Hezbollah Reuters

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Hezbolá llega a Chile: miembros harían uso de 'empresas fachadas' para financiar al grupo armado

Una investigación impulsada desde el Gobierno de Argentina arrojó que tres familias de la organización libanesa actuarían en el norte del país.

19 mayo, 2024 03:28

Mientras el conflicto en Oriente Próximo avanza y esquiva las exigencias internacionales de un alto el fuego, regiones aisladas, como América del Sur, también sirven de actor. Un caso es Bolivia, país sobre el que EL ESPAÑOL advirtió de una presencia en alza de grupos iraníes que buscan acceder a sus recursos naturales a cambio de dotamiento militar. Un segundo caso es Chile, sólo que en este caso sería el grupo libanés armado y calificado de terrorista por Estados Unidos, Hezbolá. 

Las sospechas llevan tiempo, sin embargo, la controversia se hizo mediática tras unas declaraciones de la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich. Preocupada por las tensiones internacionales y el fuerte apoyo a Israel que ha manifestado el gobierno de Javier Milei, alertó sobre la presencia de integrantes de Hezbollah en Chile, nación con la que tiene una distancia de sólo unos pocos kilómetros. 

De ahí en adelante, las investigaciones han ido en alza. La presencia del grupo armado es cada vez menos una conjetura y cada vez más un hecho de la causa. Pese a lo anterior, las autoridades chilenas piden mesura. "Cuando se trata de una investigación un asunto que es reservado o serio, el Ministerio Público no puede ni afirmar ni negar la existencia la misma", afirmó el jueves pasado su Fiscal Nacional, Ángel Valencia

Un hombre levanta una bandera de Palestina y a la vez una de Hezbollah.

Un hombre levanta una bandera de Palestina y a la vez una de Hezbollah. Reuters

Los vínculos que denuncia Bullrich, así como también varios informes de la Unidad de Análisis Financiero de Chile, apuntan al menos tres familias que pertenecen a la agrupación y aportan con dinero al desarrollo de armamento. Los datos son cada vez más claros y el Ministerio Público decidió llevar adelante una nueva investigación. A bandas de alto riesgo, como es el Tren de Aragua nacido en Venezuela o Los Trinitarios, se suma Hezbollah, grupo declarado terrorista por EEUU el año 1997

Las operaciones, al parecer, estarían centradas en la ciudad de Iquique, en el norte. En concreto, en movimientos de dinero en su Zona Franca (ZOFRI). Los protagonistas de la trama serían, en tanto, Alí y Maysaa, ambos hijos de Hatem Ahmad Barakat, una persona 'bloqueada' para hacer negocios por el Departamento de Tesoro de la Casa Blanca por sus supuestos delitos de terrorismo y narcotráfico a nivel internacional. 

Hasta el momento, la estrategia de una buena parte de las investigaciones ha sido la reserva y la confidencialidad. Autoridades defienden que ese es el único modo de que se esclarezcan las cosas pronto y se pueda dar con el paradero de los supuestos responsables. No obstante, más de una sombra se ha dilucidado. 

La indagación que la Unidad de Análisis Financiero concluye que las operaciones buscan "ocultar o disimular la naturaleza, origen, ubicación, propiedad o control del dinero y/o bienes obtenidos ilegalmente. Implica introducir en la economía activos de procedencia ilícita, dándoles apariencia de legalidad al valerse de actividades legales, lo que permite a delincuentes y organizaciones criminales disfrazar el origen de su producto, sin poner en peligro su fuente". Una estrategia de blanqueamiento, en resumen.

Familia Barakat 

Los herederos de Hatem Ahmad Barakat, considerado terrorista por Washington, estarían presentes en la ciudad norteña de Iquique, a 1.800 kilómetros de Santiago, la capital. El padre, además de ser acusado de delitos vinculados al terrorismo y a la venta de drogas, es visto como uno de los grandes financistas de Hezbollah

Con la ayuda del gobierno argentino, fueron varios los datos que se revelaron. Al parecer, Barakat padre viajó a Chile para acumular fondos destinados a Hezbollah. Fue a principios de 2003 cuando se informó que mantenía al menos dos negocios. En tanto, uno de sus hijos, Alí, residía en ese entonces legalmente con el DNI 22735459-3. 

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De los negocios en los que estuvo involucrado el financista del grupo libanés, destacan 'Importadora y Exportadora Montreal Limitada'. En junio de 2015 puso fin a ambas. La estrategia, como se mencionó anteriormente, era clara: ocupar las empresas como 'fachada' para blanquear capitales, hacer dinero y financiar a los extremistas. 

