Michael Cohen, el ‘sr. Lobo’ al que Donald Trump abandonó: “Mi único plan era hacerlo feliz”
El abogado declaró el lunes como testigo clave en el juicio al expresidente, y asegura que pagó el soborno a Stormy Daniels de su bolsillo.
14 mayo, 2024 02:20Cuando empieza la quinta semana de juicio a Donald Trump en Nueva York, entra en juego el testigo estrella de la acusación. Michael Cohen, quien alguna vez fue uno de los más fieles colaboradores del expresidente estadounidense, se autodenominaba como el "portavoz, matón, pitbull y abogado sin ley" de Trump. En este punto del juicio, su testimonio podría ser crucial para demostrar que el empresario neoyorquino falsificó ilegalmente registros comerciales al pagar 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels, como parte de un supuesto plan de interferencia electoral.
Conocido comúnmente como el ‘solucionador’ (fixer) de Trump, la función principal de Cohen era manejar la narrativa mediática en torno al expresidente. Durante el juicio, explicó que su labor consistía primordialmente en mejorar la imagen pública de su exjefe en los medios, ya sea promoviendo historias favorables o tratando de minimizar aquellas que resultaran desfavorables para Trump. En una ocasión, cuando Trump estaba preocupado por su reputación en relación a su trato hacia las mujeres, Cohen solicitó a The National Enquirer que no divulgara su relación con una modelo de la revista Penthouse.
Además, Cohen actuó como intermediario en el caso de Karen McDougal, una modelo de Playboy que afirmaba haber tenido una aventura con Trump. Cohen reconoció que creía que esta historia podría tener un impacto "significativo" en la campaña de Trump, por lo que acudió inmediatamente a su jefe para consultarle los pasos a seguir. Trump le habría dicho: "Asegúrate de que esto no salga a la luz". Así fue como recurrieron a la ayuda de The National Enquirer, cuya empresa matriz, American Media, terminó pagando 150.000 dólares por los derechos de la historia de McDougal para luego sepultarla para que nunca viera la luz.
Posteriormente, David Pecker, el editor de la revista The National Enquirer en ese momento, ejerció presión sobre Cohen para que Trump reembolsara el dinero. "Era demasiado dinero para ocultárselo al consejero delegado de la empresa matriz y además acababa de poner 30.000 dólares anteriores, así que me estaba presionando para que hablara con el señor Trump y recuperara el dinero", afirmó Cohen en el juicio, refiriéndose a otro caso en el que se pagó al portero de la Torre Trump, Dino Sajudin, por su silencio. Cohen señaló que mantuvo varias conversaciones con Trump sobre la preocupación expresada por Pecker respecto a la devolución del dinero.
Con el tiempo, Cohen se convirtió en una figura fundamental para Trump. Para el periodo previo a las elecciones de 2016, el abogado mantenía conversaciones prácticamente a diario con el entonces candidato republicano, ya sea por teléfono o en persona. Su trabajo abarcaba desde la negociación de acuerdos eventuales, proyectos en el extranjero que nunca llegaron a concretarse, como el plan para una Torre Trump en Moscú, hasta la protección de la familia Trump, como evidencian correos electrónicos y otros registros.
Sin embargo, su contribución más significativa se desarrolló entre bastidores, coordinando pagos secretos a dos mujeres que amenazaban con divulgar públicamente sus supuestas relaciones sexuales con Trump, quien en ese momento estaba casado. Uno de estos pagos, dirigido a la estrella porno Stormy Daniels, constituye el núcleo del caso contra Trump. Cohen efectuó el pago de su propio bolsillo justo antes de las elecciones de 2016, siendo posteriormente reembolsado por Trump. Según los fiscales, Trump falsificó registros comerciales para encubrir dicho reembolso como gastos legales ordinarios.
Durante el juicio, Cohen declaró que se enteró por primera vez de que Stormy Daniels estaba vendiendo una historia sobre un encuentro sexual con Trump durante una llamada telefónica nocturna con Pecker y el periodista Dylan Howard. Esta conversación ocurrió poco después de que se emitiera una polémica cinta en el programa Access Hollywood, donde Trump se jactaba de agarrar los genitales de las mujeres.
Cuando Cohen informó a Trump sobre la supuesta comercialización de la historia por parte de Daniels, el entonces candidato presidencial reaccionó con furia, según relató Cohen. En ese momento, Trump estaba en un momento bajo en las encuestas entre las votantes mujeres. Cohen afirmó que Trump respondió diciendo: “Las mujeres me van a odiar. Esto va a ser un desastre para la campaña”.
"Estaba haciendo todo lo que podía y más para proteger a mi jefe, que era algo que había hecho durante mucho tiempo", dijo Cohen, aunque aseguró que no desembolsaría 130.000 dólares para un pago de silencio en nombre de otra persona. Según Cohen, Allen Weisselberg, el entonces director financiero de la Organización Trump, lo instó a pagar el dinero ("Hazlo y ya está", le dijo) y le aseguró que se lo devolverían.
Los abogados de Trump han argumentado que Cohen actuó por su cuenta, una idea que él rechazó en el estrado. Según el fixer, "todo requería el visto bueno del señor Trump". Por eso, Cohen insiste en que consultó al magnate sobre si pagar él mismo a Daniels. Este se lo agradeció y le aseguró que le devolvería cada céntimo: "Recuperarás el dinero".
Cohen también ofreció una cronología detallada de los caóticos días durante las últimas semanas de la campaña, y describió cómo creó una empresa fantasma -que figuraba falsamente como "empresa de consultoría inmobiliaria"- para facilitar el pago a través de un banco situado frente a la Torre Trump. Los fiscales mostraron a los jurados registros telefónicos que indicaban que Cohen llamó dos veces a la línea de Trump la mañana en que visitó el banco.