El régimen de Jamenei se apoya en su choque con Israel para aplacar la disidencia interna
En medio de esta escalada de tensión en Oriente Próximo Irán está en el punto de mira de la política internacional.
15 abril, 2024 02:55Pese a que medios ingleses hablaban de una "war of words" o guerra de palabras, el presidente de EEUU, Joe Biden, y el Wall Street Journal ya vaticinaban que el ataque iraní sería inminente. Después de los 330 proyectiles lanzados a los Altos del Golán y a las bases del Ejército de aire israelí en Nevatim, el país iraní se encuentra en medio de una subida de intensidad del conflicto.
Juan Rodríguez Garat, almirante retirado, ha concedido una entrevista a TVE en la que ha considerado que "lo mejor para Irán, que tiene un régimen dictatorial, es que la gente lo viva como una especie de Guerra Santa para que no se manifiesten por las condiciones de vida". Entre las que se encuentran la situación de persecución por parte de la policía de la moral iraní como en el caso del asesinato de la kurda Mahsa Amini en septiembre de 2022 por no llevar el velo de forma adecuada y ser un símbolo de una revolución de las mujeres iraníes y de la minoría kurda. Este fue el inicio de un proceso de ruptura con el sistema ideológico y político liderado por la minoría kurda.
Frente a la situación con Israel que viene determinada por la compleja situación regional en que se encuentra, tanto en su flanco oriental (Pakistán, Afganistán, Asia Central) como en su flanco occidental (Irak, Arabia Saudí, Turquía, Líbano, Palestina) Irán podría estar usando una táctica de establecimiento de un enemigo exterior que ayude a cohesionar a la población y calmar el descontento.
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Aunque siempre ha habido conflictos internos y externos, desde que se estableció la nueva República tras la Revolución Islámica de 1979, el régimen que combina instituciones marcadamente autoritarias con algunos órganos elegidos mediante elecciones democráticas, estableció normas de vestimenta muy estrictas contra las mujeres, entre otras medidas. Por este motivo las kurdas, sobre todo desde el asesinato de Mahsa Amini, han protagonizado varias protestas y han recibido el apoyo de la sociedad iraní, comenzando una revolución que no pide reformas, sino un cambio radical en el sistema y rechaza también la idea de un nuevo Shah.
Sin embargo, la posibilidad de que el régimen no se derrumbe es aún muy grande, pese a los rumores de que la República de Irán iba a caer tanto en las protestas masivas de 2009 como en las de 2019, fruto del descontento de la población. Estos rumores resurgieron en el año 2022, ya que la población se unió tras el asesinato de Mahsa, algo que anteriormente no había sucedido en tales dimensiones y la opinión internacional se sitúo marcadamente contra el régimen iraní.
Esta sociedad internacional había estado pendiente de Irán desde la llegada al poder del presidente Ahmadineyad, en la cual las relaciones del país con el resto del mundo pasaron a ser una cuestión mucho más tensa. A las tensiones generalizadas se sumaron las provocaciones del presidente contra Israel, sonando más amenazadoras teniendo en cuenta el programa nuclear iraní que llevaba desde 2003 siendo noticia en todo el mundo.
Esta preocupación nació cuando el país de Oriente Próximo y la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) debatían sobre el plan nuclear iraní, pese a que el líder supremo iraní, el ayatolá Jamenei, negara la tenencia de armas de destrucción masiva, ya que iban en contra del Islam. Esta es probablemente la razón de mayor peso por la que Irán recibe tanta atención internacional (casi siempre en forma de sanciones), y constituye una de los principales pilares en torno al cual se construye su relación actual con Rusia y enemistad con Estados Unidos.
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Sobre la decisión de los dirigentes iraníes después de la revolución iraní de 1979, de continuar su progreso en la investigación nuclear y el desarrollo de armas nucleares, podría decirse que es comprensible cuando se observa la situación geopolítica en ese momento. Después de que el Sha pro-occidental fuera derrocado, el nuevo liderazgo revolucionario islámico no pudo reforzar alianzas efectivas y buscó su garantía de supervivencia mediante la obtención de armas nucleares. Desde entonces, el país ha buscado la financiación o el apoyo mutuo con países como Corea del Norte, únicamente para la supervivencia del Estado. Además, esta situación se acentúa en Oriente Próximo porque Irán debe actuar como potencia hegemónica regional.
Ser un Estado nuclear mejora la posición internacional y da al gobierno acceso al escenario internacional. También se utiliza como símbolo nacional y como logro prestigioso y en el caso de Irán esta sirviendo para aplacar la situación de vulneración de DD. HH. que lleva sucediendo desde hace treinta años y que la sociedad, esa misma que ha salido a defender los ataques a Israel, ha confrontado mediante protestas masivas en 2009, 2019 y en 2022, entre otras. Por este motivo, podría suceder que la preocupación de la población por la seguridad ante un conflicto con Israel ayude a mitigar las tensiones internas del propio país. Un país que ha contado con una mayor percepción de inseguridad debido a la ausencia de aliados capaces de hacer frente a rivales tan fuertes como EEUU e Israel.
El programa nuclear ha servido a distintos estados para defenderse a nivel regional y desde que escaló el conflicto entre Israel y Palestina el pasado 7 de octubre, Irán ha estado alerta de una amenaza inminente del estado israelí y por consiguiente de su mayor aliado, que es EEUU. Todo esto ha sucedido mientras Irán ha intensificado la represión y la censura en los dos años de la muerte de Mahsa Amini, en 2023 había aumentado la violencia un 43% más respecto a 2022, con un total de 834 personas ejecutadas según el 16º Informe Anual sobre la Pena de Muerte. En este contexto, el hecho de que la población saliera el pasado sábado 13 de abril en una concentración a favor del ataque iraní podría entenderse como que el gobierno ha conseguido calmar la tensión interna mediante su política externa.