personales (llevaba más de 10.000 euros en extras), un Range Rover y un Volkswagen Golf GTI utilizado por Mercé Gironés, que contaba también con un Mini Cooper a nombre de otra de sus empresas. Iniciatives Marketings i Inversións sirvió incluso como parapeto para abonar multas de tráfico sin perder puntos del carné. Los coches matriculados a nombre de esta firma fueron detectados aparcando de forma ilegal sobre la acera, en zona de carga y descarga, y sobrepasando en 40 kilómetros el límite de velocidad en varias carreteras. La cuenta de la empresa pagó el recargo por no identificar al autor de las infracciones y asunto arreglado. Además, Hacienda investiga la flota de coches de lujo que Pujol Ferrusola adquirió entre 1997 y 2002, con varios Ferrari, Porche y Lamborghini, bajo la convicción de que infravaloró de forma fraudulenta los vehículos.

Medio millón de euros en viajes

Una alfombra de salón hecha a mano, 15.085 dólares; cuatro días en habitación de lujo en pleno centro de Manhattan, 3.540 dólares; botella de agua pura, sacada directamente de un glaciar en Islandia, 11,2 dólares. Y así hasta 454.430 euros en viajes de lujo a Nueva York, Buenos Aires o Amsterdam. Sólo en la la Gran Manzana Pujol Ferrusola gastó con sus empresas 18.420 euros en hoteles y 4.900 euros en restaurantes desde 2009.

Estancia de lujo en Manhattan de Pujol Ferrusola.

Estancia de lujo en Manhattan de Pujol Ferrusola. Patricia López y Luis Sevillano

A los paquetes contratados con varias agencias de viajes, se suman otros 52.564 euros en vuelos pagados con tarjeta, 104.172 euros en hoteles y 10.762 euros en alimentación. El 12 de abril de 2010, la factura cargada a Iniciatives Marketing i Inversions registró productos tan personales como dos latas de palmitos naturales, dos cajas de detergente Dixan en gel y un bote de quitamanchas KH-7. Esa misma factura suma otros 550 euros en vino tinto Muga (seis botellas) y 19 botellas de champán (doce de ellas de la marca Veuve Cliquot, a 25 euros). En total, la cuenta del supermercado -presentada después a Hacienda como gasto de la empresa- ascendió esta vez a 741,11 euros.

Para moverse por el mundo, Pujol Ferrusola contaba con la ayuda principal de dos tarjetas de crédito; una American Express Platinum y una Visa Iberia Plus, contratadas ambas a su nombre pero que se cargaban contra las cuentas bancarias que sus empresas tenían en una sucursal barcelonesa del BBVA. Allí se pagaban por ejemplo los constantes pedidos de café Nespresso que realizaba la pareja (7.200 euros en cuatro años), 2.850 euros en gasolina en solo seis meses (entre julio y diciembre de 2011) y se ingresaba parte de los más de 8 millones de euros cobrados en presuntas comisiones entre 2008 y 2012. 

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A nombre de Iniciatives se compraron dos sillas de despacho por 4.900, una televisión Bang & Olufsen de 26 pulgadas (5.098 euros), 12.954 euros de un solo servicio de catering, un iPad 2 y un portatil MacBook que Hacienda no localizó en la sede de la empresa, 6.437 euros en un sofá modelo Chester, una silla y dos puf en color deserto y un armario del pánico, un armero de seguridad ignífugo con una cerradura "secreta de numeración con mando anti espía" que costó en 2005, 4.041 euros. La empresa de Jordi Pujol Ferrusola pasó como gastos a Hacienda hasta los libros de su padre. En junio de 2011 adquirió a la empresa Raval Ediciones 50 ejemplares del libro Residuals o Independents?, donde el patriarca del clan Pujol explicaba por qué ya no tenía argumentos contra el separatismo en Cataluña. La factura engrosó la partida de gastos de la empresa, y por tanto, contribuyó a reducir el pago de impuestos.