Sánchez, con Armengol en una imagen de archivo.

Sánchez, con Armengol en una imagen de archivo. EFE MADRID

Política LA NUEVA LEGISLATURA

Barones afines a Sánchez dan alas a su candidatura a la investidura mientras Rajoy blanquea a ERC

ERC anuncia en Moncloa la proclamación de la república catalana. En el PSOE crecen las voces que piden a Sánchez que dé el paso.

7 julio, 2016 03:36
Daniel Basteiro Ana I. Gracia

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Pedro Sánchez lleva 10 días, desde la noche electoral, sin hablar en público y mucho menos responder preguntas de los medios de comunicación. Pero todos los demás socialistas con peso en el partido han hablado. Entre el martes y el miércoles, cinco dirigentes territoriales del PSOE han pasado por el despacho de Sánchez como parte de la preparación del Comité Federal que este sábado deberá decidir la posición del PSOE sobre la investidura de Mariano Rajoy y el fin del bloqueo institucional. En paralelo, Mariano Rajoy ha invitado al Palacio de la Moncloa al portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, aunque conocía de antemano su negativa a ayudarle a ser presidente del Gobierno.

Mientras Rajoy continúa con su ronda de contactos particular, en Ferraz han sido invitados en primer lugar los barones más próximos a Sánchez, a excepción del valenciano Ximo Puig. El martes, Idoia Mendia y Sara Hernández, líderes de los socialistas vascos y madrileños, se esforzaron en transmitir que el PSOE se mantendrá en el "no" a Rajoy sin dar alas a una abstención inicial.

Francina Armengol (Baleares) y Miquel Iceta (Cataluña) fueron el miércoles un paso más allá y alimentaron el sueño de Sánchez de ser presidente advirtiendo de que, si Rajoy no lo logra a la primera, correspondería al PSOE intentarlo. Los dos mensajes se retroalimentan. El "no" socialista a Rajoy resta al popular opciones de ser investido, ya que fía la votación al "sí" de otros partidos, como Ciudadanos y el PNV. Ese apoyo está hoy, de momento, muy lejos. Por otra parte, Sánchez sólo podría intentarlo si Rajoy se estrella antes.

Sánchez, ¿de nuevo candidato?

"Si Mariano Rajoy no consigue los votos necesarios para ser investido presidente de España hay otra opción posible. Que lo intente Pedro Sánchez", dijo Armengol tras hablar con Sánchez, a quien le pidió que se lo piense, según ella. Después, Iceta aseguró que comparte plenamente la posición de su compañera balear. "Si Rajoy fracasa no nos vamos a quedar quietos y vamos a seguir trabajando para buscar una solución". Entre ellas está la formación de un "gobierno alternativo" liderado por Sánchez en tanto que líder del segundo partido. "Eso es la lógica de cualquier sistema democrático", dijo. 

El punto de vista de Armengol e Iceta tiene especial relevancia por varios motivos. Fue expresado con premeditación y tranquilidad justo después de la cita con Sánchez y ambos son barones muy cercanos al líder socialista. No parecía un gesto improvisado y tampoco un punto de vista que desagradase al secretario general.

Además, introduce una nueva posibilidad hasta ahora no contemplada por casi nadie en el PSOE. Dirigenes territoriales de peso como Guillermo Fernández Vara habían apostado por una "abstención mínima" en el último momento. Tanto él como Susana Díaz (Andalucía) y Emiliano García Page (Castilla-La Mancha) habían advertido de que el lugar del PSOE es la oposición, algo incompatible con intentar formar gobierno. Hasta Antonio Hernando, portavoz de la Ejecutiva, aseguró el lunes pasado tras las elecciones que los españoles habían decidido que el lugar del PSOE era la oposición. 

Podemos alimenta la posibilidad

Este nuevo debate se produce en vísperas del Comité Federal del sábado, que de repente se ha convertido en una fuente de conflicto. De ser una reunión de trámite para acordar un 'no, de momento' a Rajoy puede pasar a ser un gran debate sobre la abstención como último recurso frente a una hipotética candidatura de Sánchez. 

El nuevo posicionamiento de algunos notables en el PSOE coincide con el renovado llamamiento de Podemos. En una entrevista en eldiario.es, Pablo Iglesias aseguró que estaba abierto a la posibilidad. "Si el PSOE da un paso adelante, lo estudiaremos. Dan los números", según él. También Teresa Rodríguez, líder de Podemos en Andalucía, abonó esa posibilidad. 

El PP legitima a ERC con una reunión insólita

Antes de que Sánchez se reuniese con varios de los dirigentes territoriales, Rajoy se vio con el portavoz del PNV, Aitor Esteban, y los de Esquerra Republicana, Joan Tardá y Gabriel Rufián. Con esa segunda reunión, el Partido Popular legimitó a un partido cuya máxima premisa es conseguir la independencia para Cataluña. El político catalán aprovechó su breve visita en la residencia oficial del presidente -estuvo media hora- para dejar clara su posición: votará no a la investidura de Mariano Rajoy y solo permitirá el gobierno de aquel partido que se comprometa a celebrar un referéndum en Cataluña antes de un año. 
Al llegar al Congreso de los Diputados desde el Palacio de la Moncloa, Joan Tardá insistía en que su formación solo estaría dispuesta a investir un presidente que fuera "de izquierdas, progresista". Un Ejecutivo que "esté dispuesto a autorizar un referéndum a la escocesa con pregunta binaria -independencia sí o no- en el plazo de un año". Esta postura está en las antípodas de la tesis que defiende el PP, que lucha concienzudamente por mantener el orden constitucional y una Cataluña dentro de España.
Cuando Tardá acudió a la llamada del presidente del Gobierno en funciones, los dos bandos sabían de antemano que no existía ninguna posibilidad de acuerdo. Según desvelaron este miércoles fuentes presentes en la reunión, los dos líderes escenificaron un "choque de trenes" imposible de encarrilar. Pese a las diferencias imposibles de solucionar, el líder independentista en la Cámara Baja agradeció el gesto de la llamada a Rajoy. Joan Tardá ya adelantó que volverá a rechazar acudir al Palacio de la Zarzuela cuando el Rey Felipe VI le invite a ir para conocer su impresión sobre una hipotética investidura.