El 25 de julio, festividad de Santiago, quiso Íñigo Errejón hablar en términos nacional-regionalistas en un tuit destinado a celebrar la efeméride. Figuraba la fecha, tras la almohadilla de rigor, en gallego (#25de Xullo).
Indicaba así Errejón su compromiso con la ideología galleguista viendo el 25 de julio, en la línea del BNG, como día nacional de Galicia. El tuit consistía además en una cita de Castelao, al que Errejón terminaba refiriéndose como “referente y pionero de nuestra plurinacionalidad”.
Parece deducirse de aquí un compromiso por parte de Errejón con lo que dice o defiende Castelao en su principal obra política, que es prácticamente un texto sagrado para el galleguismo: Sempre en Galiza.
Como en general, y salvo los muy cafeteros, nadie en España (incluyendo Galicia, claro) se ha leído a Castelao y, en concreto, esta obra suya, el tuit bienqueda de Errejón pasa, sin más, como un posicionamiento que atiende a las distintas sensibilidades que componen la España plural (dejando fuera de juego por facha, fascista y etcétera a cualquiera que defienda la idea centralista, siempre antipática y avasalladora, como si fuera una apisonadora contra los hechos diferenciales).
Haciendo gala de una sensibilidad hechodiferencialista, Errejón menciona a Castelao y de esta manera adula (o pretende hacerlo) a quien se vea aquí reflejado. Pero siempre manteniéndose en un terreno vago, sin precisar en qué consiste el reconocimiento de esos hechos diferenciales y en qué se traducen políticamente hablando.
Es la práctica de la seducción de la que ha hablado Errejón más veces. Del demagogo de toda la vida, vaya, que busca convencer con el halago, no con el conocimiento (busca la convictio sin cognitio).
Pero ¿qué dice Castelao en Sempre en Galiza? ¿Cómo y en qué términos reconoce Castelao a Galicia como nación? ¿Qué lo convierte en pionero y referente para Errejón (líder de Más País)?
Citemos literalmente al autor de Rianjo, que es lo bastante elocuente como para que no haya dudas acerca de la concepción telúrico-metafísica que tiene de Galicia. Galicia es, para Castelao, una isla, un bloque sólido, que ya se distingue del resto de España por su formación geológica.
La escala en la que se sitúa Castelao para definir Galicia (repitiendo aquí la tesis de Otero Pedrayo, aunque sin citarlo) es la de la deriva continental. Es decir, ya no es la historia, ni siquiera la prehistoria, sino la geología aquello que define a Galicia como base nacional.
Dice así:
Galicia es una isla (insua) de rocas ígneas creadas por el fuego astral y que surgía, alta y fuerte, de los mares formativos, en cuyo caos aún yacía lo que hoy llamamos España (“Hespaña”). Tal es la fortaleza de Galicia que la poderosa elevación de las sierras cantábricas se truncó al impactar con nuestro suelo.
Además de ser un bloque geológico de formación independiente (y anterior) al resto, la tierra gallega es también, según Castelao, una entidad étnica que la historia política dividió (el Bierzo y otras regiones limítrofes, como el norte de Portugal, son parte de la, dice literalmente, nación natural gallega).
Un bloque que sólo es poroso, étnicamente hablando, hacia el sur, con Portugal:
Cuando un gallego entra en las llanuras de León o de Zamora se siente en tierra ajena, invadido por la tristura que producen los desiertos. Cuando entra en Asturias tiene que acostumbrar sus ojos a un nuevo estilo de paisaje. Pero cuando traspasa la frontera portuguesa se siente en su propia tierra, y no da crédito a las arbitrariedades de la política histórica.
En definitiva, este hecho diferencial tiene que ser atendido políticamente de tal modo que, por sus particularidades, Galicia requiere de legislación propia, evitando a toda costa esa homogeneización que quiso para toda España la Segunda República.
Así, dice Castelao:
A los republicanos españoles es preciso convencerlos de que una república unitaria, el lema de Liberté, Fraternité, Égalité, apenas sirve más que para ser colocada en la puerta de un cementerio.
En fin, señor diputado Errejón. Si me permite dirigirme a usted, aquí tiene a su “referente y pionero” Castelao.