Para el gobierno argentino, la presencia en Chile del jefe del clan Barakat es especialmente sensible. Según han constatado sus autoridades, habría sido uno de los implicados en el ataque terrorista a la Asociación Mutual Israelí Argentina (AMIA) en 1994, en la ciudad de Buenos Aires. 85 personas murieron y otras 300 fueron heridas ese día, considerándose el mayor atentado en la historia del país sudamericano. 

Sólo dos años antes, también en Argentina, elementos explosivos volaron la embajada de Israel, produciendo la muerte de 22 personas. El máximo tribunal de justicia aún no sabe de culpables. Las heridas, en tanto, continúan doliendo en la sociedad.

La advertencia de Argentina 

La denuncia de Bullrich, mano derecha de Milei, fue en un inicio criticada por Chile al considerarse errada la forma en que se comunicó. Sin embargo, hasta la fecha, nadie ha podido desmentirla. En sus conclusiones, la ministra de Estado no sólo hace alusión a los Bakat, sino también a otros presuntos financistas del grupo armado del Líbano. 

En pleno 2024, con pasaporte estadounidense y libanés, se le vio en territorio chileno a Alí Chahine, quien pertenece al brazo armado de Hezbollah. Un documento que el Gobierno de Argentina le entregó al presidente Gabriel Boric, señala que Chahine se trasladó a la ciudad de Árica, también en el norte, y que en los días que pasó allí se reunió con dos ciudadanos libaneses de apellido Abbas. Por su parte, el mismo informe asegura que en uno de sus viajes a Bolivia, estableció en La Paz, capital, un depósito de explosivos para ejecutarlo en contra de objetivos israelitas. 

Allí no acaban los vínculos. Un avión iraní de la aerolínea Maham Air, relacionada con la empresa venezolana Conviasa, habría hecho al menos cinco vuelos entre Caracas y Santiago. La aerolínea en cuestión, cabe decir, está sancionada por Estados Unidos, al ser acusada de transportar armas, personal militar y terroristas pertenecientes a grupos como Hezbollah y Fuerza Quds. Según el periódico argentino, Clarín, fue en uno de sus aviones donde el dictador venezolano, Nicolás Maduro, viajó a Teherán en 2022.

Patricia Bullrich Europa Press

Patricia Bullrich Europa Press

Suma y sigue. Eduardo Rubén Assad, apodado Sheik Suhail Assad, registra múltiples ingresos a Chile. Nacido en Argentina en 1975 y cercano a Mohsen Rabbani, uno de los iraníes acusados por participar del ataque a la AMIA. También está registrad como 'terrorista' por un centro especializado de la FBI y tiene una alerta roja en la Interpol. 

Assad, según el documento que entregó Bullrich y al que tuvo acceso Clarín, estaba relacionado con el Centro Islámico de Chile, en una comuna del sector oriente, desde inicios de los 2000. En paralelo, se habría mantenido vinculado a servicios de inteligencia de Teherán y muchas fuentes lo definen como "el organizador de una red de apoyo y reclutamiento a cuenta de Hezbollah en América Latina"

Los datos son contundentes, pero al parecer no suficientes, al menos a ojos de las autoridades del Estado de Chile. Según señala un artículo del medio Ex-Ante, la ministra del Interior, Carolina Tohá, le habría preguntado al Ministerio Público si el documento entregado por Bullrich tenía información nueva. La respuesta fue no. Tohá, mientras tanto, insiste en que Hezbollah no está ni cerca de representar una amenaza.

La respuesta de Chile 

"Puedo asegurar y lo hemos dicho muchas veces, que el Gobierno de Chile, las policías, los equipos de inteligencia, damos seguimiento a estos temas de manera permanente, lo hacemos con nuestras propias fuentes, pero también a través de la cooperación y el intercambio que tenemos con países amigos. Hoy día no hay ninguna amenaza detectada de Hezbollah en Chile", señaló hace unos días la ministra de Estado.

A su modo de ver, nada de lo que ha salido recientemente en medios de comunicación es una novedad con respecto a lo que ya se sabía. Varios gobiernos anteriores a los de ella, añade, han sostenido distintas aristas de investigación. La conclusión después de todos estos años es la misma: no existe tal peligro

Horas después de que Bullrich declarara que tanto en Chile, como en otros países de la región, residen miembros de la milicia libanesa, el mandatario Gabriel Boric, en tono provocador, afirmó que "si la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, tiene antecedentes serios, que los entregue a las instancias que corresponden a la justicia" y que se comunique de allí en adelante a través de la Cancillería. 

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Si bien Bullrich pidió disculpas por sus palabras, nunca se retractó de la información que compartió. Es más, cumplió con las reglas protocolares y se puso en contacto con Tohá, quien hasta la fecha, no ha desestimado ni el más mínimo de lo contenido en el documento. Las investigaciones continúan y el temor sube a la par de una geopolítica que cada vez se tensa más y observa en la violencia un método válido de acción.